VOS

Emociones fuertes en estado puro

- José Playo jplayo@lavozdelin­terior.com.ar

Pero ¿por qué es tan buena La maldición de Hill House? Por empezar, esquiva todos los lugares comunes del género, sobre todo los sustos sonoros con sobresalto (apenas hay dos o tres en toda la serie).

Luego, es tan buena porque consigue que la tensión del espectador esté siempre a tope. Hasta el final.

Para nada fácil la tarea de Mike Flanagan: adaptar una novela de 1959 (A Rather Haunted Life , de Shirley Jackson) a 10 capítulos televisivo­s que le permiten a cualquier espectador reconcilia­rse con el terror, nos gusten o no las historias de miedo.

Jugando en dos planos temporales, el guion (aplauso de pie) es una pieza de relojería que va y viene entre el pasado de una familia con hijos pequeños que pasa una temporada traumática en una casa ¿embrujada?, y el presente, cuando esos niños ya adultos deben lidiar con la resaca de aquella experienci­a.

Hill House consigue lo que los grandes novelistas en las historias entrañable­s: sembrar detalles a lo largo del camino sin que nos demos cuenta, para que las sorpresas broten inesperada­mente ante nuestro asombro a medida que engullimos páginas acercándon­os al final.

Con un trabajo de edición y montaje delicioso, la trama se enriquece además con personajes sólidos y motivados –que generan inmediata empatía–, dirigidos con maestría para sacarles todo el jugo. Decir que Hill House es apenas una serie de terror es injusto: es un paseo filoso a través de una historia bien contada, con climas logrados que nos sacan de la monotonía chata de las apuestas audiovisua­les que sobreabund­an en las pantallas.

¿Se acuerda de los atmósferas de Allan Poe, de los monstruos de Lovecraft, de la pericia de Stephen King? Bueno: todo eso es la serie. Y más: Hill House es entretenim­iento –de emociones fuertes– en estado puro.

LA SERIE DE TERROR DIRIGIDA POR MIKE FLANAGAN ES EL NUEVO ÉXITO DE NETFLIX. ¿POR QUÉ TODOS ESTÁN HABLANDO DE ELLA?

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