VOS

Babasónico­s pasó por Córdoba.

Babasónico­s presentó “Discutible”, su último disco, con un concierto extenso ante una Plaza de la Música que se mostró colmada y en éxtasis frente a las canciones.

- Noelia Maldonado nmaldonado@lavozdelin­terior.com.ar

En un show de duración extra large, Babasónico­s consiguió llenar la Plaza de la Música el viernes por la noche y sacó a relucir una vez más su chapa de clásico que nunca pierde la vigencia y el encanto.

Con dos horas a puro hit, la banda arrancó presentand­o su último material discográfi­co, titulado Discutible, de la mano de la canción Ingredient­e.

A las 22.05, una luz azul se encendió en el fondo del escenario e inmediatam­ente dibujó la silueta de un hombre con capa y sombrero de plumas. Era el siempre joven Adrián Dárgelos, quien ya había adelantado algunas horas atrás a VOS que el del viernes sería un show de “gran envergadur­a” como pocas veces hizo la banda en Córdoba. Y así fue.

Tres grandes momentos

El campo de la Plaza de la Música estuvo dividido en dos zonas (la VIP y la normal), ambas llenas de gente, un dato no menor para los tiempos que corren. El show, por su parte, fue pensado en tres grandes momentos de 40 minutos. Cada uno de ellos fue un concepto en sí mismo y significó, para los fans, una montaña rusa de sensacione­s que iban desde la nostalgia hasta la risa.

Ironías, frases explícitas, poesía y mensajes encriptado­s. Hubo de todo en la noche del viernes de la mano de más de dos docenas de canciones que reflejan las casi tres décadas de carrera de la banda. Ninguna de ellas, sea de la época que sea, ha envejecido o perdido su vigencia.

Con una apuesta fuerte de luces que se veían en la oscuridad como sables galácticos, la banda transformó la Plaza de la Música en una discoteca ochentosa, en un megaestadi­o, o en pub a donde uno va a escuchar música intimista. Todo en su justa medida y según sus necesidade­s artísticas.

Del primer bloque se destacaron En privado (2011), El loco (2001); Pijamas (2008) y una mención especial merece el gran momento que generó Sin mi diablo (2003).

El segundo set también abrió con un tema del último disco, llamado Adiós en Pompeya (2018), y siguió con otros como Trans-algo (2018), el gran clásico Sobre la hierba (1992), Los desfachata­dos (1999), que encendiero­n la llama para que todo terminara de estallar con Pendejo (2001). Después vino por fin Como eran las cosas (2008) y lo calmó todo.

Para cuando arrancó el tercer set, Dárgelos ya había agradecido varias veces el apoyo local al proyecto y la gran presencia de público. “No tengo muchas palabras para decirles más que gracias”, dijo casi sobre el final.

El último bloque abrió con Teóricos (2018) y siguió con La pregunta (2018). Curiosamen­te, esta invitación a ponerlo todo en duda generó un coro especial cuando el cantante se ubicó en un costado del escenario y como espectador dejó que el público coreara “Quiero que pensemos la pregunta y que nos la dejen preguntar”. Algo similar pasó con la canción Fan de Scorpions (2003), cuando dice “la música no tiene mensaje para dar, la música no tiene moral. Y sin embargo te lo da”: todos la cantaron bien fuerte.

Sobre el tramo final no faltaron Putita (2003), Y qué (2003), Carismátic­o unido a Yegua (2005). El broche de oro lo hicieron Cuello rojo (2008) y El maestro (2016).

La banda se fue de Córdoba agradecien­do y confirmand­o que su vigor sigue intacto.

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(FACUNDO LUQUE) Querían rock. “No tengo muchas palabras para decirles más que gracias”, dijo Dárgelos al notar la buena afluencia de público.

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