La continuidad de una tradición
Walt Disney anunció las fechas de sus próximos estrenos: una nueva trilogía de Star Wars ,la Fase IV del Universo Cinematográfico Marvel, Indiana Jones 5,
Nuevos Mutantes, secuelas de Avatar, entre otros títulos. La noticia no hace más que confirmar la continuidad de una tradición del cine norteamericano, que tiene que ver con el trabajo de los grandes estudios, las grandes productoras y distribuidoras, capaces de crear espectáculos multimillonarios que revienten la taquilla y el corazón de los cinéfilos.
El anuncio no es ninguna novedad si se tiene en cuenta que la historia del cine norteamericano es la historia de los grandes estudios. Desde los comienzos del siglo pasado fueron construyendo de a poco una tradición gigantesca e inevitable; y con ello impusieron, claro, una visión del mundo.
Para Estados Unidos, el cine es un negocio del espectáculo de masas y una secreta herramienta político-propagandística. De modo que al cronograma de Disney, ninguneado por cierto sector desinformado de la crítica, se lo tiene que recibir como el triunfo de una política que articula de manera perfecta el negocio, el entretenimiento y la calidad cinematográfica.
El anuncio es también una buena noticia porque, gracias al avance de la tecnología, hoy se pueden hacer películas que antes eran imposibles de realizar. Estados Unidos cumple con ese axioma marxista que dice que el país que tenga la economía más caudalosa tendrá el arte más avanzado. En términos objetivos, no hay ninguna otra cinematografía que tenga la calidad y el poder de la norteamericana.
La compañía del ratón, que hace poco compró la 20th Century Fox y que tiene programación hasta 2027, hace un cine capaz de conmover al espectador más rústico y al cinéfilo más exquisito. Un ejemplo es ese tanque rutilante que está en cartelera: Avengers:
Endgame, que con un chasquido superó todos los récords imaginables. El último producto distribuido por Walt Disney es pasión de multitudes. Ojalá siga dando espectáculos de excelencia.
LA COMPAÑÍA DEL RATÓN HACE UN CINE CAPAZ DE CONMOVER AL ESPECTADOR MÁS RÚSTICO Y AL CINÉFILO MÁS EXQUISITO.
LOS FANÁTICOS ESTÁN UN POCO MOLESTOS DE QUE MANCILLEN AQUEL LEGADO ORIGINAL, Y LO HACEN SABER EN LAS REDES SOCIALES.