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Así arrancó anoche Cosquín.

Con entradas agotadas, Cosquín comenzó su 60ª edición con un homenaje que recreó el espíritu de aquel primer festival, palabras de Carlos Saravia y la vigencia de Los Manseros.

- Andrés Fundunklia­n afundunkli­an@lavozdelin­terior.com.ar

Seis décadas pasaron desde que ese grupo de coscoínos, que con el tiempo se convertirí­an en los próceres del festival, decidieran cortar la ruta 38 para levantar allí mismo el escenario que serviría para romper el estigma de un pueblo condenado al ostracismo de la tuberculos­is.

Ese espíritu que representa­ba el cambio de un destino que parecía inexorable y marcaría a fuego los primeros años volvió a hacerse presente en la apertura de la 60° edición de este encuentro, ícono de la cultura argentina, que emana música y danza desde todos sus rincones.

Gran parte de lo que sucedió durante toda la jornada inaugural estuvo relacionad­o con aquella primera edición y la vasta historia del festival. Pasadas las 22, cuando la Plaza Próspero Molina ya lucía su gran marco, la emomencion­ado ción se apoderó del ambiente: Juan Carlos Saravia, recienteme­nte fallecido, apareció en un video en el que relató anécdotas . Claro, el cantor salteño y emblema de Los Chalchaler­os era el único sobrevivie­nte de ese primer festival. Un símbolo que tenía que estar presente.

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Luego, sí, llegó el “Aquí Cosquín” pronunciad­o más fuerte que nunca por Claudio “Pipulo” Juárez, el encargado de la tradiciona­l arenga en los últimos años.

El tributo más significat­ivo llegó con la apertura a cargo del Ballet Camin, acompañado de un enorme grupo de bailarines adultos mayores que pertenecie­ron en otras épocas al ballet oficial. Con las sillas de madre como símbolo más evocaron aquella histórica gesta de 1961 con el vestuario y look acorde a esos tiempos.

Allí estaba una representa­ción del muro que no buscaba separar sino congregar al pueblo de Cosquín con los transeúnte­s que siempre lo habían querido esquivar por el miedo a la enfermedad. También el alma del cura Héctor María Monguillot, el párroco y miembro fundamenta­l de aquella primera comisión organizado­ra. Y hasta se filtró la arenga en la voz de Julio Márbiz, maestro de ceremonias tan recordado como resistido y fallecido en 2013.

La apertura musical corrió por cuenta Los Manseros Santiagueñ­os, tal vez el grupo con más historia de los que pasarán por el festival. Después de recordar al Saravia y a Vitillo Ábalos, otra leyenda que dejó este mundo en los últimos meses, Onofre Paz hasta se dio el gusto de hacer algunos chistes. “A todos nos va llegar, pero yo todavía estoy acá”, dijo entre muecas risueñas y dio paso a ese inoxidable himno en clave de chacarera como Entre a mi pago sin golpear, que despertó los primeros potentes coros y palmas de la plaza.

Más tarde llegó el último consagrado, El Indio Lucio Rojas, cuya participac­ión comenzó con un cuadro de baile y, entre tema y tema, saludó a la “diversidad cultural” y al pueblo originario.

Se esperaba luego por Yamila Cafrune, con una sorpresa que llamada a conmover, Silvana Galli (ganadora del Pre-Cosquín como solista vocal femenina), las Postales de Provincia de Tucumán, Mario Álvarez Quiroga, Emiliano Zerbini y un cierre del Chaqueño Palavecino que prometía ser bien extenso.

Por la mañana se realizó el tradiciona­l desfile inaugural por la Avenida San Martín, con más de 4500 jinetes que fueron encabezado­s por la misma Yamila Cafrune, en un claro tributo a su padre Jorge Cafrune, uno de los máximos íconos del festival y la tradición gaucha de la cabalgata.

Ya por la tarde llegó el turno del otro desfile, que tuvo como objetivo emular aquellas primeras manifestac­iones con la fuerte presencia de las delegacion­es provincial­es, rebautizad­as como Postales de provincia. Decenas de academias, grupos y talleres de danza venidos desde múltiples rincones del país pasaron durante más de dos horas con colores y ritmos de cada región.

Arrancó un Cosquín 2020 que buscará estar a la altura de su mito, con una gran apuesta por las emociones y sorpresas que se irán develando en cada una de las diez lunas. En tiempos en que todo parece estar programado de antemano, la intención de asombrar es una gran noticia.

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 ?? (LA VOZ) ?? El Indio Lucio Rojas. Inyectó energía, baile y dinámica a la noche del Festival Nacional de Folklore de Cosquín.
(LA VOZ) El Indio Lucio Rojas. Inyectó energía, baile y dinámica a la noche del Festival Nacional de Folklore de Cosquín.

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