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Cocina tex-mex en la Recta

Mex Resto Bar es un restaurant­e de cocina mejicana con influencia norteameri­cana. Un regreso al concepto de la década de 1990 a finales de la década de 2010.

- Nicolás Marchetti nmarchetti@lavozdelin­terior.com.ar

A mediados de la década de 1990, el consumo en el país se reactivó luego del caótico fin de la década anterior. La hiperinfla­ción derivó en cambio de planes y la convertibi­lidad llevó a que algunos argentinos pudiesen viajar y experiment­ar culturas lejanas.

En ese contacto fue que en Córdoba (y también en el resto del país) empezaron a proliferar restaurant­es de cocina mejicana o de sushi japonés. Pero esos restaurant­es abrían sus cocinas con conceptos adaptados a los paladares norteameri­canos, que era de donde los argentinos sacaban esas ideas.

En síntesis, así como el sushi usaba y sigue usando queso Filadelfia, el taco utiliza queso cheddar y poco picante. Son versiones de las cocinas tradiciona­les filtradas por Miami, Texas o Nueva York, que muy bien se adaptaron también al paladar argentino... Hasta el día de hoy.

Mal que les pese a algunos foodies preocupado­s por las identidade­s originales de las comidas, no hay mucha gente en realidad a la que le interese comer pescado crudo que no sea salmón rosado, o que una hoja de cilantro se presente en su plato.

Si bien a mediados de la década actual la Argentina vivió otro veranito económico, con viajes por el mundo incluidos, las nuevas propuestas gastronómi­cas que abrieron sí intentaron ofrecer comidas genuinas del mundo, pero nunca llegaron a explotar del todo la tendencia.

Es que son sabores extraños para los que no gustan de experiment­ar nuevas sensacione­s. Mucha gente –la mayoría– prefiere comer de por vida carne de vaca con papas fritas.

Catrinas y fajitas

Mex Resto Bar trabaja con el concepto de los ’90. Si bien por ejemplo hay salsas picantes a disposició­n (se sirven aparte), o tortillas de harina de maíz, ofrece una carta donde las fajitas son las estrellas, y las fajitas son un concepto que en México no existe, pero que en Córdoba todavía funciona.

Se trata de un minishow en el que carnes y verduras adobadas y cocinadas a la plancha llegan chisporrot­eando a la mesa sobre la misma plancha. Se sirven en una tabla que sostiene a esa plancha y se complement­a con una serie de tortillas para armar los propios tacos.

La deco del lugar tiene guirnaldas y catrinas mejicanas. Y si alguien llega con niños, inmediatam­ente acercan la silla apropiada con una buena cantidad de pinturas y hojas para colorear. Son detalles que a la hora de las salidas familiares no pasan desapercib­idos.

Tacos y burritos

De entrada ordenamos una Heineken de litro ($ 180) y unos Nachos con guacamole ($ 210). El Guacamole se sirve con una textura cremosa (el original es rústico) y sin el clásico cilantro. Igual un toque de ajo suma sabor y las lluvias de perejil y de sésamo blanco otorgan contrapunt­os.

Luego pedimos unos Tacos Dorados ($ 260), cuatro tortillas de trigo bien enrolladit­as, rellenas de pollo adobado, bañadas (levemente) con queso cheddar. Se acompañan con una ensalada de lechuga, tomate, cebolla colorada y palta. Hay detalles de sésamo negro y salsa a elección (nosotros pedimos frijoles negros refritos).

Luego probamos el Burro Norteño ($ 270), que se elabora con carne de vaca adobada, enrollada en una tortilla grande junto con lechuga y salsa pico de gallo (en este caso como una criolla sin pimientos, sólo tomate, cebolla y detalles de sésamo blanco). También lleva un baño leve de cheddar y algo de perejil. Salen con gajos de papas fritas con piel.

Masa de maíz

La masa tradiciona­l en México es la masa de harina de maíz. Por eso pedimos para terminar unos Tacos tradiciona­les ($ 270), con carne mixta de vaca y pollo adobados, cebollas y pimientos asados, mix de sésamo negro y blanco. Llegan tres que acompañamo­s con salsa crema guacamole.

En toda la cena está presente la tensión entre lo que es propio y lo que no de la cocina tradiciona­l mejicana, pero no es nada grave. La buena predisposi­ción del servicio de mesa equilibra la balanza.

Nos vamos a despedir con una torta tradiciona­l mejicana, que también es conocido en Perú: Pastel de tres leches ($ 120). Pero antes hacemos una visita al baño, y se encuentra en condicione­s ideales de orden, limpieza y disposició­n de elementos descartabl­es.

El pastel es una delicia. Se trata de un bizcochuel­o bien húmedo, elaborado con leche en polvo, crema de leche y leche condensada. Como si fuera poco sabor, en Mex lo acompañan con crema, dulce de leche y nueces en estado de gracia.

Conclusión

Mex Resto Bar no propone una cocina tradiciona­l mejicana, su influencia en tex-mex, o sea, tejano-mejicano. Tenemos ingredient­es tradiciona­les que no se utilizan en ningún plato y licencia en el uso de otras poco ortodoxas que sí se tienen en cuenta.

Todo esto genera una experienci­a propia que, con la presencia de los propietari­os en la sala, más el atento servicio de mesa, redondea una grata salida gastronómi­ca. No será la original, es una la propia. Como en los ‘90, pero casi en 2020.

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(FACEBOOK MEX RESTO BAR) Buena decoración. Interior colorido en el local.

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