“El trap es como la cumbia”
Con sólo 17 años, una de las figuras del trap argentino llega al festival La Nueva Generación. Debutará en Córdoba en el marco de la fiesta Sudan, referente de la noche porteña en materia de música urbana.
–Llegás a Córdoba con tus millones de reproducciones y vistas y tocás en La Nueva Generación, en el marco de la fiesta Sudan. ¿De qué se trata?
–Esa fiesta es muy millennial, muy yo, muy los que estamos en todas estas movidas. Es un poco de pop, un poco de reggaetón, un poco de trap, un poco de rock, un poco de todos los estilos. Si hablamos de edades, gente de entre los 18 y los 30, te digo (risas). Nada, muy copado. El concepto es mucho brillo, mucho baile, muy millennial. Mucho glitter y mucho Dakillah.
–Estás al tanto de lo que viene pasando con el festival. ¿Qué expectativa tenés?
–Más allá de lo que es La Nueva Generación, que está buenísimo y que además van bandas con las que yo ya toqué en otro festival hace muy poquito, va a estar bueno porque nunca fui a Córdoba todavía. Mucha gente de allá me habló para hacer shows, para ir a visitar y juntarme para ir a ranchar con la gente de allá. Ir ahora, haberle dado un tiempo a la gente de allá para que me conozca cada vez más, caer y que explote todo: va a estar buenísimo.
–Hace unos días también estuviste en el Personal Fest con Juan Ingaramo. Hay un acercamiento al pop, a otros públicos. ¿Cómo lo vivís?
–Está bueno porque por ahí te da distintos puntos de otro tipo de cultura que no es la tuya, la que estás acostumbrada, lo que hacés siempre. Eso te abre un montón la cabeza, podés aprender a hacer estilos nuevos mezclados con los que hacés vos. El rap lo podés mezclar con cualquier tipo de música porque es rimar. Está buenísimo porque aprendés un montón.
–¿Qué te genera subirte a un escenario y recibir todo lo que te demuestra la gente?
–El escenario es como el trono de cada uno. Son esos cinco minutos que te paraste en el medio de la pista a re bailar y te alumbró la luz sólo a vos. Es poder compartir un buen rato con la gente. Que sea un escenario materializado o no, con la gente rodeándote. Es tu momento de demostrar que tenés algo para darles, es tu oportunidad de regalarles lo que hacés. Si no conectás con la gente no hay nada. Yo lo vivo re contenta, me bajo del escenario re feliz, siento que descargué un montón de energías que quedaron ahí arriba. Es para darlo todo.
–Hace poco firmaste con Sony Music. ¿Cómo fue empezar a trabajar con el respaldo de un sello grande?
–Es una locura. Yo los amo. Además del apoyo económico y demás es como tu segunda familia, como un apoyo moral. Vos sabés que hay todo un equipo haciendo por vos cosas que por ahí solo uno no puede hacer. Bah, por ahí no, que uno no puede hacer solo. Es como una organización para que todo salga mejor y más lindo. A mí me encanta. Yo creo que si no fuera por mis managers, por Sony, por el equipo, tal vez hoy Dakillah no sería el personaje que es.
–Tus números millonarios implican una exposición muy grande, con comentarios recientes tuyos que han generado polémica en las redes. ¿En qué medida disfrutás y padecés de toda esa atención?
–A veces es un bajón. Yo el otro día tiré un tuit diciendo que la gente no sabe lo que es ser una figura pública porque es algo que ni siquiera elegís. O sea, yo estaba compitiendo y no me imaginé que de un día para el otro medio país iba a estar comentando de mi vida como si alguna vez hubieran comido en mi mesa. Pero por otro lado, por ahí tuviste un día de mierda, te peleaste con todo el mundo, te llegaron 25 mil cuentas, se te rompió un vaso, estás reenojado, y te habla un fan y te dice que tu música es lo mejor que le pasó. Que le hizo ver las cosas de otra manera, que le reayudó. Que te quiere, que te banca, que te apoya, que “no pares nunca”, y un montón de cosas así. Y aunque vos ni conozcas a la persona, y te lo esté diciendo por una pantalla, te genera algo relindo que te puede cambiar totalmente el día.
–A la gente que piensa que el trap es una moda o algo pasajero. ¿Vos qué les dirías?
–El trap es como la cumbia y se va a quedar en la calle, con los nigga. Y al que no le guste, no sé, va a tener que adaptarlo a otro tipo de música, pero el trap va a estar siempre. Era algo que la gente creía que se terminaba en las competencias y al año ya era la movida más grande de Argentina. El rap no se va a terminar nunca, el hip hop no va a terminar nunca. Y así como llegó hasta acá va a seguir llegando a todos lados y se va a seguir expandiendo. La va a seguir rompiendo siempre.