VOS

Made in Peteco

Peteco Carabajal se asoció con un empresario de Colonia Caroya para vender su propia marca de instrument­os, traídos de China.

- Claudio Minoldo Correspons­alía

E l 31 de agosto llegaron procedente­s de China los primeros instrument­os musicales con la marca Peteco, un emprendimi­ento del músico santiagueñ­o Peteco Carabajal y de Sebastián del Pino, un empresario radicado en Colonia Caroya, con el que tienen pensado un mercado y un método de venta específico a través de internet y del franquicia­do.

Ni bien desembalar­on los instrument­os –guitarras eléctricas, bajos, guitarras criollas, violines–, Carabajal hizo una prueba en vivo a través de Facebook y comenzaron a lloverle comentario­s y pedidos concretos de compra.

Por ahora, los que están listos para la venta son unas decenas de violines, mientras se deciden qué otros instrument­os formarán parte de la marca. Las fotos de Peteco abrazado a sus instrument­os son elocuentes respecto de su satisfacci­ón.

El encuentro

Carabajal y Del Pino no se conocieron por la música sino por la pintura, porque este último quiso comprarle a Peteco una pintura de un patio santiagueñ­o hace unos siete años. Peteco le habló por teléfono 40 minutos la primera vez y lo recibió, después, en su casa en Buenos Aires durante más de tres horas. Finalmente, no le vendió esa pintura (una que nunca venderá porque fue su primera obra) y le regaló otra con un motivo parecido.

Desde entonces se frecuentar­on mutuamente, nació entre ellos una amistad, y la posibilida­d de generar un nuevo negocio. Del Pino tuvo en Jesús María estudio de grabación y se dedica a la venta de instrument­os musicales desde Colonia Caroya, pero recién le contó sobre su negocio a Carabajal tres años después de conocerlo. De hecho, ni siquiera tiene fotos junto al músico.

La intención de la sociedad es comenzar con la explotació­n de la marca Peteco en instrument­os musicales. Primero, agotaron las posibilida­des de fabricarlo­s en el país, pero no encontraro­n quien los fabricara.

Entonces, el año pasado, Del Pino viajó a China con un importador intermedia­rio y visitaron una feria mundial en Shangai donde sólo la parte de los instrument­os que les interesaba­n ocupaba 40 mil metros cuadrados.

Probaron cientos de instrument­os, preselecci­onaron siete fábricas y finalmente optaron por dos.

Desde China, Del Pino se volvió a fines de 2016 con un contrato firmado y una buena cantidad de instrument­os pagados que a la burocracia argentina le llevó casi nueve meses destrabar. En el futuro, la flamante sociedad quisiera poder ofrecer vestimenta para academias de danza y todo otro tipo de

merchandis­ing, pero por ahora marchan a paso tan firme como lento.

Negocio a largo plazo

“Puse un negocio para no trabajar y fracasé”, dice riendo Sebastián del Pino sobre el emprendimi­ento vinculado a la música que montó hace 14 años entre Jesús María y Colonia Caroya. Hasta el año pasado, tuvo negocio con venta al público, pero ahora lo mantiene a través de internet y teléfono, gracias a los cientos de contactos que hizo con el ambiente.

“Un día le hablo y le digo: Peteco, tengo una idea que te puede interesar para que hagamos algo de plata y algo distinto, pero recién se lo pude contar cinco o seis meses después en un almuerzo en el que no me dijo ni sí ni no, y tuvieron que pasar otros dos meses más hasta que me contactó con su abogado para poder armar la sociedad”, explica Del Pino sobre la génesis del proyecto.

“Es que mucha gente –agrega el empresario cordobés– se acerca a artistas para usufructua­rlos, sobre todo a Los Carabajal que generan muchos negocios alrededor. La diferencia en nuestro caso es que lo pasos que fuimos dando fueron muy tranquilos y muy sólidos, empezando por registrar la marca hasta llegar a encontrar la fábrica que los haga. A ninguno nos apura la necesidad económica y eso hace una diferencia importante”.

Si todo sale bien, la meta es poder encargar al proveedor chino un contenedor –alrededor de 800 instrument­os– cada dos años o cada año, dependiend­o del éxito que tenga. Peteco tiene hoy en sus manos, además de los violines que están listos para vender, siete modelos de guitarra eléctrica, dos modelos de bajo, tres de guitarra criolla, y dos de guitarra acústica que viene probando. Si le gusta y sirve alguno de esos modelos, los utilizará con su banda en el escenario y los desarrolla­rá como marca.

Marca “Peteco”

“Ese es el target de clientes que queremos atraer con la marca Peteco, que sean instrument­os que los pueda tocar cualquiera. Ya tenemos pedidos hechos y todavía no decidimos cómo los vamos a vender. Si le vendemos instrument­os al uno por ciento de los seguidores que tiene Peteco en Facebook –256 mil– tenemos que andar muy bien. Queremos abastecer a los fans con productos de Peteco mismo”, se entusiasma Del Pino sobre el incipiente negocio. Lo más importante de todo es que, aseguran los músicos de Peteco, suenan muy bien. SI LE VENDEMOS INSTRUMENT­OS AL UNO POR CIENTO DE LOS SEGUIDORES DE PETECO, TENEMOS QUE ANDAR MUY BIEN.

MUCHA GENTE SE ACERCA A LOS ARTISTAS PARA USUFRUCTUA­RLOS, SOBRE TODO A LOS CARABAJAL.

 ??  ?? Con sello propio. La marca “Peteco” tiene posibilida­des de crecer entre los fans del artista. (CORRESPONS­ALÍA)
Con sello propio. La marca “Peteco” tiene posibilida­des de crecer entre los fans del artista. (CORRESPONS­ALÍA)
 ?? (LA VOZ) ??
(LA VOZ)
 ??  ?? En familia. Peteco filma mientras su hijo Homero prueba los instrument­os recién llegados.
En familia. Peteco filma mientras su hijo Homero prueba los instrument­os recién llegados.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina