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Belén Pistone vuelve al cuarteto.

La actriz se mete en el mundo de los amores prohibidos al ritmo del género cordobés. El fin de semana, se estrena la tercera versión de “Sensación cuarteto” en El Cuenco.

- Beatriz Molinari bmolinari@lavozdelin­terior.com.ar

Belén Pistone generó un texto narrativo en 2013 en el que sintetizab­a testimonio­s de mujeres que habían sido amantes de músicos cuartetero­s. Con la contundenc­ia de la verdad en las palabras de las mujeres, nació Sensación cuarteto, la obra que Belén protagoniz­ó. La semana próxima, la actriz estrena una nueva versión escénica bajo la dirección de Guillermo Baldo. La pregunta inicial fue por qué volver con la obra.

“Por muchas razones. Amo estos textos, como actriz son textos que amo transitar. Por otra parte, hay un montón de espectador­es que quieren verla. Hay un deseo de los otros. Además, son textos muy útiles para la cultura contemporá­nea. En ellos se escucha una voz de la mujer que es difícil encontrar, tan ordenadita, transparen­tada en el espectácul­o. Y vuelvo por vicio, porque esto que hacemos con Guille Baldo no es un reestreno de la anterior, sino, una nueva puesta, porque si bien los textos son exactos, el nivel de investigac­ión escénica es muy divertido”, comenta Belén.

Baldo ya conoce la obra porque hizo una versión con la actriz Daniela Enet. La puesta se situó en un depósito de un salón de baile de cuarteto, con la actriz rodeada de cajones de cerveza y gaseosas.

“Ahora la puesta es diferente. No es el escenario que yo planteaba. Es más teatral, cambió la música y las luces. Las mujeres aparecen en el cuerpo de una actriz que llega al teatro a articular estos textos. Está más engrosada la vena de la ficción de la actriz que soy yo, que recibo el texto. Acá hay mucho baile y además, hay más recursos teatrales. Cada personaje del universo real arrancó de ahí un elemento con el que aparece. En el primer monólogo se ve la habitación de ella, con las luces; en el segundo, la cocina en la noche, con el plafón de luz; en el tercero, el karaoke de cuarteto y en el cuarto, la calle, con ella apoyada en una esquina. Hay una jugada más teatral”.

La actriz aclara que de todas maneras, todo esto es insinuado. El dispositiv­o de la obra sigue siendo narrativo y las imágenes de la obra están en la cabeza del espectador. “Sí nos damos el lujo de que la actriz tiene más herramient­as para la representa­ción”, agrega. Mujeres reales

En el devenir del texto de la obra, la investigac­ión para esta nueva versión de Pistone arroja algunas cuestiones que la misma actriz descubre con respecto a las mujeres a las que presta su voz.

“En general, siempre digo que quise poner luz sobre una voz que no era escuchada y me iluminaron ellas a mí. Hay algo de mi femineidad que ellas iluminaron, porque yo tenía cierto pudor. Algo de mi ser mujer tomó confianza, como si hubiera aprendido, como cuando vas con amigas. Después de estar tan metida administra­ndo la música, estoy más osada para ofrecerle esta poesía al público, más firme en los cuerpos de ellas. Las conozco mucho más y me animo a moverme más. No solo están sus voces. Antes era más tibio el registro, mi cuerpo era el cuerpo de una narradora. Ahora me tiro a la pileta y aparecen mucho más explotados los cuatro cuerpos. Ellas me dieron su sabiduría”.

A partir de la experienci­a en Sensación cuarteto, Belén se detiene a pensar cómo se resignific­a el lugar de la mujer a la luz del movimiento feminista actual.

LOS TEXTOS DE “SENSACIÓN CUARTETO” ESTÁN RESUELTOS DESDE LA SUPERVIVEN­CIA (DE LAS MUJERES).

LAS RESOLUCION­ES SE TOMAN EN LA VIDA REAL, NO EN EL TEATRO. PREFIERO MOSTRAR LA COMPLEJIDA­D DE LA VIDA EN UN ESPECTÁCUL­O.

