Prostíbulo poético, una experiencia sensorial
No hay dudas, las sociedades del mundo están cambiando, pero el sexo aún sonroja e incomoda en muchas capas y estamentos. Desde hace dos años, Prostíbulo poético, una “obra performática sensorial, una experiencia erótica y romántica”, pone a prueba a los cordobeses en su relación con el cuerpo y el erotismo. Una pieza teatral, sí, pero también una experiencia que trasciende el texto y ataca los sentidos a partir de instalaciones artísticas, performances, acrobacias, música en vivo, degustación afrodisíaca y literatura.
“Me formé leyendo literatura erótica, y con el tiempo descubrí que lo más natural en nosotros, el sexo, se volvió culturalmente un tabú. Me gusta ver cómo las personas salen cambiadas de esta experiencia, el resultado es muy satisfactorio”, dice su mentora Solange Coero Borga.
En Prostíbulo poético, aparece todo girando y estimulando una experiencia que promete ser “amorosa y terapéutica”, y que invita a los asistentes a dejar el rol contemplativo y sumarse a la exploración. Todo como un acto artístico.
“Veneramos la exploración de una sexualidad libre y consciente y hacemos al espectador parte del espacio escénico en el camino del éxtasis”, invitan desde la pieza.
Más allá de la excitación y el deseo corporal, la pieza persigue otro fin: el amor. Y cuando éste aparece, aparece también la celebración. Ahí está la clave todo para los realizadores.
En su segundo aniversario, la obra vuelve a escena y hoy invade Espacio Urda (9 de Julio 739) en doble función: a las 21.30 y 23.30. Prostíbulo poético cuenta con la dirección de Matías Tomasetti, bajo una idea original de Solange Coero Borga, y pone en escena a Matilde Ochoa, Andrés Oviedo, Javier Guevara, Aranzazú Salinero, Marcia Urbisaglia, Victoria Garay y Matías Tomasetti.