Los grandes nombres de acción se renuevan
Aunque en los últimos años hubo una nueva cama da de actores para estos filmes, los clásicos no se rinden y todavía dan pelea.
Hay actores cuyo nombre en el afiche garantiza el tipo de película que se proyecta en una sala. Por lo general son aquellos que nos vienen a la cabeza asociados a explosiones, disparos, persecuciones, lucha cuerpo a cuerpo, sangre, sudor y lágrimas.
El cine de los ’80 y los ’90 tomó el legado que oportunamente sembraran –con estilo inconfundible– algunos duros precursores del séptimo arte, como Charles Bronson, Clint Eastwood, Bruce Lee, Steve McQueen o el inmortal Chuck Norris, todos reyes del período en que las películas comenzaban a filmarse a todo color. Así, durante los años previos al siglo 21, las películas de acción ostentaban un sexteto de figuras que garantizaban adrenalina inagotable en las tramas, el uso de dobles de riesgo para proezas varias y (en gran cantidad) coreografías de combate que pasaron a la historia. Eso por no mencionar latiguillos
y diálogos inolvidables.
No se trata sólo de quienes protagonizaron una que otra película o saga (ver: “¿Por qué quedan afuera?”), sino de esos nombres que, a pesar de lo difícil que resultaba escribirlos, sabíamos que traían consigo una garantía de acción sin pausa.
Para graficar el impacto de algunos de estos grandes intérpretes en el imaginario popular alcanza con mencionar a quienes más vimos trajinar las tramas de acción sufriendo todo tipo de adversidades para emerger victoriosos con taquillazos inolvidables, y en ese grupo caprichoso es fácil ubicar a Sylvester Stallone, Arnold Schwarzenegger, Bruce Willis, Steven Seagal, Mel Gibson y Jean-Claude van Damme.
Pero, ¿quiénes han recibido la posta ahora que estamos en el siglo 21 y que las reglas del cine de acción incluyen nuevas tecnologías y nuevas temáticas? ¿Hay un “bando” único de actores que pueda llamarse “herederos de la fuerza”.
Nueva tríada A la cabeza de las nuevas generaciones de héroes de acción habría que ubicar a la tríada conformada por los calvos Jason Statham, Dwayne Johnson y Vin Diesel, aunque también se ubican cómodos en esa tropa otras figuras como Liam Neeson (que no se cansa de vengar a su familia), Keanu Reeves (que fue de Matrix a John
Wick ya Máxima velocidad),
Tom Cruise (con sus “Misiones Imposibles”), Daniel Craig (de riguroso traje a lo James Bond) y hasta incluso Will Smith (que se vistió de negro y muchas veces de policía).
Pero en ellos el perfil se desdibuja, ya que son actores todoterreno que tienen, entre otros matices, un perfil de duros.
Tal vez por eso las aguas se dividen en las “nuevas generaciones”, ya que parece no haber dedicación exclusiva al cine de
acción galopante, al menos no como la que tienen los pelados musculosos.
Por otra parte, los héroes ochentosos/noventosos todavía no colgaron los guantes, tal vez ayudados por la vigencia que les dio haber conquistado los videoclubes en formato DVD y VHS.
Durante los años previos a internet, los locales de alquiler de películas tenían estantes completos dedicados al género y en ellos reinaban, por ejemplo, las figuras que el propio Stallone reunió en la franquicia de Los Indestructibles, película celebratoria de esos señores que buscaban una última reivindicación antes de jubilarse.
Pero aunque en estos regresos opera fundamentalmente la nostalgia, lo cierto es que el paso del tiempo ya les marcó bien la cancha.
Nuevo escenario Rocky Balboa, John McClane, Rambo y Terminator son veteranos con claras señales de fatiga, y por más que los efectos especiales nos brinden a un Arnold rejuvenecido digitalmente, Stallone no puede disimular los años en el rostro, y Bruce Willis ya no se saca tan seguido la remera.
Para peor de males, Steven Seagal y Jean-Claude Van Damme desaparecieron del mapa, a la vez que Mel Gibson (una vez cerrada las franquicias de Arma Mortal y Mad Max) se fue a probar suerte en otros registros y le va tan bien como para no volver.
En la reconfiguración del cine de acción de la actualidad reinan casi en exclusiva Statham, La Roca y Vin Diesel, y una prueba de ello es la cantidad de películas que protagonizan pelando lomo, sobreviviendo explosiones y agarrándose a trompadas con o sin armas de por medio.
A ellos les toca repartirse la taquilla con otros actores que supieron darnos buenos momentos de pura adrenalina, pero cuyas colaboraciones no son constantes. Porque a Denzel Washington se le dio bien hacer El Justiciero (o
Día de entrenamiento) tanto como Philadelphia o Malcom X; porque a Matt Damon lo podemos vestir de Jason Bourne como de astronauta que hace crecer papas en Marte; porque Colin Farrell hizo El vengador del futuro pero también Dumbo y Crazy heart.
La línea de dedicación exclusiva a la acción es una frontera clara para perfilar una carrera, y en este sentido, es difícil asegurar que estos actores consiguieron lo que los veteranos antes mencionados lograron instalándose en nuestros recuerdos cinéfilos de acción memorables.
Pero, para ser honestos, cualquiera de estas figuras en la marquesina pueden garantizar acción de calidad. Y a veces es todo lo que necesitamos de ellos cuando buscamos pururú y ritmo en una sala.