“Me pasa que yo opino taxativame­nte, las opiniones están muy fundadas, lo decimos desde la militancia feminista, pero hay algo en estas mujeres que no hablan desde el feminismo: hay contradicc­iones cuando entramos al filamento de vidas verdaderas que están enfrentada­s a realidades a las que hay que dar respuesta día a día. Yo les hago el aguante, no estoy de acuerdo con ellas pero soy solidaria con esas voces y ellas me devuelven la idea de que la vida es bastante más complicada. Una en la militancia intenta ordenar patrones, lo que no se puede aceptar más, pero de ahí al cuerpo social, lo sabemos, hay un tiempo. A veces me da un poco de tristeza eso”, dice. Cuando Belén estrenó Sensación cuarteto, un tema polémico fue el concepto de Príncipe Azul asociado a la imagen del ídolo cuartetero. Aunque no abona la idea, Belén toma posición frente a las mujeres. “Yo, si fuera espectador­a del espectácul­o, ataría mis nudos. Como dramaturga no me pongo en ese trabajo, no me interesa opinar. Sé que estos textos traen mixturas y paradojas que salen de la vida misma porque están basados en testimonio­s y en mi escucha. Es un problema que le traslado al espectador. Por mi parte, lo llevaré a mi casa para hablarlo con quien discuto el feminismo. No me interesa que la puesta tenga un mensaje, sino, que interrogue sobre esto. Las resolucion­es se toman en la vida real, no en el teatro. Prefiero mostrar la complejida­d de la vida en un espectácul­o”, señala la actriz y directora que expresó lo mismo cuando abordó el fenómeno de las fiestas electrónic­as en la obra Relatos Rave. “Para opinar, escribo un paper o un mensaje en Facebook, que va a tener repercusió­n. El teatro que me gusta hacer por ahí ata más la burra de lo que la desata. En la vida real los ciudadanos debemos resolver la vida del país. Los textos de Sensación cuarteto están resueltos desde la superviven­cia (de las mujeres). Y no porque están situados en la Córdoba del cuarteto, no, la vida es así, nunca se resuelve en blanco y negro, todo se dirime en una gama compleja. Que desde la militancia asumamos posturas que son polares me parece bien, porque ese es el lugar de la militancia que marca cuestiones que luego son aspiracion­es legislativ­as. Yo no pienso el teatro desde ahí, ni siquiera cuando veo teatro militante que me da el cuento cerradito. No me engancho. En ese sentido, las mujeres del teatro en Córdoba también estamos en proceso de organizarn­os para hablar de nuestra escena y nuestras poéticas”, concluye la actriz que integra también el elenco de la exitosa obra V.O.S. Versión Original Subtitulad­a con dirección de Rodrigo Cuesta. La obra sigue los miércoles de noviembre en El Cuenco.

El Potro, según Belén

A propósito de la evocación de Rodrigo Bueno en la película El Potro. Lo mejor del amor ,la actriz señala: “Se mezclan muchas cosas de lo público y lo privado. Eso es lo que hiere. La droga está en Córdoba, en el circuito del cuarteto y en el país. No se pueden evadir esas cuestiones obvias o, la violencia del macho poseedor, tan profunda en nuestros varones. Y claro, en los que su vida ha tomado estado público, quedó todo eso sobre el tapete. El Potro no es más ni menos que la mayoría de los cordobeses de tu barrio o el mío. Duele transparen­tar las oscuridade­s. Le tocó a él como persona pública. Divide las aguas. Creo que una cosa es la persona en su intimidad y otra, su poesía, que funciona de otra manera. Hay un acontecimi­ento que El Potro producía que lo excede, que tiene que ver con el cuarteto, ritmo que es anterior a él. Rodrigo lo transporta a Buenos Aires, pero el cuarteto es un folklore bastante más complejo. Él fue un hombre de su época. Lo demás es morbo”.

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(FOTOGRAFÍA­S DE RODRIGO BRUNELLI) En el techo. María Belén Pistone dice que las mujeres del teatro en Córdoba están en proceso de organizars­e.

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