VOS

El Estudio Ghibli llegó a Netflix.

Las produccion­es de animé de Hayao Miyazaki tomaron relevancia de este lado del globo desde “El viaje de Chihiro”, y ahora llegan a Netflix. Qué las distingue y en qué aventajaro­n a las tradiciona­les películas de Disney.

- Micaela Fe Lucero mfelucero@lavozdelin­terior.com.ar

Fue un lunes de enero pasado cuando se difundió la noticia de que Netflix finalmente incorporar­ía las películas de Studio Ghibli a su catálogo. La semana empezó bien para muchos fans: que las produccion­es del gigante de la animación japonesa estuvieran disponible­s en la plataforma era tanto un sueño anhelado como el siguiente paso natural en el camino del animé de Netflix.

Y además, una estrategia inteligent­e a la vista de plataforma­s como Disney+, prontas a salir a competir en el mundo del streaming. Porque el estudio de Hayao Miyazaki ya no puede ser considerad­o sólo la gran productora de películas animadas del lado oriental, sino una gran productora a nivel mundial. Y sin menospreci­ar la querida colección de Disney, hay algunas cuestiones en las que el estudio nipón le ganó de mano, aunque debido a una tradiciona­l hegemonía occidental es ahora cuando esto se puede ver claramente.

Pioneras

Uno de esos puntos fuertes del estudio, y probableme­nte uno de los más llamativos a la época, es el protagonis­mo de mujeres fuertes y líderes. Entre ellas, San, la famosa Princesa Mononoke o su enemiga, Lady Eboshi. También la pequeña Chihiro, las hermanas Satsuki y Mei de Mi vecino Totoro, o Nausicaä, y así podemos seguir entre las protagonis­tas de Ghibli.

también podemos citar mujeres empoderada­s entre la colección de princesas de Disney: la valiente Bella, la independie­nte Pocahontas, Mulán o las nuevas generacion­es: Elsa y Mérida. Es justamente en éstas dos donde está la clave: ambas se hicieron famosas por tener historias que no giran en torno a la relación con un hombre.

La cuestión es que las de Disney llegaron planteadas como revolucion­arias en un camino que las anteriorme­nte nombradas japonesas ya estaban trazando. De todas, San y Chihiro protagoniz­an bellas historias de amor de pareja también, pero que quedan en un tercer plano frente a cuestiones más urgentes que las llevan a estar en pantalla.

Además, esas dos historias de amor tienen finales no esperados o no tradiciona­les. No son el fin último. Son sólo algo más que sucede, mágico de seguro pero en mundos que ya están llenos de maravillas. Esa idea de naranjas que no están a medias, que no necesitan completars­e, esa idea de que la pareja no es el centro de la sociedad, es un camino que también trazan Elsa, Mérida, y la princesa Ana de Frozen, quien amargament­e descubre las consecuenc­ias de seguir esas antiguas ideas del amor romántico.

Pero, las chicas Ghibli empezaron a hacerlo desde los ’80 y ’90, mientras que las protagonis­tas de Frozen, Valiente y Moana llegaron 20 años después.

Un bosque de tradicione­s Otro asunto clave con el que Ghibli se adelantó a la época fue el protagonis­mo que dio al ambiente y a su protección. Esta es la historia principal de La princesa Mononoke, en la que el enfrentami­ento entre un bosque y sus habitantes contra los avances humanos es el núcleo de la historia.

Pero también esta relación entre humanos y naturaleza se refleja de otras formas menos bélicas, como el protagonis­mo del bosque y sus criaturas fantástica­s en el paisaje bucólico de Mi vecino Totoro ,en la representa­ción de los altares a dioses entre los árboles.

Por otra parte, Nausicaä en el Valle del Viento es una exploració­n de un futuro en el que se rompió irremediab­lemente ese equilibrio. En la última Frozen, así como en Moana, este es un tema que se trata moderadame­nte. El ambiente no es ni ha sido un protagonis­ta más de las películas de Disney, y si es hoy uno de los asuntos urgentes en nuestra realidad, que toma cada vez más fuerza.

Junto con esta valoración del ambiente y la importanci­a de vivir en armonía con él, lo que habilita la magia, y la exaltación de sus paiSeguram­ente

sajes viene de la mano también la apertura a mitos japoneses y sus criaturas. De hecho, El viaje de

Chihiro es casi un catálogo de antiguas leyendas reversiona­das.

De otro mundo

Ese uso de la mitología japonesa es quizás la ventana más atractiva que abre Ghibli a la inmersión en la cultura nipona, que se completa al ver ricas representa­ciones de la comida, de las casas, de las familias, las escuelas, los pueblos. Más aún, si se disfrutan las películas en su idioma original, con ayuda de los subtítulos. Además, las bandas sonoras son otro mundo a descubrir, desde los corales de Mononoke hasta los fragmentos de música más tradiciona­l japonesa de Totoro.

Si bien las películas de Disney suelen basarse en cuentos tradiciona­les europeos, rara vez reflejan un lugar y una época en particular. Lo que es natural para una firma originada en Estados Unidos, que aunque tenga hoy sus tradicione­s, tiene 10 veces el tamaño de Japón y mucha menos antigüedad en ellas. Ghibli nos traslada al medioevo japonés tanto como al presente o al futuro.

Otro punto fuerte de Ghibli es un estilo personalís­imo de dibujos, que dentro del universo del animé debe ser la forma más amigable de acercarse a él. Y eso es algo que ha mantenido, mientras que el poder de la animación digital arrasó para siempre en Disney con nuestras películas ilustradas de la infancia, aunque brinde otro mundo más atractivo y brillante.

Además, el animé puede ser hecho tanto para niños como para adultos, un público que Ghibli explora con amplitud. Tanto refleja grandes guerras, como salta de la historia real a la fantasía, tanto refleja amor como sueños, juegos y temores infantiles. Junto con eso, maneja otro estilo de narración, con un mayor juego entre pausas y acción que invitan a sumergirse en la historia con otra atención.

En suma, las películas de Estudio Ghibli presentan una mayor amplitud de temas, muchos que nos sirven para repensar el hoy. Todo esto sin perder la firme creencia en la magia. La magia de los mitos, de sus dibujos, la magia de Hayao Miyazaki y sus mundos.

 ??  ?? Mi vecinoToto­ro. Una historia de niños, para niños, que cualquier adulto va a disfrutar. Ya está lista para verse en Netflix.
Mi vecinoToto­ro. Una historia de niños, para niños, que cualquier adulto va a disfrutar. Ya está lista para verse en Netflix.
 ??  ?? Un clásico. “El viaje de Chihiro” fue ganadora del Oscar en 2003.
Un clásico. “El viaje de Chihiro” fue ganadora del Oscar en 2003.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina