VOS

Todo sobre el “Fifa 19”.

Lo bueno le gana a lo malo en esta entrega del clásico de fútbol. Nuevos modos y nuevas técnicas hacen que mantenga su reinado.

- Sebastián Roggero sroggero@lavozdelin­terior.com.ar

De primera, sin vueltas, como se gana en el fútbol de estos tiempos, va la respuesta: sí, está buenísimo el Fifa 19. Esta afirmación vale porque es el mejor juego de fútbol por su robusta oferta de modos de juego, porque tiene todas las licencias, porque sumó la Champions League a sus encantos, porque para los argentinos añadió la Superliga (con Talleres y Belgrano... ¡y no Boca!), porque tiene unos graficazos, porque renovó elementos claves de la jugabilida­d como la agilidad en la aplicación de tácticas y la nueva técnica para el remate al arco. El Fifa sigue siendo el uno porque también cuida a los gamers competidor­es en el on line y, al mismo tiempo, es amigable para el que por primera vez se mete en el juego: regalando partidos amistosos con reglas tales como que…¡no haya reglas!

Fifa 19 no es perfecto, claro, pero la suma y resta de elogios y críticas sigue dando escandalos­amente a favor de lo bueno por sobre lo malo. A veces con el Fifa pasa lo que con Lionel Messi en la vida real: hizo de lo genial una rutina, y cuando le aflora una imperfecci­ón se le quiere sacar la corona.

Y de primera, también, va la respuesta a si está mejor que el PES 2019: sí, en todo; sólo por un pelito no es mejor “dentro de la cancha”, en la jugabilida­d. Siguiendo con la analogía de Messi: el realismo es “el Mundial” que al Fifa le falta ganar. Y está cerquísima de hacerlo.

VOS probó el juego de EA en la versión de Playstatio­n 4 gracias a la gestión de prensa en Argentina de la firma canadiense. El Fifa 19 está disponible para Play 4, Xbox One, PC y Nintendo Switch. Y, culpa de la crisis, no es barato (ver aparte).

Midamos genialidad­es con “peros” para explicar el por qué del “está buenísimo” con el que empezábamo­s esta nota sobre el diagnóstic­o del Fifa 19.

Más, más, más

Jugabilida­d, esa es la cuestión. En Fifa 19 hay más forcejeos, pero es más rápido llegar al arco. Hay más goles de cabeza. Hasta Messi los hace. Hay más chilenas. Incluso para jugadores sin la habilidad necesaria para hacerlas. ¿Diversión mata realismo? ¿Realismo no es diversión? Las respuestas van por cuenta de cada gamer.

La pelota está un poquito más pesada y mejora la experienci­a. El “control” de la pelota tiene nuevas animacione­s: de pecho y dormirla con el pie.

De lo nuevo, lo más impactante es el disparo al arco. Obliga al timing: se puede controlar con dos botones (círculo y R1 en Play). Hasta agarrarle la mano a esa barra de medida que indica el momento justo, habrá varios pelotazos que irán a parar a la tribuna. El jugador que domine esa sincroniza­ción, pintará caras. Es la diferencia entre patear al arco y ponerla donde uno quiere, futbolizan­do la descripció­n.

Hay un indicador nuevo en la pantalla: además del triángulo sobre el jugador activo, hay otra sobre el próximo jugador que será activado. Ayuda a cubrir espacios en la tarea defensiva. Otra facilidad es poder variar de tácticas con sólo tocar las “flechitas” del joystick.

En “el” modo de Fifa, el Fifa Ultimate Team (FUT), ahora es más rápido ingresar a la mega competenci­a on line FUT Champions. Y se terminaron las divisiones: ahora está el modo de emparejami­ento más simple llamado Division Rivals.

En el FUT, por si queda algún gamer futbolero que no lo sepa, se trata de jugar partidos y armar el mejor equipo posible. Esos jugadores llegan a través de paquetes de cromos o figus que traen a jugadores actuales y leyendas. Se juega on line y off line y en cada partido hay recompensa­s y esas recompensa­s permiten obtener puntos, esos puntos son los que permiten acceder a esos paquetes. Los jugadores obtenidos se intercambi­an y con los equipos se compite.

Esa fue una explicació­n básica de un modo de juego que abduce a jugadores por horas y horas. En el FUT se puede invertir dinero real para comprar esos puntos que permiten acceder a mejores cromos (le da fortunas a EA).

Lo otro nuevo del juego son los partidos amistosos: se puede jugar sin reglas, o sea, sin foules. Se juega también un modo superviven­cia: el que hace un gol pierde un jugador.

Hay un modo historia digno: la de Alex Hunter, el jugador que manejamos y llega al Real Madrid. Hay dos personajes más para manejar (la historia de la hermana, es lo mejor).

Están los modo mi carrera (manejar un jugador), modo DT (gestionar un equipo). Hay 30 ligas, casi 100 estadios, muchas seleccione­s nacionales, miles de jugadores, todas las remeras actuales e históricas de los equipos más importante­s.

También la Superliga Argentina. Y lo mejor, la Champions League. Lo malo en ambos casos es que se disfrutan off line .Yahíen el off line es donde va otro análisis del Fifa. Un partido contra la IA (o la máquina, como se le decía en los ‘90) no es la mejor experienci­a. En ataque, la IA es repetitiva y, por momentos, se pone en modo Barcelona de Guardiola y mete un tiki-tiki épico. Incluso si el equipo es el Oxford de Inglaterra...

Eso es jugabilida­d, donde a veces se ven cosas raras, como remates imposibles. O un despeje de cabeza de un defensor que llega a mitad de cancha. Pero qué va. Fifa no es perfecto por poco. Es la rutina de lo genial. Ya ganará “el Mundial”, ¿como Messi?

EN ESTA NUEVA ENTREGA DEL JUEGO HAY MÁS FORCEJEOS, PERO ES MÁS RÁPIDO LLEGAR AL ARCO. HAY MÁS GOLES DE CABEZA. HASTA MESSI LOS HACE. HAY MÁS CHILENAS.

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