Villa de las Rosas: del trueque al glamour
Julio Alisio, secretario de Turismo y Cultura de Villa de las Rosas, dice que la feria que se realiza en la plaza del pueblo es un fenómeno. Nació hace 15 años como lugar de trueque entre productores de la zona, en plena crisis económica luego del caos de 2001. Hoy se ven motos y autos de buen porte estacionados en todas las esquinas, de gente que busca comprar cosas ricas para llevar, o comer ahí mismo en la plaza.
Es una feria con gran variedad de productores de alimentos y cocineros ofreciendo sus platos. También hay artesanos. Hoy hay 180 expositores y en verano, 400. Trabaja entonces 70 días al año y, según Alisio, “le da vida a la villa y a todo el Valle de Traslasierra”.
Abre los sábados de 8 a 16 y, en verano, jueves y sábados. Por supuesto que entre sus puesteros hay historias de vida sorprendentes. Norberto Guzzo era gerente de una empresa telefónica. Tenía 120 personas a cargo. Hace siete años dijo “chau” y se mudó. “Se me quemó la cabeza”, recuerda hoy mientras revisa que su paella gigante esté en óptimas condiciones.
Son las 12.30 y la gente ya colmó la plaza. En pocos minutos despachará todo el contenido de mariscos y arroz azafranado en platos descartables. “Tenía problemas de ansiedad, no podía dormir ni vivir tranquilo. Ahora soy cocinero y vivo en un lugar así”, dice y señala a su alrededor.
Otros de los que cultiva un perfil bajo pero que es conocido por los sibaritas que frecuentan la zona es el francés Julien Baudet. El parisino se casó con una argentina. Primero vivieron en Buenos Aires e importó quesos. Luego, en busca de tranquilidad, se mudó a Villa de Las Rosas por la escuela Waldorf El Trigal (quería que su hija siguiera con su educación alternativa)
Una vez en el valle, Julien empezó a hacer pruebas para elaborar su propio queso, con leches agroecológicas de la zona. Hoy su queso de pasta blanca y corteza florecida (con hongos) es todo un furor en sitios especializados. Narda Lepes le compra quesos para su restaurante. También A nos Amours (Palermo) y Warnes (Villa Crespo).
Julien vende en su puesto también los productos de Fernando Hara. Sobre su queso, dice que quiere que se lo llame “rosense” y no “camembert”. “Este queso es de Villa de las Rosas, elaborado con leche Jersey de Villa de las Rosas y no con leche cruda de Normandía”, aclara. En Córdoba se consigue por ahora solamente en El Almacén de Mario. A todo esto lo cuenta sentado tranquilo delante de un cantero lleno de flores en una esquina de la plaza.
Claudia Angiolini es otra porteña que decidió vivir en Traslasierra. Conoció a Luca Prodan (otro “ciudadano ilustre de Traslasierra”) pero en Buenos Aires, en locales como el Café Einstein, pero desde hace 11 años vive en la zona. En la feria es la dueña del puesto más llamativo de cosas dulces. “Viví en San Martín de los Andes; después hice temporadas en Chile, pero me quedé acá”, reconoce.