EL RETRATO ELEGIDO Superacción
Volvió “Rambo” a las pantallas, personaje emblemático del cine de acción encarnado por Sylvester Stallone.
No es casual que quienes vivieron su infancia en la década de 1980 recuerden aquellos años con nostalgia y cariño.
Para el cine, para la televisión, para la música, para los videojuegos, fue una época creativamente gloriosa. Tampoco es casual que la moda retro haya puesto un ojo a aquellos años felices.
En ese contexto, apareció John Rambo (1982), con un Sylvester Stallone casi 40 años menor, puesto en la piel y las armas de un veterano de Vietnam que no puede adaptarse a la vida civil.
Atribulado por sus demonios, abandonado sin rumbo, Rambo lleva consigo la guerra a un pequeño pueblo en el que lo maltratan, sin saber quién es. Lo persigue desde la policía local hasta la Guardia Nacional, pero su experiencia en combate lo vuelve superior a todos. Incluso apenas con un cuchillo.
Después de tres secuelas, la última estrenada en 2008, la quinta película tuvo varios amagues: casi se canceló, hasta que el propio Stallone (productor de los Indestructibles, que rescató a varios héroes de superacción de pura sangre) la resucitó y estrenó este año. Es la última misión, tan sangrienta como las anteriores, y a modo de cierre.
Tanto Rambo como Rocky fueron emblemas de aquella época ochentosa, pero mientras el campeón imposible se quedó con el cariño popular de la audiencia, al exmilitar no se le guardó el mismo amor. Sí respeto. Fue uno de los primeros ejemplos claros de que uno puede contra todos, repetido hasta estos días en innumerables proyectos.
Homenaje a la época, al cine Clase B, un cierre de ciclo (para el actor y para sus televidentes), un disparo al corazón de los amantes del género de acción, Rambo: última sangre llegó a las pantallas del mundo detrás de una red de trata de blancas. John Rambo sigue vivo, y es tan peligroso como la primera vez.