VOS

Con puro instinto pop

El dúo de Zoe Gotusso y Santi Celli llega al Quality Espacio para ratificar el impacto de “SMS”, un álbum debut que corona tres años de reinvencio­nes constantes.

- Germán Arrascaeta

El dúo Salvapanta­llas cierra el ciclo de “SMS”, gran disco debut con el que los cordobeses se ganaron un lugar prepondera­nte en la escena, siempre en constante cambio.

Esta noche, Salvapanta­llas actuará en una sala de alcance mainstream: el Quality Espacio de zona sur.

El dúo cordobés de Zoe Gotusso y Santi Celli buscará ratificar el impacto popular de SMS, un hermoso disco electropop producido por Juan Ingaramo.

A Zoe (21 años, cantante) y Santi (26, guitarrist­a y coreuta) les llevó tres años instalarse en el umbral de ese reconocimi­ento masivo, un tiempo en el que pasaron de dúo folk que versiona clásicos, con YouTube como lubricante definitivo, a otro más estimulant­e en términos de personalid­ad expresiva y ritmo.

En ese tiempo, además, acompañaro­n tanto la ebullición de la música independie­nte local como la transforma­ción urbana de Córdoba en relación al entretenim­iento de escala under.

Recién levantados, los “Salva” se encontraro­n con VOS el martes en el lobby de un cuatro estrellas mendocino. Faltaban algunas horas para el estreno de su primer clip “ficcional” (Chhkp ),y otras más para la ceremonia de unos Premios Gardel en los que fueron nominados en dos categorías.

Tras el saludo, piden el desayuno y se disponen frente al grabador para hablar de lo que pinte. No hay temas tabú, no hay agente de prensa pidiendo cuidados intensivos. “Estaba de vacaciones en Brasil y vi un videíto de Zoe en YouTube en el que estaba tocando sola en su casa. Hacía un tema de John Mayer, Daughters…Yo soy un fan de Mayer y ella, encima, la estaba rompiendo”, dice Santi cuando se le sugiere ir al grado cero de Salvapanta­llas.

“Me fijo en FB y, de repente, conocía a su hermana. Y desde ahí intercambi­amos música hasta que dijimos ‘¡juntémonos a tocar!’ Sabíamos temas en común y empezamos. A la semana, ya estábamos actuando en un boliche”, añade.

“Claramente, uno no conoce

gente así todos los días. Para que tres años después estemos en Mendoza y en este momento, algo bueno debió pasar cuando nos conocimos. Hubo feeling y chau”, interviene Zoe, la cantante que artistas como Louta, Valdes y Horvilleur invitaron para diferentes movidas.

Una mirada heteronorm­ática y conservado­ra establece que un chico contacta a una chica para iniciar un ritual seductor. Pero en este caso prevaleció el amor por la música. “Somos amigos y compartimo­s música –refuerza Zoe–. Santi conocía a mi hermana, pero uno no sabía de la existencia del otro. Cuando él me escribe, dio la casualidad de que vivíamos cerca y que teníamos el impulso de hacer algo”.

Por entonces ambos trabajaban (“Yo, de moza; él, en un shopping”) y empezaron a conseguir shows en los días hábiles que tendían al fin de semana. Hacían versiones. “Curtimos mucho la de bares. Recepcione­s de boliches, bares, bares, bares, Güemes, Güemes. Y después vimos ‘che, hay gente’, vámonos a Buenos Aires a ver qué onda”, reconstruy­e Zoe.

“Fue una especie de laboratori­o tocar tanto. Así empezamos a desarrolla­r un estilo cuando ni siquiera teníamos el nombre. Toda esa época nos sirvió muchísimo. Lo que Hamburgo fue para los Beatles, para nosotros fueron esos shows en bares de Córdoba”, relaciona Santi mientras Zoe se apura en destacar un show clave. “Después unas vacaciones con amigos, tocamos en Dos Onzas y algo pasó –asegura–. De un lado, estaba nuestro vínculo hermoso, la música y qué se yo, pero del otro también estaba pasando algo. Que una banda posteé algo en Instagram y, de repente, caigan 300 pibitos... La gente también puso lo suyo”.

–Se curtieron como dúo folk pero el álbum debut es de pop electrónic­o. ¿Cuál es la razón de la conversión?

–(Zoe) Este proceso fue muy rápido, pero alcanzó a decantar una obra. Lo de sonar pop es parte de nuestra evolución artística. No es que dijimos ‘armemos esto, seamos una banda pop’. Pero ahora que salió, quizás mañana volvamos a las guitarras acústicas.

–(Santi) Pesó la naturalida­d. Pasó que teníamos otras canciones casi para hacer otro disco diferente. Pero, de repente, ella termina una relación casi al mismo tiempo que conseguimo­s un tecladito Casio de juguete. Zoe empezó en su casa con una loopera a experiment­ar…

–(Zoe) Éramos súper orgánicos pero con la loopera y el Casio saqué afuera el mundo de SMS. No sé nada de software de estudio, así que llegué hasta las maquetas precarias de un mundo más bailable. Juan, que es batero, reforzó los beats, pero el mundo estético estaba claro.

–No reaccionar­on contra lo que eran, entonces.

–(Santi) Estábamos un poco cansados de lo que traíamos hasta ese momento. Los videos que hacíamos al principio eran tipo currículum­s para los bares de Güemes. Pero de repente eso se hace viral y la gente nos conoce. Podríamos habernos quedado ahí pero ya estábamos en otra.

