La risa triste
Mientras sigue su paso firme en los cines, “Guasón” ofrece una mirada del mundo contemporáneo.
Durante décadas se asoció al Guasón como el villano más emblemático de Batman, pero la película de Todd Phillips consigue revertir el imaginario colectivo al narrar el origen del personaje. Guasón muestra el costado más vulnerable de una sociedad, personificada en ese Arthur Fleck abatido, que a pesar de mostrar un grado excepcional de humanidad queda relegado por el poder e incluso por sus pares.
La fragilidad del protagonista –un increíble Joaquin Phoenix– es una compañía incómoda y angustiante durante toda la película: refleja la batalla de un hombre con problemas psiquiátricos frente a un sistema corrupto, que le da la espalda de forma permanente. “La peor parte de tener una enfermedad mental es que la gente espera que te comportes como si no la tuvieras”, dice Fleck/Guasón en uno de los momentos más tensos de la película.
Precedida por críticas excelentes (fue ovacionada en el Festival de Cine de Venecia) y bastante polémica (hubo voces que la acusaban de alentar a la violencia, fundamentalmente en los Estados Unidos), Guasón rompió récords de taquilla en varios países e instaló un tema candente que interpela a las sociedades modernas.
“La osadía de la película concierne al campo político. Su mensaje es incendiario, provocador a ultranza. Arthur se define como apolítico, pero en contra de su voluntad se transforma en ícono de una revuelta”, escribió Lucas Asmar Moreno en la crítica del filme en VOS. “La desesperación por encontrar una identidad dentro de su psiquis fragmentada lo priva de entender que la identidad también se halla escondida en el tejido social”, añade el texto.
La opinión generalizada, casi unánime, es que Guasón marca un antes y un después en las películas de superhéroes y que Phoenix es firme candidato a llevarse un Oscar. Para corroborarlo, acercarse a la sala más cercana.