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Delicia tropical

La cantante paulista María Gadú llega por primera vez a Córdoba.

- Rodrigo Rojas rrojas@lavozdelin­terior.com.ar

Es una de las artistas más importante­s de la nueva camada de la música popular brasileña.

Una de las últimas gemas musicales que Brasil descubrió al mundo es la cantante María Gadú. De una sensibilid­ad tímbrica y musical que la llevó a conquistar a artistas de la talla de Caetano Veloso (con quien compartió gira y la grabación de un disco) o el mismísimo Tony Bennett (con quien grabó en el disco de duetos), la paulista llega por primera vez a Córdoba en uno de los momentos más álgidos de su vida profesiona­l y personal.

Es que además de la popularida­d global alcanzada, Gadú acaba de sellar oficialmen­te matrimonio con Lua Leça, su pareja de años: “Nos casamos legalmente porque hacerlo te da un documento que para nosotras que vivimos juntas y compartimo­s cosas, y en la burocracia cotidiana como la que tiene cualquier otra pareja, a veces te facilita las cosas. Además, nosotras queremos ser madres, y eso ayuda, es un derecho conquistad­o y políticame­nte fue un deseo ya que somos activistas. Ese fue un motivo, y el otro fue la misma sensibilid­ad de casarse”, dice Gadú días antes de su arribo a suelo cordobés.

–La canción que te catapultó fue “Shimbalaiê”. ¿Es verdad que la hiciste cuando eras una niña?

–Sí, la compuse cuando tenía 10 años, vivía en una isla, y el tema habla exactament­e sobre esa realidad del día a día. Cuando empecé a hacer música medio que la había dejado de lado, y cuando fui a grabar el primer disco no la iba a poner porque la veía como infantil. Mi mamá fue la que me dijo que sí o sí la tenía que grabar. Qué suerte que me lo haya dicho, porque me trajo muchas alegrías. Creo que la magia del tema es que nació sin pretensión alguna.

–El disco que venís a presentar es “Guelã”, ¿sentís que es una obra distinta a tus primeros trabajos?

–Con seguridad es un disco muy distinto a los otros, tanto en el proceso de creación como la grabación y los arreglos. Fue entender cuál era mi verdadera musicalida­d, y por eso puede que sea hasta más simple que los otros. Pero es el más sincero y el más solitario también, el que posiblemen­te más me represente.

–Poéticamen­te es también el más profundo…

–Estoy más vieja y veo y vivo otras cosas. 10 años separan una obra de la otra. La madurez de estar viva te da otro discurso. Aprendí cosas, conocí mucho el mundo literario, eso me abrió un portal de escritura y vocabulari­o y sintetizó mi forma de escribir.

–El apoyo y padrinazgo de Caetano Veloso, ¿fue más importante para tu obra o por el impulso que te dio mundialmen­te?

–Con seguridad en mi obra, no desmerezco lo que pasó para afuera, pero nunca pensé en eso. La importanci­a de Caetano en mi vida es siempre artística y personal, esa oportunida­d de compartir canciones y pensamient­os con él es el gran tesoro.

–¿Y grabar con Tony Bennett qué que lo que te dio?

–Fue maravillos­a la oportunida­d de cantar y estar con él, una gran sorpresa para todos que él haya buscado en Brasil una voz para su disco. Fue súper amigable y cariñoso a la hora de grabar, todo lo contrario a lo que se podría imaginar de una mega estrella.

–A lo largo de tu carrera trabajaste mucho en colaboraci­ón con otros artistas. ¿Qué buscás en un artista para elegirlo?

–No busco, y esa es la clave. Los grandes encuentros se dan espontánea­mente con la gente que uno trabaja. En mi caso, casi siempre fueron así, nacieron primero de una amistad y después genuinamen­te se dio la colaboraci­ón musical.

Grieta a la brasileña

La caída de Dilma Rousseff, el caso de corrupción Odebrecht, la violencia en las calles… Las noticias que llegan desde Brasil últimament­e parecen sintonizar con un clima pesado y crudo, y Gadú no es ajena a este pulso convulsion­ado: “Es una confusión tristísima, esa impunidad que reina es incomprens­ible. Entristece al pueblo. Hay una fuerza muy grande contra el pueblo, contra los derechos humanos, los derechos civiles... Todo basado en la ignorancia. Me parece que el Gobierno está incitando a las personas a pelear entre sí en las calles para así generar una distracció­n de las macanas que están haciendo con nuestros recursos. Estamos bajo un gobierno de extrema derecha, pero nos quedan el optimismo y la resistenci­a. Estamos en las calles luchando para que esto acabe.

–Otra dura cara de la realidad que comparten Argentina y Brasil son los femicidios…

–De mayo a julio, sólo en San Pablo mataron a 900 mujeres. Por eso, tiempo atrás acá abrazamos la campaña del “Ni una menos”, acá la transforma­mos en una campaña que decía: “Te metiste con una, te metiste con todas”, y la idea fue dejar bien claro esto y generar la necesidad de que la gente denuncie. Es una tristeza absoluta, pero estamos todas unidas para que eso acabe.

–¿El arte puede ayudar a cambiar las cosas?

–Sí, soy superoptim­ista en ese aspecto. Brasil es una fábrica de cultura y hay una generación que viene con una fuerza cultural de informació­n, y creo que buena parte de la cura de esta crisis reside en la cultura. Hay un frente cultural muy rico cambiando las cosas.

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Alegría brasileña. Gadú cree que el arte puede ayudar a generar cambios.

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