Shows a precio dólar
Cómo la devaluación afecta a los precios de los tickets de los próximos shows internacionales: Luis Miguel, Paul McCartney y el festival Lollapalooza. Comparación con años anteriores.
Con algunas semanas de diferencia, Luis Miguel y Paul McCartney anunciaron shows de regreso al país y, de acuerdo al protocolo del negocio del espectáculo, inmediatamente difundieron los precios de las entradas.
El divo mejicano dio el primer sacudón a comienzos del mes pasado. Al confirmar su presencia en el Orfeo Superdomo para el martes 26 de febrero de 2019, la página oficial del domo de Rodríguez del Busto difundió que los precios empezaban en $ 3.422 y llegaban a $ 6.785, con escalas intermedias de $ 6.490, $ 5.310, $ 4.720 y $ 3.776.
“Están muy caras, pero es una cita de honor”, razonaron algunas fans y tipearon su número de tarjeta más código de seguridad para garantizarse una ubicación. Mientras efectivizaban la compra, sabían que esa asignación presupuestaria dinamitaría el estándar de vida para meses subsiguientes.
Sin embargo, la pasión pudo más, como siempre, y la taquilla quedó virtualmente agotada.
El ex-Beatles, por su parte, agitó el mercado de shows internacionales hace unos días. El lunes anun- ció un único concierto en el país en el porteño Campo Argentino de Polo para el sábado 23 de marzo de 2019, y el martes, Ticketek mediante, blanqueó los precios de los tickets. En su caso, las entradas van de $ 6.900 a $ 2.990. Entre ambos extremos, hay entradas de $ 6.040, $ 5.750 y $ 4.600.
“Están carísimas, pero aun así será una carnicería conseguir una. Es que el Campo de Polo tiene una superficie disponible mucho menor que la de un estadio... Por otro lado, vos bien sabés: es Paul a los 76 años. Nunca sabemos si lo volveremos a ver”, observó un analista de la industria musical en conversación informal con VOS, muy consciente de que habría un shock de demanda.
Shock de demanda que se produjo esa misma mañana, cuando la página de Ticketek, presa del colapso, decía: “Estás en línea para Paul McCartney. Cuando sea tu turno, tendrás 5 minutos para completar el proceso de compra”.
En fin, un claro indicio de que no habrá más localidades en breve.
Lo cierto es que aun cuando se trata de dos artistas que despiertan pasiones incondicionales, la sensación general fue que los tickets eran “carísimos”.
Para certificarlo, basta con calcular qué porcentaje se lleva la entrada más cara a cada show del Salario Mínimo Vital y Móvil, fijado para diciembre en $ 11.300. Para ver a Luismi en un sitial de privilegio, se necesita el 60 por ciento del sueldo; para ver a Paul en idénticas condiciones, el 61.
Pero al convertir en dólares lo que en las ticketeadoras está expresado en pesos, se revelan valores que no fluctuaron demasiado en relación a los establecidos
NO DIRÍA QUE LAS ENTRADAS DE LUIS MIGUEL ESTÁN CARAS SINO ELEVADAS. ES DE NIVEL INTERNACIONAL. Kitty Oliva, fan club de Luis Miguel
en las últimas visitas de Luis Miguel y de Paul. Eso deja en claro que la sensación de que estamos ante algo “impagable” lo da la caída abrupta del poder adquisitivo a partir de la devaluación.
