¿Será el fin del sushi con salmón rosado?
El salmón rosado que se consume en la Argentina es de criaderos chilenos, con precios en dólares. Cada vez que sube el dólar, la cosa se complica. “En San Honorato es probable que dejemos de trabajar por dos causas”, arranca Esteban Picolotti, propietario del restaurante de la esquina de 25 de Mayo y Pringles. “Por el precio y por sustentabilidad ecológica”, agrega.
Claro, esta semana Francis Mallmann le salió al cruce a la posibilidad de que una empresa noruega haga lo propio en el sur argentino, ya que según advirtió el chef más famoso del país, genera serios riesgos para el ecosistema acuático y hasta para la salud de los comensales.
El Celta (Jerónimo Luis de Cabrera 269), especialista en pescados y mariscos, empezará a ofrecer sugerencias diarias con materias primas “no tan caras como el salmón rosado”, como la merluza o el salmón blanco “para que el ticket final no aumente tanto y nosotros no resignemos más rentabilidad”, en palabras de su administrador, Gabino Escribano.
En el caso de Le Marine, aseguran que ante la crisis o recesión económica se focalizaron en promociones. “Preferimos resignar rentabilidad y seguir trabajando”.
Los que peor la están pasando en este sentido son los elaboradores de sushi, porque desde que aterrizaron en Córdoba nunca encontraron una alternativa al salmón rosado. “Estoy corriendo atrás de los precios”, dice Francisco Cerviño de Sushisoul (una de las cadenas más desarrolladas en Córdoba).
“La gente quiere siempre salmón pero estoy planteando una buena carta con pescados blancos, centolla y trucha. Probamos hacer con pollo cocinado pero no sale casi. Alguna vuelta le vamos a encontrar”, concluye el cocinero.