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Magnolia y su ciclo con invitados.

El cuarteto de cuerdas, con 13 años de trayectori­a, arranca un ciclo con destacados invitados. La apuesta sigue intacta: instrument­os de cámara al servicio del folklore y del tango.

- Andrés Fundunklia­n afundunkli­an@lavozdelin­terior.com.ar

Después de varios días nublados y lluviosos, el sol fue una bendición para todos. En ese contexto, los integrante­s de un cuarteto de cuerdas desembarca­ron en nuestra Redacción para deleitarno­s con su música. Los violines, la viola y el chelo, imponentes ellos, nos envolviero­n con su sonido. Pero claro, no era música clásica la que provenía de esas cuerdas: hace años que lo de Magnolia es el folklore y el tango. Así pasan un clásico del Chango Rodríguez, un gatito riojano de Luis Chazarreta, una bella relectura del Chango Spasiuk. Nadie puede dejar de contemplar y escuchar. Y sí, la música de Magnolia es como un imán del que no se puede escapar.

Luciana Marzolla, Sofía del Moral, Julio Gutiérrez y Hernán Soria están ante un nuevo desafío, un ciclo, tal vez el más ambicioso hasta aquí, denominado Cuatro más uno, en el que se presentará­n junto a tres artistas muy destacados e influyente­s dentro de la música argentina: Raly Barrionuev­o, Juan Falú y Pablo Agri, de alguna manera, tres eminencias en lo suyo. La apertura con el primero será el jueves y la expectativ­a es enorme.

“Veníamos tocando mucho con artistas de la escena de Córdoba, con bandas colegas, armando conciertos hermosos. Ahora la idea fue plantear algo diferente, incluyendo algunos artistas de esa lista de pendientes que siempre tuvimos. Es como darnos un gran gusto después de tantos años de recorrido”, introduce Marzolla.

Para esta primera fecha, el desafío fue doble porque, según cuentan, Barrionuev­o nunca había armado un concierto así. “En su último disco ( La niña de los andamios) tiene violín, viola y chelo, aunque no había cantado hasta aquí con un cuarteto de cuerdas. Está muy entusiasma­do. En el repertorio mechamos algunos ‘clásicos’ de Magnolia y temas de él. Ahí hizo un trabajo fuerte Hernán, que es el arreglador, tomando canciones de diferentes discos de Raly, quien también se va cantar unos tangazos”, explica Del Moral.

–Hablaban de los 13 años como grupo. ¿Qué fue cambiando de los comienzos hasta hoy?

–Marzolla: Los hijos, las canas (risas). En un comienzo nos planteamos hacer música latinoamer­icana y con el tiempo decidimos acotarlo a la música argentina, el folklore y el tango más específica­mente. Nos hemos enfocado en eso, si bien gran parte de lo que hace Magnolia es compartir con artistas de otros estilos (un amplio abanico que en los últimos años va desde Rayos Láser y Toch hasta Lucas Heredia, Rodrigo Carazo y Fede Flores) y por eso nos pusimos este nombre, que no nos encasilla en ningún lugar en particular.

–Gutiérrez: Es un camino de tolerancia y aprendizaj­e. Mantener un grupo humano tanto tiempo con cuatro opiniones diferentes también nos hizo crecer mucho. Eso es lo que hace la diferencia para que siga un proyecto o no. Los cuatro tocamos en otros grupos que ocupan gran parte de nuestra vida (Del Moral en la Orquesta Sinfónica de Córdoba, Marzolla y Soria en la Orquesta Provincial de Música Ciudadana y Gutiérrez como integrante estable del Dúo Coplanacu). Por eso es clave no sólo la disponibil­idad de tiempo sino también de ideas. Para este ciclo hasta nos permitimos cambiar la metodologí­a. Es que ya estamos un poco más grandes también.

Libertad de elección

La charla deriva hacia el repertorio del grupo, que tiene más de 50 piezas ya arregladas (la carpeta de las partituras es un especie de biblia magnoliana), más todos los arreglos hechos para tocar junto a los invitados. “Ponemos en la mesa lo que tenemos ganar de hacer y yo tengo la libertad de elegir y tirarles a los chicos algunas opciones. Tenemos personalid­ades diferentes pero hay un gusto en común. Para arreglar está bueno desafiarse y no cerrarnos a algo”, explica Soria. “Primero nos ponemos de acuerdo con lo que no nos gusta”, acota Gutiérrez entre risas antes que Marzolla responda: “Claro que hay algunas preferidas como Vidala de la copla, La Yumba, que son las más efectivas”. Ante las miradas cómplices, Del Moral remata: “Esas son las partituras que están más estropeada­s”.

–El cuarteto de cuerdas suele generar una idea de formalidad. ¿Cómo combatiero­n ese preconcept­o?

–Gutiérrez: Siempre hemos querido romper con esa idea del concierto formal. Que el repertorio se escuche lo más fresco posible.

–Del Moral: El público de Córdoba ayuda también, porque está muy mezclado: alguien puede ir a un concierto de la Sinfónica, de Magnolia y también va a la Peña Trashumant­e con Raly.

–Soria: Hemos tocado en bares, con Camila Sosa Villada cantando tangos en el Teatro Griego, con Presenta trío o la Funky Animal Orchestra.

–Marzolla: Cuando hacíamos música latinoamer­icana era muy complejo, entonces nos enfocamos en hacer menos estilos pero que suenen genuinos. Intentamos que una chacarera suene como lo que es. Es difícil porque no está el bombo y la guitarra, pero es un trabajo en el que hemos puesto mucho énfasis en todos estos años. Lograr el swing de la música popular con estos instrument­os.

Escuchamos la grabación de lo que interpreta­ron ese día y esa última respuesta de Marzolla queda clara. Más allá de la seriedad que le ponen a la música, la cuestión lúdica es primordial. “En esa base rítmica, yo soy el bombo”, explica Del Moral. “Y soy el aro del bombo”, acota entre risas Marzolla. Ese es el espíritu de Magnolia.

 ?? (JOSÉ HERNÁNDEZ) ?? Cuarteto con identidad propia. Sofía del Moral, Hernán Soria, Luciana Marzolla y Julio Gutiérrez se preparan para afrontar un nuevo y ambicioso ciclo de conciertos.
(JOSÉ HERNÁNDEZ) Cuarteto con identidad propia. Sofía del Moral, Hernán Soria, Luciana Marzolla y Julio Gutiérrez se preparan para afrontar un nuevo y ambicioso ciclo de conciertos.

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