Arte. Ilustran tapabocas inspirados en la flora y la fauna nativas
Hilando al Sur convocó a creadores locales y desarrolló una línea de barbijos de algodón orgánico, con motivos vegetales y animales.
Aromitos, breas, palmeras Caranday, chingolos y pichiciegos son algunas de las especies vegetales y animales plasmadas en los tapabocas que lanzó Hilando al Sur, una firma local que se dedica a la producción de textiles confeccionados con algodón pima cosechado a mano, material proveniente de Perú.
La línea Flora y Fauna arrancó con una convocatoria a artistas de Córdoba, quienes trabajaron diversos motivos relacionados con la vegetación nativa y animales autóctonos, en su gran mayoría amenazados por el proceso de desmonte y los incendios que afectan a la provincia en los meses más secos.
La idea de Hilando al Sur es aprovechar la presencia del barbijo en la vida cotidiana, marcada por la pandemia, para ayudar a la toma de conciencia sobre la necesidad del cuidado del medioambiente y para aportar al conocimiento de las especies locales.
Los tapabocas están confeccionados con doble capa de algodón pima orgánico, y los motivos se plasman con tintas al agua.
Los artistas que se sumaron son Diego Galíndez, Guillermo González Toledo, Fernando Pratto, Julia Oberti, Lean Albarracín, Luciana Martínez, Mercedes Machado, Silvana Montechiesi y Julia Pesce.
Para concientizar
“Nuestra idea es difundir el elenco de obras sobre flora y fauna, y sumar conocimiento y arte ante los incendios que comienzan para ésta época en Córdoba”, señala Mariana Caillet Bois, directora de Hilando al Sur.
Diego Galíndez eligió un espinillo como motivo. “Quién no estuvo caminando por nuestras sierras y se cruzó con uno. Cuántas fotos y pinturas de nuestras sierras lo muestran, su ínfima hoja, sus grandes espinas y su flor esférica me atrapan para representar. Lo dibujo una y otra vez”, expresa el artista.
Artista y diseñador gráfico, especializado en animación y producción audiovisual, Fernando Pratto se puso manos a la obra con el Proyecto Carayá, una ONG situada en cercanías de La Cumbre que es el primer centro de rehabilitación de primates en la Argentina y el único en el mundo especializado en el mono Aullador.
La vida que nos rodea
La palmera Caranday, una especie tan rústica como bella que crece en el norte cordobés y que es una de las víctimas de los incendios, fue la elegida de Guillermo González Toledo.
“Mi propuesta es, ante la devastación, mostrar y promover la necesidad del trabajo humano en la recuperación de un cuerpo ecológico – cuenta el artista–. Utilizando a la querida Caranday como recurso narrativo: una sobreviviente del espanto nos acompaña en la tarea de reconstrucción, de siembra y de cuidado”.
Julia Oberti tomó varios exponentes de la flora autóctona cordobesa: chañar, tala, tusca, garabato negro, quebracho colorado y blanco, mistol, jarilla, espinillo negro, piquillín, algarrobo, tintitaco y algunas tillandsias (especie conocida popularmente como clavel del aire).
“Observé la flora que me rodeaba y elegí para representar algunas de las especies que más llamaron mi atención. Pregunté. Representé diferentes partes: las más características y las que más me atrajeron formalmente, que ayudarían a reconocer fácilmente a la especie al ver el dibujo plasmado. Es increíble ver el día a día de los cambios en la naturaleza. Es necesaria, sabia y hermosa”, reflexiona Oberti.
Julia Pesce es directora de arte y ambientadora de largometrajes y series de televisión. También realiza obra en el campo de las artes visuales.
Para la línea Flora y Fauna trabajó bordando a mano con hilos de colores una serie de pájaros autóctonos como chingolos, tacuaritas azules y brasitas de fuego. “Rojo, naranja y azul son los colores que los distinguen y los identifican –señala–. Los elegíporque los he visto en largas caminatas y siempre su presencia y compañía me han llenado de asombro y felicidad”.
El zorro gris (Lean Albarracín), la brea (Mercedes Machado), el pichiciego (Luciana Martínez) y la pasionaria (Silvana Montechiesi) completan el catálogo de especies que ilustran estos barbijos, que buscan concientizar sobre los procesos de destrucción de la vida que nos rodea.