Hugh Laurie sí que supo elegir adónde volver
Qué difícil tarea tenía Hugh Laurie, y que fácil la resolvió. Sacarse el bastón y las mañas de doctor House para cualquier otro actor hubiera sido imposible. Durante ocho años fue el mejor doctor que dio la ficción televisiva, con un perfil ácido, incómodo, delineado como el de un villano de cómic, con pocos matices y extremadamente genial.
Antes de debutar con Chance, su nueva serie, tuvo una interpretación destacada en The
Night Manager, moviéndose del género y apostando a ser coprotagonista (ganó un Globo de Oro como mejor actor secundario).
¿No tuvo miedo de volver a interpretar a un doctor, justamente el lugar del que necesitaba correrse para evitar las inevitables comparaciones?
Eldon Chance no tiene nada que ver con Gregory House, pero esta serie es tan buena como aquella (o más, habrá que ver cómo acaba), movido del mundo hospitalario y en una trama que capítulo a capítulo se vuelve más oscura, más incómoda, e incluso más real.
La transformación de Chance es sorprendente. Un neuropsiquiatra forense de San Francisco, que evalúa sus casos y los deriva a otros especialistas, en medio de un divorcio, se involucra con una mujer víctima de violencia por parte de su marido, policía.
En ese recorrido interior salen a la luz secretos, deseos, miedos, peligros, valores (o ausencia de), especialmente al cruzarse con “D” (extraordinario Ethan Suplee), con quien mantiene diálogos insuperables.
La ambigüedad de todos los personajes allana el camino para el suspenso, en un clima siempre tenso: es imposible predecir el siguiente paso, es imposible dividir claramente los lados del bien y del mal. Lo único definitivo es que Hugh Laurie sí supo elegir bien la serie para volver.