Lee Perry llega a Córdoba.
Lee Perry, el fascinante e indescifrable productor, vuelve a Córdoba por tercera vez. Un recuento por la difícil misión que supone entrevistar a un verdadero prodigio musical.
Además de ser una leyenda viva del reggae y una de las personas más influyentes en la música del siglo 20, Lee Perry es un personaje fascinante e indescifrable. Un poco por su edad (ya acredita 81) y otro tanto por ese halo de misterio, genialidad y locura que lo envuelve desde que entró por primera vez a un estudio de grabación, identificar lo que dice al hablar el padrino artístico de Bob Marley es una misión (casi) imposible.
Es que incluso teniendo un comunicación directa con el mismo Perry, la cosa no se simplifica: aunque hace varios años reside en los Alpes suizos, sigue conservando su cerradísimo acento jamaiquino con modismos en patois (el criollo de la isla) y, como si esto fuera poco, mantiene la imprescindible cuota de delirio que necesitó para crear un estilo totalmente novedoso como es el dub. Claro: ese delirio se refleja también en cualquier diálogo.
En sus tres visitas a Córdoba (en rigor la tercera se producirá hoy en Club Paraguay), este periodista tuvo contacto con él y sólo consiguió un diálogo más o menos fluido en su primera llegada, en septiembre de 2011, en una de las charlas más extrañas que recuerde. Dos años después volvió para brindar un doblete memorable en Casa Babylon junto a Mad Professor, antes de los cuales rememoró su encuentro con The Clash.
“La música es lo que me hace continuar viviendo. Música es vida”, decía Perry ante la pregunta de cuál era su secreto para seguir en la ruta, en una entrevista en la que también reconoció haber vendido las cintas de Bob Marley que luego escuchamos hasta el hartazgo en todo tipo de compilados. “Eran mis cintas también”, respondió este personaje tan adorable como inimputable.
Perry fue una pieza clave en el desarrollo del ritmo más popular de Jamaica. En su mítico estudio Black Ark, que incendió intencionalmente a principios de los 70 (“los malos espíritus se habían apoderado de él”, contó alguna vez), produjo a los artistas fundamentales de la isla. Les cambió la cara y el sonido a los Wailers, fue punk antes de los Sex Pistols (creó el concepto punky-reggae que luego explotó en The Clash) y con el dub y los primeros samples sentó las bases para la electrónica, el trip hop y el dubstep. “Es el Dalí de la música”, dijo una vez Keith Richards, en una de las definiciones más acertadas que se hayan escuchado.
En esta nueva visita, llegará acompañado por Nairobi como
backing band tal como aquella primer vez. El proyecto encabezado por Iván Díaz Mathe (conocido como Ivi Lee) está celebrando sus 10 años de vida. “Estoy pensando estos shows como películas. Nairobi va ser la banda de sonido y yo el actor principal. En general, depende mucho del aire y del clima de esos días. Como saben, me gusta improvisar y hacer cambios repentinos. Lo que es seguro, es que yo iría a verlo”, decía Perry en aquel entonces, en una respuesta que bien podría aplicarse para esta nueva y ¿última? visita a Córdoba.