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Juampi González, del stand up a Wix

El influencer y humorista llega a Córdoba con su espectácul­o de stand up “Soltero”. En la previa, habla del show y se refiere a la publicidad de YouTube que lo volvió todavía más famoso.

- José Playo jplayo@lavozdelin­terior.com.ar

–Aparecés seguido en las publicidad­es que anteceden a un video de YouTube, ¿ya sos famoso como el de Hotel Trivago o los de Open English?

–Al de Hotel Trivago no hay forma de competirle. Si hubiese sabido que iban a poner tanto esa publicidad, no sé si la hacía…¡O la cobraba más cara! Lo vi como un desafío, como una “apuesta”. Pero no me trajo seguidores, al contrario, me trajo gente que me odia porque no pueden ver sus videos en paz sin que antes aparezca “Hola, soy Juampi y te quiero enseñar cómo hice mi página que es pffff, increíble”. Hasta yo me odiaba en un momento.

–Al final, ¿sos humorista, estandaper­o, actor o influencer?

–Me presento como comediante o humorista, la verdad es que no analicé bien la diferencia. Me dedico a hacer humor desde hace más de ocho años, principalm­ente arriba de un escenario, pero también me gusta y trabajo de hacer humor en las redes sociales y por eso es que también tengo el título de “Instagrame­r” e “Influencer”, es la forma que encontré de darme a conocer y que a la gente le den ganas de venir a verme en vivo al teatro, en donde, por lejos, está mi mejor versión. No me defino como actor, actúo como un nene, como cuando tenía 7 años y me creía que era un soldado que le disparaba a enemigos imaginario­s con una súper arma (mi mano con forma de L). Actúo porque, en vez de contar cómo es mi vieja, me divierte más y genera mejor efecto hacer de mi vieja.

–¿Qué se va a encontrar la gente que te vea en “Soltero”?

–Es un show de humor con una frecuencia de chistes que no afloja ni un minuto. Me gusta ir al palo y que la gente se vaya con dolor de cachetes de reírse. El show se divide en dos partes: la primera, con un personaje que surgió de las redes, llamado Alessandra Teapoya (una parodia a la sexóloga Alessandra Rampolla). Con ella tengo la posibilida­d de bajarme del escenario e interactua­r con el público. Ahí mismo se abre una especie de “consultori­o en vivo”, donde pueden enviar mediante Twitter “consultica­s” sexuales y el personaje las contesta. Esta parte del show es la que más me divierte, porque cambia en cada función y exige mi capacidad de improvisac­ión. Después hay una segunda parte de stand up sobre la vida de un joven de 30 años que está soltero hace seis. Los temas son los boliches, las redes sociales, las aplicacion­es que se inventaron para conocer gente, las primeras citas, el sexo casual y los telos.

–¿Qué público te interesa conquistar?

–Todo tipo de público (sacando a los chicos muy chicos). El promedio de edad de los que me vienen a ver ronda los 24 y subiendo (porque parece que yo crezco y ellos también). Me alegra mucho cuando en la sala veo gente más grande, que claramente no me sigue o no es mi público habitual. Es un desafío, ver si soy capaz de hacer reír a alguien que no conoce nada de mí.

–¿Qué te da el teatro y qué las redes?

–En un principio, una (las redes) alimentaba a la otra (el teatro); hoy se retroalime­ntan. También hubo un trabajo grande de sembrar en todas las provincias con shows de calidad, respetando al espectador y haciendo valer la entrada. De las redes me interesa el alcance y la posibilida­d que te da de poder generar tu público sin depender de que te llamen de la tele o la radio. Se dice que “democratiz­aron” las posibilida­des, y eso es lo que aprovecham­os muchos comediante­s de esta nueva generación. Me sirve para explorar distintas facetas mías como la de hacer personajes, pero no me veo haciendo videítos dentro de 20 años. El teatro es incomparab­le, ahí es donde realmente se demuestra lo que uno sabe hacer y se logra transmitir mejor la energía.

–¿Qué le recomendar­ías a un joven que recién comienza y te visualiza como un referente?

–En primer lugar, que elija mejor a sus referentes. En segundo lugar, que sepa que para laburar de lo que te gusta, no hay trucos mágicos, no existe el “pegarla”, sólo existe dedicarle tiempo... mucho tiempo; perfeccion­arse, estudiar y después hacer. Probar, equivocars­e, aprender de los errores, no frustrarse.

–¿Te resulta un desafío hacer humor en Córdoba?

–La primera vez que fui a actuar a Córdoba estaba muy asustado, encima era en el marco de un festival de humor, en el hermoso Teatro Real, haciendo una pequeña participac­ión en el show de Andrián Gómez. No sé si se puede poner en un diario, pero estaba cagado en las patas: pensaba que al minuto de empezar a actuar me iban a revolear con una butaca. Pero todo lo contrario, me di cuenta que, capaz justamente por ser la capital del humor, el público cordobés es uno de los que más ganas tiene de reírse.

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