VOS

Juntas. Consuelo y Eloísa llegaron a Carlos Paz.

Las actrices mayores de “La isla encantada” y “Bollywood” cuentan su experienci­a en la temporada de Carlos Paz y recuerdan cómo empezaron con la actuación, un oficio que las convence cada vez más.

- Beatriz Molinari bmolinari@lavozdelin­terior.com.ar

Consuelo y Eloísa no se conocían hasta la tarde en que compartier­on una charla con VOS. Sonrientes, amables, divertidas y con energía para regalar, las dos hablaron de su participac­ión en las obras de la cartelera carlospace­ña,

La isla encantada y Bollywood, respectiva­mente.

“Con probar no se pierde nada” fue la frase que impulsó a una y otra a entrar en el mundo del espectácul­o. Consuelo Peppino, la más conocida por la televisión, se sacó fotos con la gente que la descubrió, mientras Eloísa Bazán aprovechó para entregar folletos invitando al público potencial a ver Bollywood.

Después de la presentaci­ón formal, la estrella del “Bailando” y la no estrella de Bollywood contaron qué les da el teatro en esta etapa de sus vidas.

Eloísa hace mucho tiempo que hace teatro independie­nte. Es de Malagueño. Trabajó en el área administra­tiva del hospital de esa localidad vecina de Carlos Paz y está jubilada. Participó en grupos de su ciudad y en Córdoba, como La Casa del Arte, Espacio Máscara, Puam (el programa para adultos mayores), y también tomó cursos en el Cineclub Municipal.

“Me he presentado a otros casting más pequeños, pero es la primera vez que estoy en una obra de este nivel. Muscari buscaba acto-

res sin límite de edad. Enviaron correos con los textos de la obra. Fui pasando y quedé. Hasta hoy no puedo creerlo. La obra no tiene un hilo conductor. Prevalece la sátira a la fama. Mi primera incursión en teatro fue en quinto grado, cuando una monja me hizo hacer un papel de abuela”, dice Eloísa ante la mirada atenta de Consuelo.

“Me encanta actuar. Creía que no iba a poder”, señala Consuelo. “Es la mejor terapia. He ido a cursos en los que la gente iba por recomendac­ión del médico o el psicólogo”, dice Eloísa.

Consuelo está de acuerdo. Su experienci­a con el espectácul­o comenzó frente a las cámaras. De junio a noviembre resistió las eliminacio­nes de “Bailando por un sueño”. “Hago gimnasia. Me gusta bailar, pero nunca fui a aprender. Este es un regalo que me hizo mi papá. Yo vivía en el campo (Ausonia), donde estuve hasta que me casé. Me hubiera gustado aprender a bailar pero éramos muchos hermanos (siete mujeres y dos varones) y estábamos lejos. Mi papá siempre me decía: ‘Ay, nena, tendría que haber hecho el sacrificio y ver cómo podía llevarte a aprender a bailar y actuar’”.

“Antes los padres no estaban de acuerdo con ese tema. No lo veían bien. Había que ser médico, ingeniero, abogado”, señala Eloísa y hace un gesto elocuente. Recuerda que su papá tocaba la guitarra y ella cantaba con él. Las dos hablan y vuelven a ser hijas.

“¡Recuerdo tanto a mi mamá! Éramos nueve hermanos y nunca la escuché levantar la voz. Veo ahora que los padres gritan. ¡Ella tenía una serenidad! No sé cómo hacía”, dice Consuelo.

Amor al baile

Cuando se casó, se mudó a Villa María. Con su marido iban siempre a bailar. Cuenta que enviudó y que con su actual pareja también la une el gusto por el baile. “Con Ramón tenemos un grupito de amigos y salimos todos los sábados. Ahora los he abandonado. Me extrañan y los extraño. Ramón ya viene para acá”.

Después de las fotos sigue la charla. Les gusta conversar. Explican qué significa para ellas subir a un escenario con directores y elencos grandes en temporada de veracha”, no.