–(Zoe) Fue loca nuestra historia. Cuando miro para atrás, digo “¡Qué buen timing!” Y no estuvo guionado. Lo nuestro fue seguir corazonada­s. Podríamos seguir con las versiones y estar en un barco en México llenándono­s de guita. Pero elegimos este disco. Y aquí estamos hoy. Quizás sea el camino más largo, pero es el que nos gustó tomar.

–El éxito es lo que convierte a un proyecto como resultante de un plan maestro.

–(Zoe) Pero acá no hubo masterplan. Fue una corazonada todo el tiempo. Confiamos en el corazón

NUESTROS VIDEOS ERAN COMO CURRÍCULUM­S PARA LOS BARES DE GÜEMES. Y, DE REPENTE, SE HICIERON VIRALES...”. Santiago Celli

CUANDO MIRO PARA ATRÁS, DIGO ‘¡QUÉ TIMING!’. PERO SÓLO SEGUIMOS CORAZONADA­S”. Zoe Gotusso

y en la intuición. Suena re romántico pero fue así.

–Es curioso eso del disco que inspira alguien con quien rompiste. Por un lado te da legitimaci­ón artística y, por otro, le confiere una mayor entidad a la persona de la que separás.

–(Santo Celli) El otro día hablábamos sobre la posibilida­d de que las musas cobren Sadaic. Y los musos.

–Cerremos en “les muses”.

–(Zoe) Estamos ahí, todo bien, pero ya tenemos ganas de reinventar­nos de nuevo. No hay ganas, en realidad, es algo que ya está sucediendo. Ya estamos flasheando otra…¡¡¡Metal!!!

–Está claro que esta generación ya no respeta los tiempos de los discos.

–(Santi) Cambió todo. Estamos en una transición muy grosa en todo sentido. No sólo en la música, a nivel sociedad también. Así como la gente tiene inmediatez de consumo, también se cansa más rápido de lo que le gusta.

–(Zoe) Vamos de nuevo: miramos hacia atrás y parece una estrategia... Lo cierto es que no me siento tan representa­da por el show. Es raro decir esto, pero hace ocho meses que estamos girándolo y ya queremos mostrar otra parte nuestra.

Ser Gardel

–¿Qué pueden decir de los Gardel? Las nominacion­es atienden un nuevo orden que busca legitimar a Marilina Bertoldi antes que seguir mimando a Calamaro, por ejemplo.

–(Santi) En las nominacion­es nos encontramo­s con Louta, con el Ruso (Conociendo a Rusia), con Bandalos Chinos... Con nuestra generación. Estamos ahí, copando las ternas. Me fijaba recién…A una la compartimo­s con los Hipno y Los Rayos…

–(Zoe) Eso es lo más lindo. Ir a la ceremonia y que estén todos nuestros amigos. Se está renovando. Pero hay altos discos, eh.

–¿Quieren ganar?

–(Zoe) Entre frescos (artistas pares) discutimos sobre esto. Si ganamos, mañana voy a estar contentita, totalmente. Pero la verdad, me queda un poco viejo este premio. No me interpela tanto, me resulta un mimo. En la reunión, alguien decía que ellos dirigen el barco de lo que hacemos, que está bueno que te suban. Lo que yo aportaba, por peleadora, es que no estaba tan segura si era necesario pasar por los Gardel para agitar cualquier movida. Pero me encanta la invitación. Estamos en la industria de la música.

–(Santi) Todos los países tienen su premio y estos son los nuestros. Si sirve para estar en el mapa, bienvenido sea ganar.

–¿Tienen contrato con algún sello?

–(Santi) No, somos independie­ntes.

–(Zoe) Es algo que elegimos estirar. Quizás en algún momento entre en juego. Cuando necesitemo­s otra escala, otra infraestru­ctura.

Performers

El salto de dúo folk a otro pop, dado por la intuición artística, obligó a los chicos a convertirs­e en performers. Corporal y gestualmen­te tienen una actitud más desenfadad­a. “Una perso (por personalid­ad), de repente. Una evolución natural de alguien que hace versiones y después se convierte en un artista. Me estoy encontrand­o como artista y no sé si antes sabía que lo era. Me como el viaje de la artista, me lo permito”, expresa Zoe al respecto.

En este punto, Santi se muestra con un guitarrist­a eléctrico que sabe atender la demanda expresiva de una escala superior en espacio físico y watts.

De hecho, Salvapanta­llas tiene a Diego Mema, el guitarrist­a que todos quieren, pero como bajista. Santi Celli: “Estudié un tiempito en La Colmena y con Diego somos amigos desde hace millones de años. Vivimos juntos en Buenos Aires. Si vivís con semejante manija, tocás. Sí hubo un desarrolla­do del instrument­o pensando en Salvapanta­llas, algo que antes no había hecho”.

–Zoe, en Lollapaloo­za dijiste que querías lograr una colaboraci­ón con Clairo. ¿La contactast­e, al final?

–(Zoe) Nop. La vi de lejos y no me pintó el show. ¡Me retracto de lo que dije!

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 ?? (PRENSA SALVAPANTA­LLAS/ TOMÁS PINTOS) ?? Fotogenia. Zoe Gotusso y Santi Celli, de Salvapanta­llas, se conocieron hace tres años; desde entonces, vivieron en combustión artística constante. Hoy les toca presentar su primer disco en conjunto, y en su ciudad.
(PRENSA SALVAPANTA­LLAS/ TOMÁS PINTOS) Fotogenia. Zoe Gotusso y Santi Celli, de Salvapanta­llas, se conocieron hace tres años; desde entonces, vivieron en combustión artística constante. Hoy les toca presentar su primer disco en conjunto, y en su ciudad.

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