“Me gustaría ser un poco como Merlí”
El escritor y guionista español Héctor Lozano es el creador de la serie “Merlí”. Estuvo de visita en Argentina para presentar su novela “Cuando fuimos los peripatéticos”.
“A mí la serie me ha servido para ser más crítico, reflexionar más, ser más prudente a la hora de hablar. Para hacerme preguntas y cuestionar las cosas, que es lo que hacía Merlí”. El guionista y escritor español Héctor Lozano habla de su personaje como de un viejo amigo al que ya no frecuenta, pero de quien sigue aprendiendo las cosas de la vida.
“He aprendido un poco a mirar con cierta distancia. Mantener una suspicacia y no creerse a priori muchas cosas. La filosofía cuestiona, interpela a la gente, y eso es muy necesario”, dice el creador de
la serie Merlí y de la novela Cuando fuimos los peripatéticos (Planeta), que retoma la historia de los alumnos sacudidos por un profesor fuera de lo común en la voz de Bruno, el hijo del personaje principal.
Lozano llegó a la Argentina como parte de una gran comitiva de autores, intelectuales y artistas de Barcelona, la ciudad invitada a la Feria del Libro de Buenos Aires. Cuenta que Merlí Bergeron, el profesor de filosofía de 60 años que fascina y desafía a sus alumnos, y que a lo largo de la serie se vuelve experto en enredos sexuales, surgió de una charla en un bar.
“Hace años, un amigo mío que es profesor de literatura me explicó cómo hacía sus clases y su manera de acercarse a los alumnos. Me contó que se había ocupado de un chico que tenía agorafobia y no podía salir de su casa. Mi amigo lo iba a visitar y le daba clases en la casa. Yo salí del café pensando que tenía un personaje y una serie. Esa fue la chispa”, revela.
En la Argentina, las tres temporadas de Merlí están disponibles en Netflix. La serie española tuvo impacto a nivel mundial y ya está en marcha una versión para la televisión alemana.
Para los seguidores de las andanzas de “los peripatéticos” hay una buena noticia. Además de la novela, que permite reencontrarse con los personajes y conocer más sobre sus vidas, se viene un spin off que tendrá como protagonista a Pol Rubio, el discípulo díscolo y preferido de Merlí.
La miniserie, titulada Merlí: Sapere Aude, empezará a rodarse en menos de 10 días. Serán un total de ocho capítulos de 50 minutos cada uno.
En la nueva historia, Pol Rubio comienza a estudiar filosofía en la universidad y avanza en su relación amorosa con Bruno Bergeron. Entre los personajes que irrumpirán está Minerva, interpretada por la joven actriz argentina Azul Fernández, una de las revelaciones de Campanas en la noche.
Necesarios
–¿Tuviste alguna vez un profesor de las características de Merlí?
–Sí, Merlí hay muchos en verdad: es el profesor carismático, que sabe contactar de una manera especial con los alumnos, hombres y mujeres que se dedican a la docencia y consiguen que los alumnos amen una asignatura. Esta gente existe, y son necesarios. Yo tuve uno, de filosofía precisamente, que hacía que uno tuviera ganas de acudir a clase. Eso es lo que yo quería comunicar con la serie, que los espectadores tengan ganas de estar entre esos alumnos.
–¿Ya tenías formación filosófica cuando creaste la serie?
–Únicamente la de la secundaria, pero justamente había empezado a estudiar filosofía en la universidad, como aficionado. Me gustaba que me explicaran la filosofía de manera clara y concisa. Me cuesta la filosofía más densa, más alemana. Yo buscaba entender ciertas cosas y trasladarlas a la vida cotidiana, al día a día.
–¿Te sentís identificado con algún personaje en particular?
–Me identifico un poco con todos. Cuando uno crea personajes, deja ir sus fantasmas, inevitablemente. Pero Merlí es especial. No es que yo sea como Merlí, sino que a mí me gustaría ser así, y por eso lo escribí de ese modo. Hay algo en Merlí que me atrae. Me quedo escuchándole, viendo lo que decide, lo que hace. Me gusta ese punto misántropo del personaje, que se atreve a decir cosas que la mayoría callamos. Me gustaría ser un poco más de ese modo.
–¿Fue difícil darle a la serie ese final tan dramático? ¿Estaba decidido de arranque, o apareció más adelante?
–Estaba pensadísimo, aunque yo no se lo había dicho a nadie. En la primera temporada ya sabía cómo acabaría, y nunca tuve un final alternativo. No se me ocurre de qué otra manera podría haber acabado. Lo hice así para dejar una huella mayor en los espectadores y en los personajes. Y también porque así es la vida misma, es filosofía pura.
Reencuentros
–¿Cómo surgió la novela? –Fue una propuesta de la editora de Planeta. Lo pensé dos días y decidí hacerlo. Ya había terminado de escribir toda la serie, y empezar la novela fue reencontrarme con los personajes pero de una manera más íntima. El tempo de la novela me ayudaba a acercarme de otra manera. Bruno, que es el protagonista, echa una mirada nostálgica a todo lo que vivió. Me interesó volver a explicarlo todo e ir más allá. Cuenta su aventura en Italia, por ejemplo, que en la serie solo quedaba insinuada.
–¿Por qué decidiste que fuera Bruno el narrador?
–Sobre todo por la figura paterna ausente. Podía profundizar no sólo la relación que tuvo con su padre, sino también la que tuvo con Pol. Lo que hace Bruno es explicarle todas sus vivencias a Nina, su hermana, como un legado, un testimonio. Una forma de acercarle a ella quién fue Merlí.
–¿En qué etapa está el “spin off de Pol Rubio”?
–Se empieza a rodar el 20 de mayo. Estamos en plenos ensayos y muy entusiasmados. Está Pol de protagonista y hay nuevos alumnos, nuevos profesores, nuevas filosofías. Se mantiene la marca Merlí, pero tendrá un punto más adulto.
–¿En algún momento aparece Merlí en el “spin off ”?
–No aparece, pero se nota su ausencia. Es como una presencia ausente, no sé cómo decirlo.
ME GUSTA ESE PUNTO MISÁNTROPO DEL PERSONAJE, QUE SE ATREVE A DECIR COSAS QUE LA MAYORÍA CALLAMOS.
EMPEZAR LA NOVELA FUE REENCONTRARME CON LOS PERSONAJES DE LA SERIE, PERO DE UNA MANERA UN POCO MÁS ÍNTIMA.