“Para mí es todo nuevo. Estoy aprendiend­o porque nunca hice esto. El primer día tuve una reunión con el director (Carlos Olivieri) y él me dio los pasos a seguir. Presté mucha atención. Me sirvió muchísimo”, comenta Consuelo y se acuerda de un ejercicio de concentrac­ión, encerrada en un baño y con una línea de texto.

Con respecto a su personaje en la comedia, adelanta, aunque mucho no puede contar, que estuvo en la isla, con su marido. Pasan cosas, él se va y hay que ver qué sucede. “Bailo un poquito: un reggaetón con Pedro”. Eloísa define su rol en

Bollywood. “Reivindica­r la vejez. Se habla de la vejez en la India y después digo lo mío. Estoy muy contenta por vivir una experienci­a así. Muscari me cuida, ¡me considera tanto! Me da apuro y me hace bien. Es un mimo al alma porque, no sé si Consuelo coincide conmigo en esto, pero no tenemos proyectos a largo plazo. No es lo mismo tener 30 años a tener 60. Los proyectos, por lógica, están más cerca. Yo le pongo todas las ganas y la actitud. Además, estar rodeada de gente joven me hace sentir bien, por su desenfado. Soy más recatada, pero me contagian. Estoy cho- señala y clasifica la obra como del under, bizarra, fuerte. “Esto pasa por la estrategia de Muscari. Es muy buen director y buen puestista. Él es exigente. Estoy viviendo algo que nunca pensé que viviría”.

En cuanto a la protección y el apoyo de la familia, comentan: “Mi familia es fundamenta­l porque siempre me acompañó. Sin ellos no sé si hubiera aceptado. Mis hijos (dos mujeres y un varón) y nietos (ocho), también mi pareja, siempre están”, dice Consuelo.

Eloísa tiene tres hijos y cuatro nietos. “Uno de mis hijos recién pudo venir al teatro el miércoles. Cuando le pregunté qué sintió, me dijo que se emocionó al verme bailar. Están contentos porque saben que estoy cumpliendo un sueño”.

“Un sueño”, repite Consuelo. “El ‘Bailando’, el teatro… Cuando despierte no sé qué va a pasar”.

Eloísa está en contra de la actitud de las mujeres de su edad que se quejan y hablan de enfermedad­es. “Yo las tengo, pero no voy a decirlas ni cuántos remedios tomo. Ponerle esto (el teatro) a la vida me ayuda y mejora”.

“Me pasa cuando me veo al lado de gente tan talentosa que yo veía en televisión. Son iguales a una”, apunta Consuelo, que llegó al cas- ting animada por una nieta. El plan era ir al casting y después volver a su casa a tomar unos mates.

Al finalizar la charla, Consuelo y Eloísa se saludan con la promesa de visitarse en las respectiva­s obras. Todo es risa entre ellas y agradecimi­ento, antes de subir como cada noche al escenario.

NO ES LO MISMO TENER 30 AÑOS QUE TENER 60. LOS PROYECTOS, POR LÓGICA, ESTÁN MÁS CERCA. Eloísa Bazán ESTOY APRENDIEND­O, PORQUE NUNCA HICE ESTO. EL DIRECTOR ME DIO MUCHOS PASOS A SEGUIR. Consuelo Peppino

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 ?? (LA VOZ) ?? Felices las dos. Eloísa Bazán y Consuelo Peppino disfrutan de la temporada en Carlos Paz con sus respectiva­s obras.
(LA VOZ) Felices las dos. Eloísa Bazán y Consuelo Peppino disfrutan de la temporada en Carlos Paz con sus respectiva­s obras.
 ??  ?? Primera vez juntas. Las actrices se conocieron a partir de esta nota. Prometiero­n visitarse en las respectiva­s obras donde actúa cada una.
Primera vez juntas. Las actrices se conocieron a partir de esta nota. Prometiero­n visitarse en las respectiva­s obras donde actúa cada una.

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