A los 81 años murió la genial Hebe Uhart
Ayer murió Hebe Uhart, una de las grandes narradoras argentinas. Se destacó por sus cuentos, sus crónicas de viajes y fue admirada por colegas y lectores.
¿Para qué viaja?, le preguntaron en una entrevista a Hebe Uhart. “Para aprender”, contestó ella. Ayer, la escritora argentina, autora de cuentos y, en los últimos años, de exquisitas crónicas de viaje, murió en Buenos Aires, donde vivía. Un paro respiratorio, tras varios años de lidiar con problemas respiratorios, fue el causante de su partida.
Uhart tenía 81 años. Había nacido en Moreno, Buenos Aires, y en los años de su juventud fue maestra. Más tarde estudió Filosofía en la Universidad de Buenos Aires, donde dio clases por varios años.
Sus primeras publicaciones como narradora fueron cuentos, como La nueva luz de un día ,y novelas, como Leonor y Camilo asciende. En el año 2010, la editorial Alfaguara publicó una gruesa antología de sus cuentos y novelas breves, Relatos reunidos.
En los últimos años, en la edito- rial Adriana Hidalgo, desplegó sus habilidades narrativas en crónicas de viaje: breves, precisas, irónicas, tiernas, con humor filoso y con una sensibilidad singular para percibir las cualidades más humanas de los lugares que conocía.
Hebe recorrió pueblos, pequeñas ciudades y rincones de todo el país (y también de otros países latinoamericanos), lejos del turismo, para mirar con ojos nuevos su geografía, su arquitectura, su colores y, sobre todo, para escuchar cómo hablaban sus habitantes.
En una entrevista a La Voz ,en 2016, contaba: “Es fundamental escuchar. Una escucha cuando algo le llama la atención. Con el tiempo, si una hace varios libros de viajes se aprende a sacar provecho hasta de donde no se puede sacar mucho. Cualquiera que escriba, si quiere hacer personajes, tiene que saber cómo hablan los lugareños”.
Uhart vino varias veces a Córdoba, a presentar sus libros y a clínicas de narrativa. La última vez, en octubre de 2017, fue en el marco del festival literario “Primavera”, al que vino junto a Elbio Gandolfo y otros escritores. El editor Alejo Carbonell, que organizó el evento y la invitó varias veces a la ciudad, recuerda cómo era la escritora: “Tenía mucho humor y, además, escuchaba. No tenía jerarquías con la gente. Una vez, hace un par de años, nos cruzamos en Entre Ríos. Estábamos en una pizzería y el pizzero le presentó a su hijo, un pibito, lector de Hebe Uhart, que le regaló un dibujo con un personaje de un cuento de ella. Me acuerdo que ella hablaba con el niño sin condescendencia, le preguntó por qué le había gustado”.
Además de ser admirada por otros escritores (Fogwill y Gandolfo solían ubicarla como una de las mejores narradoras argentinas), lo era por escritores jóvenes y lectores que, durante años, se formaron en sus talleres narrativos.
Sus ideas acerca de la escritura, la literatura y las crónicas, que ella compartía en sus talleres, están reunidas en el libro Las clases de Hebe Uhart (Blatt & Ríos), valioso testimonio de la mirada de Uhart que escribió Liliana Villanueva, a partir de sus notas, entrevistas y amorosos apuntes que tomó de su maestra.