Historias de lucha contra el gatillo fácil
“Madres” es un documental que retrata el duelo y los reclamos de familiares de víctimas de violencia institucional en Córdoba. Se proyectará mañana en el Museo de Antropología.
En los primeros minutos de Madres, una mujer describe a su hijo como un chico hiperactivo, atento, solidario. Un pibe lleno de alegría. Detrás de ella se ve una repisa convertida en una suerte de altar doméstico, donde se han dispuesto las cosas que quedaron en la pieza de Rodrigo. Hay fotos. Un vaso de Talleres. Los encendedores que coleccionaba. El perfume de Avon que le gustaba.
Antes de irse a dormir, cada tanto, Gabriela le echa perfume a la almohada para ver si eso la ayuda a soñar con su hijo. Ahora lo hace únicamente si lo extraña mucho. En una época lo hacía todas las noches.
Gabriela Sanso es una de las mujeres que da testimonio en Madres, un documental realizado por el Núcleo de Antropología de lo Visual. El filme de una hora de duración está enfocado en mostrar el proceso de duelo y las luchas que emprenden las madres que perdieron a sus hijos en episodios de violencia institucional, también conocidos como casos de gatillo fácil.
Desarmado, durante un intento de robo, Rodrigo Sánchez murió a manos de un agente de la Policía de la Provincia de Córdoba en septiembre de 2015. Tenía 16 años.
“Siempre me lo paró la Policía”, cuenta en el filme la mamá de Rodrigo. Aunque estuviera a metros de la puerta de su casa. Era morocho, usaba ropa deportiva, gorra. Un conjunto de atributos que suelen ser suficientes para que las fuerzas policiales actúen con brutalidad y de manera abusiva.
El proceso de criminalización de los sectores populares, las prácticas persecutorias y el desigual acceso al servicio de Justicia son temas que emergen en Madres, trabajo audiovisual que toma como base una investigación desarrollada por un equipo del Instituto de Antropología de Córdoba (Idacor).
El estudio, dirigido por Natalia Bermúdez, arrancó en 2007. Busca poner en discusión –a partir de las historias de lucha y reclamos de justicia de los familiares de víctimas de la violencia institucional– una problemática íntimamente ligada a las políticas de seguridad que se llevan cabo en la provincia de Córdoba: las muertes de chicos de barrios de clases populares. Se trata de una problemática acuciante desde hace años, pero que en los últimos días ha vuelto a impactar en la agenda pública debido al nuevo protocolo sobre el uso de armas por parte de la Policía que impulsa el Ministerio de Seguridad de la Nación.
En coincidencia con el Día Internacional de los Derechos Humanos, el documental se proyectará mañana a las 18.30 en el Museo de Antropología (Hipólito Yrigoyen 174).
Lo que no se ve
“Para realizar Madres nos basamos sobre todo en la relación que se establece entre las antropólogas y las madres con quienes trabajan desde hace más de 10 años –cuenta Josefina Cordera, directora del documental–. Es el vínculo humano más que académico que se establece entre ellas lo que nos permitió tener un acercamiento al mundo más íntimo de estas mamás, cuya vida cotidiana quedó signada por la muerte de sus hijos. Un momento que vuelve a ellas una y otra vez en
este camino de lucha y búsqueda de justicia”.
Añade la realizadora: “Esperamos que Madres ayude a conocer la realidad que no vemos usualmente cuando se debaten políticas de seguridad y cuando aparecen casos de gatillo fácil. El docu-
mental pretende mostrar el lado humano de esta cuestión, que esos muertos son personas”.
“Lamentablemente –señala–, parece que es necesario llevar a cabo la tarea de humanizar a estos chicos que son en general las víctimas en estos homicidios. Y esto es porque en cada sociedad el poder define cuáles son los ciudadanos ‘matables’, el ejemplo más conocido por todos son los judíos de la Alemania nazi. En nuestro contexto se está construyendo a los jóvenes de sectores populares como ciudadanos ‘matables’ y lo primero que se hace es deshumanizarlos”.
Madres tiene un objetivo concreto. Dice Eliana Piemonte, productora del documental: “Sobre todo queremos que el ciudadano medio se pregunte cuál es su rol y su posición con respecto al gatillo fácil. Porque si son posibles estas políticas de seguridad basadas en la represión, en la estigmatización de algunos sectores sociales, es porque hay que un aval social que permite que eso suceda. Si logramos que los espectadores se sientan afectados y revisen un poco su forma de actuar en ese sentido, habremos hecho un buen trabajo. Y si no, ponerlo a circular y que genere debates enojos y opiniones diversas”.