Elisa Gagliano, una actriz con clase
Elisa Gagliano cerró 2017 con un gran estreno como directora con Papá Barbie (o la antihistoria) y como actriz protagonista de
Clase, a las órdenes de Gonzalo Marull. Hacía siete temporadas que estaba en los escenarios dedicada esencialmente al género del stand up, entonces su regreso al teatro fue relativo.
Lo que no es relativo es el impacto que logró con ambas piezas: terminó el año con la obra de Marull elegida por Córdoba para la Fiesta Nacional de Teatro, y además entre las más convocantes de la temporada pasada, y esta semana fue elegida entre las candidatas a mejor actriz para el Premio Provincial del Teatro, cuya ceremonia se realizará el 27 en el Teatro Real.
Aunque la cantidad y calidad de actrices que hay en la escena cordobesa es enorme y muchas podrían ocupar esa terna, no es casual la elección de Gagliano: en
Clase luce todo tipo de registros en el rol de esa única alumna que tiene una clase exclusiva con su profesor (Pablo Martella).
De aquella estandapera corrosiva e incómoda se ven pocos rastros en el año más teatral de Gagliano. Como la actriz de cine de
Una noche sin luna (2014), como directora o como actriz de una gran obra de texto, logra desparramar su carisma, su encanto, sus preocupaciones, sus propias dudas y sus certezas.
En Clase, con texto de Guillermo Calderón, probablemente logre aunar muchas de sus intenciones artísticas. En el humor eligió la incomodidad antes que la ligereza, y en su año más teatral era más probable que Elisa se inclinara por temas que no son fáciles de abordar pero sí necesarios.
“Es una obra que amamos hacer. Nos atraviesa. Nos emociona. La creemos profundamente revolucionaria y necesaria. Y nos convoca y nos pone nerviosos y queremos mejorar y charlamos antes y después sobre espectadores que lloran, que tosen, que se duermen”, decía en una entrevista a VOS en diciembre.
Clase volvió a la cartelera, y estará los sábados durante lo que queda de marzo y todo abril. Es una obra para ver, para descubrirla incluso en los rincones de esos laberintos de palabras tan bien construidos.
También por Elisa Gagliano, una actriz siempre inquieta.