“Mi relación con el teatro es deportiva”
Joaquín Furriel estuvo en Córdoba para hablar de “El hombre del jardín”, miniserie que va por HBO y que se puede ver “on demand”. Es la historia de un padre que busca a su hija.
Para cualquier padre, la peor pesadilla es perder de vista a un hijo y no poder encontrarlo. Sobre esa premisa brutal y desconcertante, la miniserie de ocho capítulos El hombre del
jardín, disponible en HBO GO, pone en foco la desesperación de las horas iniciales en las que los padres agotan los caminos para dar con la pequeña Moira, de 9 años.
Joaquín Furriel es el padre y asegura que los miedos cotidianos te hacen observar situaciones que pueden inspirar: “Eso es un poco lo que le ocurrió a Gustavo Malajovich (autor del texto) para arrancar con esta historia: un día en el subte se imaginó que se le perdía su hija y a partir de ahí se dio cuenta de que tenía ese miedo. Y así, ahondando en esas sensaciones, nació la historia”.
Furriel, de 42 años, encaró el proyecto con ilusión y está contento con los resultados.
–¿Cómo se compone el personaje? ¿Tiene tu experiencia o miedos en la piel?
–Yo no soy un actor que trabaje desde lo autorreferencial. A los 11 años, mi hermano jugaba al fútbol, era un crack; entonces pasaba que él entraba a fútbol y yo a teatro. Y hace poco descubrí que mi relación con el teatro es deportiva: para mí es como para mi hermano jugar al fútbol. Yo no tenía un mambo emocional ni nada de eso, yo entrenaba para actuar. Me gusta mucho la analogía entre el fútbol y lo que hago.
Para el actor, su punto inicial es un lugar de permanente ejercicio, sobre todo con personajes como el de Fabián Danubio, que exigen muchas decisiones que tomar como actor. Joaquín dice también que le gusta trabajar en equipo, y el que se armó para esta serie es el mejor que pudo imaginar para contar la historia.
–¿Por qué?
–Porque los dos directores que están al frente son distintos, pero extraordinarios. Somos 200 personas involucradas, todos estuvimos comprometidos, fueron ocho meses para contar la historia y en este tiempo cada uno dio lo mejor de sí mismo.
–¿Ya la viste completa?
–No, solamente vi el primer episodio, porque nos pareció mejor a todos ir viendo juntos el programa como espectadores. Este domingo nos vamos a juntar de nuevo; los episodios semanales generan tensión hasta el próximo capítulo.
Buenas compañías
Junto a Furriel hay un grupo de actores con peso de trayectoria, entre quienes se cuentan a Norma Aleandro, Luis Luque, Gerardo Romano, Julieta Zylberberg y Rodolfo Ranni.
–¿Te genera algo especial compartir con estos actores?
–Todo el tiempo. Cuando pienso que pude tener una relación personal con Alfredo Alcón, y que para la última obra suya decidió que trabajáramos juntos, es algo que no deja de sorprenderme. Y haber tenido la posibilidad de trabajar con Norma o con cualquier otro actor de la serie, sabés que estás ante lo mejor que uno puede valorar de un colega. En El Jardín hay un montón de talentos y tuve la posibilidad de pivotear con cada uno, es una posibilidad que me dio esta serie. –¿Cómo te viste en tu rol? –Estoy muy orgulloso del trabajo, independientemente del resultado, estoy muy orgulloso también porque siempre sentí que esta era una buena oportunidad para los argentinos, mostrar cómo hacemos ficción. Me confirmaron que a la serie la están viendo en 50 países. Yo consumo series de otros lados: australianas, israelíes, suecas. Un amigo me las recomienda. Y a mí me encantaría que en Suecia ahora mismo haya un tipo que diga: “Che, en HBO acabo de ver una serie argentina que la recomiendo”.
–¿Se aborda distinto un laburo de acuerdo con su plataforma?
–Volviendo al fútbol, si jugás en cancha de cinco tenés que tocarla mucho más rápido y pensar la jugada al toque. En una cancha de 12 tenés un poco más de tiempo, pero al pase lo tenés que dar igual, y si te toca definir lo tenés que hacer, no hay mucha diferencia. Vos podés estar en buen proyecto o en un mal proyecto, no tiene que ver con el formato, sino con lo que sucede en el proyecto en el que estás. Mi personaje va a estar junto a los espectadores durante ocho episodios, desde ya que no podés expresivamente trabajar de la misma manera que si hacés un personaje que entra en tres escenas.