Extraordinaria y pasional
Elena Roger vuelve a La Falda como una de las figuras de la noche inaugural. Junto al músico Nicolás Guerschberg, presentará “Voz y piano de Gardel a Piazzolla”, un recorrido por clásicos del género.
Elena Roger se presenta esta noche en la apertura del Festival de Tango de La Falda. Por qué eligió un repertorio de clásicos ciudadanos en su regreso al evento tanguero.
“Si querés reírte todavía más, buscá ‘Elena Roger Feliz Domingo’ en YouTube y lo vas a encontrar”, dice la protagonista del video del otro lado del teléfono. En el clip subido por el canal Archivo TV Argentina se puede ver a la hoy actriz, cantante y figura de la comedia musical abriendo ni más ni menos que el cofre de la felicidad de Feliz
Domingo y ganando un viaje a Bariloche para toda su división. En medio de los festejos, Silvio Soldán le pregunta si cantar es su “vocación real” y la Roger adolescente contesta a las apuradas “eh, no no, no sé”. Ante la insistencia del conductor, aparece un deseo premonitorio: “A lo mejor...”. Cantante sin rótulos
Julio de 2018 encuentra a Elena Roger en plena etapa de maternidad (su hijo Risco nació hace tres meses) y navegando entre proyectos diversos. Uno de ellos es el dúo que integra junto al pianista Nicolás Guerschberg, compañero en su encuentro con Escalandrum. Con él llegará al Festival Nacional de Tango de La Falda para ser uno de los números centrales de la noche inaugural.
El espectáculo que presentarán lo dice todo desde su denominación: “Voz y piano de Gardel a Piazzolla”.
“Yo no soy cantante de tango. Hicimos el disco 3001 con los chicos de Escalandrum, con las canciones de Piazzolla, y obviamente siempre me gustó el tango y lo canté, pero nunca me dediqué a eso. Me resulta muy interesante y emocionante, estoy muy contenta de que me hayan vuelto a llamar para esta edición”, comenta Roger.
Esta vez, su actuación en el festival serrano dedicado al ritmo del 2x4 tendrá un tono más intimista: “Vamos a hacer temas variados, algunos de los tangos más famosos que hay. La idea es recorrer desde Gardel a Piazzolla, también sabiendo que ellos tuvieron un vínculo cuando Piazzolla era muy pequeño. Gardel fue como un padrino para él, y ese pibe que apareció en una película terminó siendo uno de los compositores más importantes del tango argentino”, adelanta la cantante. 3001, editado en el año 2016, incluye clásicos como Balada para mi muerte, Los pájaros perdidos, Chiquilín de bachín, y Preludio para el año 3001. –¿Cómo fue la selección del repertorio?
–Fue un poco de gusto personal, de descubrir ciertas joyas y también hacer algunos tangos femeninos, o que se hicieron famosos por mujeres. Mientras armábamos esto buscábamos compositores y cantantes del tango y el primer abanico que aparece es todo de hombres. Y la mujer también ha tenido una participación importante. Nos interesa destacar a Eladia Blázquez, por ejemplo, a Tita Merello, a Tania, que estrenó muchos de los tangos de Discépolo. Y además pasar por clásicos de Aníbal Troilo y tener como principio a Gardel y como
CUANDO CANTO ALGO PENSADO PARA UN HOMBRE, ME GUSTA HACERLO ASÍ. DE HECHO, A ‘BALADA PARA UN LOCO’ LA CANTO DESDE EL LOCO”.
final a Piazzolla, que son las dos puntas que unen este espectáculo.
–Desde tu lugar de intérprete y actriz, ¿qué diferencias encontrás cuando cantás un tango narrado desde un personaje masculino o desde uno femenino?
–En general a mí no me gusta cambiar el género. Cuando canto algo pensado para un hombre, me gusta hacerlo así. De hecho, Balada para un loco la canto desde el loco, no desde la mujer que vio a ese personaje. Es cuestión de interpretar ese abanico, de pensarlo. Igualmente, hay muchos tangos que son “unisex”, que los puede cantar cualquier persona. Muchos hablan de un amor, de un desencuentro, de alguien que viaja. Volver, por ejemplo. En esa época quien se iba era el hombre, pero ahora se puede poner perfectamente en la piel de una mujer, ya no está esa barrera. Muchas de las historias que correspondían solamente a hombres hoy también tienen que ver con la mujer, y viceversa.
–Sos una de las figuras de la primera jornada del festival de La Falda, ¿cómo enfrentás la responsabilidad de actuar frente a un público exigente, de nicho?
–Cuando me llamaron pensé “qué bueno poder cantar todos estos tangos que forman parte de mi vida”, de la vida de muchos argentinos, y sobre todo de los porteños. Yo soy una mina de Barracas, entonces no es algo ajeno el género para mí, he escuchado todos estos tangos. Es verdad que me van a encontrar pispeando alguna que otra letra para no pifiarla, porque no han sido el repertorio de toda mi vida estas canciones. En eso me tomo una responsabilidad, no quiero equivocarme. Y ahí es cuando pienso que es un festival dedicado a esa música, hay gente observando que forma parte de esos “grandes valores del tango”. Me enorgullece estar en ese lugar también, yo escuchaba a Chiqui Pereyra con mi papá cuando era chica, y hoy estoy compartiendo un escenario con él. Para mí es una gloria poder estar en este festival.
Madre todoterreno
“Este show está hecho especialmente para el festival, pero quizás después surjan otras fechas y empecemos a girar, con Nicolás puede pasar cualquier cosa”, dice Roger en relación al espectáculo que presentará en La Falda.
Esa soltura tiene que ver, en parte, con el nacimiento de su segundo hijo junto al actor Mariano Torre. Aunque dice estar más abocada a la familia y a la construcción de su casa sustentable en el barrio que la vio nacer, la actriz y cantante sigue generando ideas y encuentros con otros artistas aquí, allá y en muchas otras partes.
–Más allá de la maternidad, el trabajo y la vocación siguen presentes. ¿Cuáles son tus próximos proyectos?
–Estamos viendo qué hacemos con Escalandrum, cómo seguimos. Yo quiero grabar otro tipo de repertorio también. Estamos preparando un concierto a beneficio de la Fundación Fleni, que realiza todos los años una gala solidaria en el Teatro Colón; voy a estar participando en un tributo a Elena Walsh también ahí. Además voy a estar en el Festival Internacional de Arte Sustentable en Jujuy en noviembre, y en Catamarca en octubre. Es un año muy libre, no tengo una sola cosa fija. Manejo los tiempos desde mi casa así que aprovecho para aprender repertorios que de otro modo nunca hubiera abordado. Está buenísimo. Es un año muy creativo.