Efecto serial
La última vez que Luis Miguel vino a Córdoba fue a fines de noviembre de 2015, ocasión en la que también estuvo en el Orfeo Superdomo. El cantante logró una buena convocatoria aunque sin llegar a agotar entradas, lo que se explicó en el hecho de que su carrera había tomado un camino imprevisible, con shows plenos de gestos de fastidio por el sonido o con cancelaciones intempestivas, tal como había sucedido en el Auditorio Nacional de Ciudad de México, una semana antes de que se produjera esta visita. En ese contexto, la entrada más cara se había fijado en 185 dólares y la más barata en 68, de acuerdo a la cotización de esa moneda al confirmarse la fecha. Para febrero de 2019, están más caros los precios dolarizados para ver al intérprete de Cuando calienta el sol: 196 dólares el VIP y 99 la pista estándar. ¿A qué responde el salto de 11 dólares en el primer precio y de 31 en el segundo? Teniendo en cuenta que se trata del mismo espacio, la respuesta hay que buscarla en Luis Miguel: la serie (estrenada este año en Netflix) relanzó su carrera, recuperó el fulgor bailable de sus gemas más pop. “Al principio me hacía la idea de que iba a ser una serie musical más, de esas que no suelen ser muy exitosas. Nunca imaginé que Luis Miguel se atrevería a contar su verdad, a confirmar o desmentir lo que para nosotros eran rumores. La serie logró captar a tanta audiencia porque, realmente, es buena. Tiene un guion bueno, una adaptación buena, actores buenos. Diego Boneta hace algo excelente”, se entusiasma Kitty Oliva, presidenta del club de fans Simplemente Luis Miguel. “Es obvio que el impacto de la serie influyó para ajustar el precio de las entradas, pero no diría que están caras sino elevadas. Caro es cuando el valor no se corresponde con lo que se ofrece. Y Luis Miguel ofrecerá algo de nivel internacional, viene con mucha gente... Y el Orfeo es un lugar reducido en relación a un estadio. La respuesta está en que el show se agotó en la primera semana”, completa Oliva. Paul McCartney volverá el país en el marco del “The Freshen Up Tour”, que además de respaldar el lanzamiento de Egypt Station, último disco del legendario músico, filtra los himnos de las diferentes etapas de su carrera (The Beatles, Wings, solista). Como de trata de un refresco blanqueado desde el vamos, entonces, no está desenfocado comparar los precios dolarizados entre el show previsto para marzo de 2019 y los de aquella memorable visita del Beatle al Mario Alberto Kempes, el 15 de mayo de 2016. A un dólar a $ 14,50 el día de su confirmación, en aquella oportunidad la entrada más cara costó 277 dólares mientras que la más barata, 79. Ahora, curiosamente, para el concierto en el Campo Argentino de Polo la más cara sale 192 dólares (85 menos que en el Kempes) y la más barata, 83 (apenas 4 más que en 2016). El primer dato es el más categórico para corroborar que, de haber respetado un valor cercano a los 280 dólares ($ 10.360, al momento de realizar esta nota), el F5 de Paul McCartney hubiera sido inviable para el bolsillo promedio. Ante esto, resulta evidente que hubo una adecuación al contexto económico, tanto por parte del artista como de Time 4 Fun, la empresa contratante con la que el productor cordobés José Palazzo trabajó para el emocionante Kempes de mayo de 2016. “Los precios están fijados por los artistas internacionales, que además del caché cobran una participación de las utilidades. Hay un ingreso seguro (el caché) y un porcentaje”, revela Palazzo. Y añade: “El tipo de cambio hace que para el argentino sea más cara la entrada, no hay vueltas. Y un artista como Paul conoce la situación y sabe que recaudará menos en un país con moneda devaluada”. Similar comportamiento al acceso más caro para McCartney tienen los precios establecidos para la edición 2019 del festival Lollapalooza Argentina, que se realizará los días 29, 30 y 31 de marzo en el Hipódromo de San Isidro, provincia de Buenos Aires, con bandas como Arctic Monkeys. Dolarizados, los tickets cuestan menos que el año pasado; a saber: el abono para los tres días se fijó en 176 dólares, mientras que para la edición de marzo pasado costó 222; y la general por día se vende a 93 dólares, 23 menos en relación a la última edición. El ajuste también alcanzó al ticket enmarcado en el concepto early bird, un abono baratísimo para consumidores tempraneros, cuya disponibilidad en número nunca se ha blanqueado por los organizadores. Para 2018, el early bird costó 102 dólares; para 2019, se desembolsó 93. Aquí, está más licuada la cuestión de la “sensibilidad del artista”, a la que apuntaba Palazzo, por cuanto se trata de un evento con una programación inacabable. Organizado por Perry Farrel, excantante de los grupos norteamericanos Jane’s Addiction y Porno For Pyros, el Lollapalooza es un festival itinerante con socios eventuales en cada país. En el caso de Lollapalooza Argentina, al esfuerzo productivo lo comparte con DF Entertainment, cuyos referentes siempre evitan hablar con la prensa sobre la ingeniería financiera del evento. Lo que otorga ese silencio es el margen para pensar que lo que se pierde acá, se compensa con la ganancia generada en la edición de un país del denominado Primer Mundo.