Todo lo de Cuesta no cuesta, vale
No hay temporada de teatro cordobés en la que no haya un gran éxito, una grata sorpresa, una apuesta reveladora, una actuación descollante, una idea demoledora y revolucionaria. Incluso en aquellos años de crisis más profundas. El teatro cordobés (y no tiene sentido escindir aquí lo independiente de lo oficial o lo comercial, aunque sus modos de producción sean distintos) tiene una madurez extraordinaria en sus directores, en sus actores, en sus dramaturgos, en sus técnicos, en sus productores. En ese universo virtuoso, Rodrigo Cuesta (salteño, pero que vive desde sus 20 años en Córdoba) es uno de los grandes genios de la escena, y ha encontrado un lenguaje amable, ingenioso, ATP, con un cuidado extremo por lo estético y toques cinematográficos que convierten cada obra en una pieza especial. Volver a Madryn, La Virgencita del Mal Paso, Funeral (o época de cáncer), La Calderilla con la Comedia Cordobesa, el fenomenal N/Narco, que este 2018 tuvo funciones a seis años de su estreno. Cuesta entiende el gusto popular, y aprendió a tomarlo a su favor y sin prejuicios, para convertir sus obras en espectáculos bellos, divertidos, sean de culto o más masivos (tanto como lo permita el teatro independiente). El superelenco de V.O.S. es una joyita que promete, pero la sola firma de Rodrigo Cuesta en la dirección seguro que vale el precio de la entrada.