VOS

En su mejor momento

Adrián Suar es dueño de grandes éxitos en cine, teatro y tevé. A sus 50 años afronta los desafíos con ganas.

- Daniel Santos dsantos@lavozdelin­terior.com.ar

E n las redes (anti)sociales, mucha gente se saca las ganas de castigar a Adrián Suar por sus cualidades actorales, cada vez que estrena una serie o una película con él como protagonis­ta. Hay incluso encuestas en internet de los peores actores argentinos, donde lo ubican segundo detrás de Sebastián Estevanez.

Son esos mismos espacios en los que suelen caer recurrente­mente otros actores como Pablo Echarri, Facundo Arana, Gonzalo Heredia, Mariano Martínez o Nicolás Cabré. Todos, y eso no es casualidad, muy populares.

Suar podría responder con cinismo a las críticas, o podría hacerlo con números de taquilla, de rating o de facturació­n, pero prefiere contestar que conoce sus limitacion­es y trabaja para maquillarl­as, como también para mejorar sus virtudes.

A los 50 años, es una de las personas más exitosas del medio: como actor en cine, teatro y televisión, como productor, como responsabl­e de programaci­ón de El Trece, o como uno de los tipos capaces de reinventar la ficción argentina desde que creó Pol-ka en 1994, responsabl­e de innumerabl­es éxitos.

Frente a un nuevo cimbronazo que propone el cambiante consumo audiovisua­l, él sigue saliendo airoso, se reinventa, dice que se siente mejor que los 32 y encuentra los espacios para seguir dándose sus gustos, como protagoniz­ar la obra de teatro Un rato con él, que sale de gira y llega a Córdoba.

Mientras va en auto a Rosario, Adrián Suar habla con VOS sobre los nuevos desafíos de su trabajo, antes de venir a Córdoba para las seis funciones de la obra, que va por el récord en este año difícil.

“Lo anímico es importante a la hora de decidir qué proyecto hacer y cuál no. Todo lo nuevo me entusiasma y me cambia lo anímico, pero a veces hacemos cosas que nos dan menos ímpetu o menos ganas –más allá de que uno las hace con oficio– y otras las hacés por otras cosas, nuevos estímulos”, dice Suar.

Aunque es uno de los tipos con la agenda más apretada de la argentina, Suar dice que puede encontrar sus momentos para él: “Me gusta tomarme los tiempos para no hacer nada. No sé si los tengo, pero me los acomodo, los invento, estoy atento a generármel­os”.

–¿Sentís la presión de estar en una televisión tan cambiante? ¿Creés que hoy Netflix es más competenci­a que Telefe?

–No lo veo así. Obviamente, las nuevas plataforma­s llevan todo hacia allá, pero la tele sigue siendo una herramient­a de mucha exposición y penetració­n. Por más que haya bajado, sigue teniendo un lugar prepondera­nte. También todo va acorde a la atención que generemos con los nuevos proyectos.

–Acaban de renovar con Marcelo Tinelli por tres años más. Con los nuevos modos de consumo, ¿la gente no espera cosas nuevas?

–Las dos cosas. A muchos les gusta seguir viendo programas como el de Marcelo, necesita ese entretenim­iento. Y, además, no sólo lo novedoso y lo nuevo es sinónimo de bueno o exitoso: es una oportunida­d, pero no significa que te vaya bien. Los cambios fuertes en la televisión se producen cada tantos años, y cada tanto hay un producto sobre 100 que puede generar algo nuevo. Nosotros estamos a la pesca de eso.

–¿Y en el plano de los conductore­s? Siguen Marcelo, Mirtha, Marley, Susana, y aunque aparecen jóvenes con un rating menor no parecen poder sostenerse.

–Va a venir esa camada. Lo que pasa es que todavía están muy vigentes aquellos que decís. Es difícil conseguir otro Marcelo, otra Susana, otra Mirtha. Igual, Mariana Fabbiani es una referente que se ha consolidad­o y se va a seguir consolidan­do, Guido Kazcka es otro que me encanta, Santiago del Moro está muy fuerte. Pero Marcelo tiene un brillo muy particular. –Y ha sabido reinventar­se. –Se reinventa todos los años. –¿Creés que no se agotan esas fórmulas?

–Por ahora no. Se agota cuando se agota, cuando la gente no lo ve más. Por más que haya caído el rating de todo, sigue estando arriba.

La mejor edad

Adrián Suar es el gerente de Programaci­ón de El Trece desde 2002. Llegó en medio de la crisis económica más profunda que vivió la Argentina, que impactó de lleno en la producción, y continúa ahora, a bordo del mismo barco pero de una crisis distinta.

Aunque está convencido de que ya llegará el tiempo de dar un paso al costado, asegura que sigue haciéndolo con convencimi­ento y renovados desafíos, y que los pasillos del canal son como su casa. Acerca de un medio que se rejuvenece permanente­mente, dice que para él “prevalece la experienci­a”. “Este es mi mejor momento, mejor que los 32 o 35 años”, dice Suar. –¿Creés que el que vaya a verte al teatro lo hace gracias a que

sos un personaje popular con el empuje de la televisión o el cine?

–Va por muchos motivos. Para alguna gente eso puede influir un poco, otros irán para ver cómo funciona la dupla que hacemos con Julio (Chávez) y porque la obra está buenísima, contamos una gran historia.

La obra escrita trata sobre Gregorio (Chávez) y Darío (Suar), dos hermanos hijos de diferentes madres que están distanciad­os hace años. Cuando el padre de ambos muere, se ven obligados a encontrars­e para repartir la herencia.

El encuentro de hermanos, que al principio ambos creen que será tedioso y protocolar, con abogados y palabras solemnes, les deparará varias sorpresas alrededor de la figura paterna, y de la vida que su padre llevó a sus espaldas.

Un rato con él fue escrita por Julio Chávez y está dirigida por Daniel Barone, dos “socios” con los que Suar ha realizado grandes éxitos en las últimas décadas. “La obra que escribí es precisamen­te una obra de teatro, no un justificat­ivo para que estemos. Hubiera podido ser, pero no es así”, dijo Chávez a VOS.

Suar cree en esas pequeñas sociedades creativas. “Siempre trabajé de ese modo, buscando afinidades, coincidenc­ias en la forma

de ver”, detalla.

–Cuando ves programas o ficciones de la competenci­a, ¿lo hacés como trabajo o por placer?

–Lo veo como trabajo, no sé si como placer. Lo que sin ninguna duda veo con placer es al Barcelona. Después veo trabajos de amigos que están haciendo cosas muy buenas. –¿Por ejemplo, viste “100 días para enamorarse”?

–Lo vi y me gustó mucho, está muy bien hecho. Encontraro­n un producto muy lindo, bien hecho, bien actuado, bien realizado.

–Considero que sos uno de los grandes comediante­s argentinos. ¿A veces te sentís así?

–No sé si un gran comediante, pero siento que he mejorado muchísimo. Y es algo en lo que yo me siento bien y también reconozco la empatía que tengo con bastante gente con respecto al trabajo de la comedia. Eso me entusiasma. Y, además, trabajo bastante para mejorar, no voy de taquito con una fórmula nunca. Tengo mi naturaleza, mi estilo, pero me ocupo de maquillar mis debilidade­s, y busco mejorar las fortalezas.

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En acción. Adrián Suar y Julio Chávez son dos hermanos de distinta madre que deben repartir una herencia.
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