Probamos porta-equipajes para bike muy fáciles de colocar y quitar. Toda una revolución.
Los sistemas de portaequipajes. Sus principales ventajas. Lo que ofrece el mercado. Precauciones.
Un problema recurrente que tenemos los bikers es cómo llevar más equipaje pero sin recurrir al portapaquetes fijo. La solución son los de “quita y pon” que colocamos en 15 minutos y nos permiten ampliar la capacidad de carga. El más clásico es el sistema flotante que va fijo a la vela (caño) del asiento mediante una mordaza con tornillos Allen. Debemos tener en cuenta que venga con adaptadores, debido a los diferentes diámetros de las velas. Y es importante que su superficie se pueda deslizar hacia atrás, pues si lo rozamos con la parte trasera de la zapatilla al pedalear es posible que se transforme en un castigo con el correr de los kilómetros.
No es recomendable cargar más de 4-5 kg ya que podemos llegar a fisurar la vela o hasta el cuadro. Y por eso mismo no son recomendables los construidos en plástico debido a que se doblan o quiebran rápidamente. Tengamos presente que las vibraciones que recibe son muchas ya que solo tienen un punto de apoyo y el peso está “atrás y arriba”.
Las ventajas de los porta flotantes son el poco peso, el precio, la facilidad en montar/desmontar, la posibilidad de poner un bolso trasero con todo lo necesario para un día de cicloturismo, y que pueden ir colocados tanto en una mtb como en una plegable. Una contra es que la bici no reacciona igual si vamos a salvajear ya que el “peso muerto” se siente y se pierde mucha agilidad.
Oferta del mercado
La nueva opción que ha surgido es la marca sueca Thule. Desarrolló un porta prácticamente universal: tiene un interesante sistema de correas que traban mediante un mecanismo de criquera en las vainas traseras de la bici, pero también se puede colocar en la horquilla delantera. De peso contenido y excelente terminación, permite llevar tanto un bolso como una alforja de gran capacidad.
Otra característica del Thule 100016 es que como va pegado a la rueda, el centro de gravedad de la bici es bajo y no como con el flotante que queda a la altura de nuestra cintura.
Siempre fui partidario de los portas de “quita y pon”, y sobre todo cuando empecé a utilizar bicis doble suspensión en las que no hay otras opciones de carga. La ventaja del Thule es que al ir apoyado en las vainas traseras ese peso es absorbido por el amortiguador. Aunque la bici no tenga la agilidad de “ir desnuda”, reacciona mejor que con el porta flotante ya que el peso está abajo y no va suspendido atrás, manteniendo la diversión de bicis dobles. Pero por eso mismo tuve que darle más presión al amortiguador ya que siente el peso superior. Aunque tanto con un bolso trasero como con alforjas grandes y unos 8 kg de carga he podido hasta pegar algún que otro saltito sin comportamientos extraños.
Para cualquiera de las opciones elegidas, ya sabemos que en salidas largas no se estrena nada. Lo compramos, lo colocamos y partimos con las herramientas en el bolsillo para regularlo a medida que rodamos. Y otro día ya arrancamos con algo de carga y metemos unos kilómetros. Y ahí sí, cuando lo tenemos digerido, le pegamos una salida de día entero.