Fonez presenta su disco “Oscilador”.
El grupo acaba de editar su segundo disco y lo estrena en vivo con un cruce interprovincial.
En 2014, Fonez publicó uno de los discos más rutilantes de la escena cordobesa de ese momento. Adhesivo de contacto espacial era, desde su tapa, una invitación a navegar a través de la psicodelia distorsionada. ¿Su receta infalible? Rock espacial atravesado por el pulso alemán del kraut y guitarras de ascendencia alternativa.
Más de tres años después, el grupo vuelve recargado con Oscilador, un segundo trabajo que expande lo anunciado en el debut e introduce nuevos artilugios rítmicos y sónicos. Entre una y otra obra, el grupo parece haber encontrado su forma definitiva. Integrantes del otro lado del charco, una gira europea y un nutrido vínculo con ciudades como Rosario, Buenos Aires y La Plata han ido moldeando el camino de una banda ajena a tendencias pasatistas.
“A fines del año pasado nos obligamos a dejar de tocar en vivo hasta que no tuviéramos nuevo disco”, asegura Nicolás Garay (bajos, guitarras y voces). “Hicimos una lista de algunas de las canciones que habíamos ido recolectando a lo largo de ese tiempo y nos pusimos a maquetearlas. Desde ahí el proceso fue bastante largo: armando, desarmando y volviendo a armar cada tema y construyendo algunos nuevos desde cero. Todo cruzado por un constante entusiasmo y desentusiasmo”, dice.
“Sin querer y a la vez queriendo, en el disco terminaron plasmándose estas idas y vueltas. Una mayor presencia de sintetizadores, quizás mucho menos noise, pero siempre acoples, distorsiones y disonancias que tanto nos gustan”, describe Garay, al tiempo que destaca la mayor mixtura entre temas instrumentales y canciones cantadas.
Oscilador es un catálogo de sonoridades del indie canónico, aquel que en los ‘90 terminó de construir su propio mito a través de artistas de culto como Yo La Tengo o Stereolab, referencias que resuenan aún más en la versión 2017 de Fonez. Más acá en el tiempo y el espacio, Él Mató a un Policía Motorizado y varias esquirlas de la escena platense se cuelan en el universo que promueve el grupo, el cual también remite a una prédica abierta por la autogestión.
Aún en sus momentos más álgidos, la de Fonez es una música estática pero en movimiento. Se hace eco de las mejores tradiciones experimentales pero no se desliga del amor por las canciones simples y contundentes. ¿Juega al límite de las posibilidades? Claro, y es justamente eso lo que la distingue en medio de una escena muchas veces aquejada por la necesidad instantánea de reconocimiento. En tiempos de redes sociales al palo, Fonez hace caso omiso a las notificaciones.
A los bifes
Oscilador será presentado hoy a las 20 en Espacio 75, en el marco de “Triángulo de Amor Bizarro”, bautismo de fuego para la Alianza Federal de Sellos Independientes que conforman Lo-Fi Records (Córdoba), Fuego Amigo Discos (Buenos Aires) y Polvo Bureau (Rosario). “La cercanía no es geográfica pero compartimos algunas ideas y modos de producción, nos agrupa la autogestión apasionada y la voluntad de producir siempre, aún contra la corriente”, dice Leandro Naranjo, productor asociado a Fonez y gestor de la escudería Lo-Fi.
“En esos primeros contactos entre bandas y sellos, hubo algunas experiencias cruciales que motivaron la apuesta en Córdoba: el Festival Otro Río, en Rosario, y el Creciente Magnética, de Santa Fe”, completa Naranjo. “Quisimos expandir el alcance de los vínculos a nuestra ciudad, hacer una especie de aporte a esa comunidad implícita que fuimos formando y sumar una propuesta nueva a la agenda local”.