Las armas de aire.
Una recorrida por el mundo de las armas neumáticas, desde su inicio hasta el presente. Los diversos sistemas.
Una recorrida por el mundo de las armas neumáticas, desde su inicio hasta el presente. Los diversos sistemas.
El auge que han tenido en los últimos años las armas de aire no es casual. La tecnología ha logrado dotarlas de una increíble precisión y de una potencia más que suficiente para cubrir ampliamente las necesidades de las disciplinas que las utilizan.
Las menores trabas burocráticas que rigen para su fabricación o importación y su posterior comercialización –en comparación con las exigidas para las armas de fuego– motivan a los importadores y comerciantes a volcarse cada vez más a ellas. Lo mismo sucede con los usuarios, ya que no se requiere autorización especial para su adquisición.
Gracias a estos pormenores,
disponemos en el mercado local de una gran variedad de armas neumáticas, para todos los presupuestos y usos.
Sus orígenes
Para hablar de las primeras pistolas y rif les cuyo proyectil es impulsado por aire, nos tenemos que remontar al siglo XVI. En el Museo Livrustkammaren (Estocolmo) se conserva el arma de aire más antigua que se conoce. Data del año 1580 y se trata de una carabina de muelle o de pistón, sistema similar a los actuales resorteros.
Paralelamente, otro sistema se fue desarrollando, el que utilizaba depósitos donde se precomprimía aire mediante una bomba, que luego era liberado para efectuar el disparo. Y sí... aunque parezca increíble, exactamente igual a sistema PCP (Pre-Charged Pneumatic) tan en boga actualmente.
El uso más difundido de las armas de aire comprimido fue la caza. Lo complejo de su fabricación hacía que fuesen elementos de un costo elevado, por lo que su empleo se vio limitado a la nobleza europea. Los grandes calibres (balines de más de siete milímetros de diámetro como mínimo) eran capaces de abatir un jabalí o un ciervo fácilmente.
Desde sus inicios, mostraron alguna supremacía sobre las armas de fuego de la época, ya que la ignición en estas últimas –ne- cesaria para encender la pólvora– se efectuaba mediante llaves de mecha o de pedernal previo cebado con pólvora en la cazoleta, y por ello eran propensas a fallas cuando llovía o nevaba, lo que limitaba su uso.
En los conflictos bélicos también demostraron grandes ventajas. La ausencia de humo y fogonazo al disparar dificultaba la ubicación del tirador, eran más silenciosas y su cadencia de fuego resultaba superior.
Uno de los rifles de aire comprimido más famoso de la historia fue el empleado por los capitanes Meriwether Lewis y William Clark en una expedición al Pacífico por tierras del oeste en el año 1803. Basado en el diseño
de Girandoni, fue fabricado en Filadelfia y disparaba proyectiles de plomo calibre .31, con una potencia suficiente como para permitirle a los exploradores cazar su alimento durante los tres años que duró su aventura.
Los continuos conflictos bélicos en todo el mundo marcaron un revés para las armas de aire. A pesar de las ventajas enumeradas, su elevado costo de fabricación y la necesidad de personal especializado para su uso, favorecieron la proliferación de las armas que utilizaban pólvora como propelente. No obstante, se siguieron utilizando para ocasiones especiales como arma de francotirador, tal como sucedió durante las guerras napoleónicas.
A pesar de que los rif les de aire comprimido se retiraron del escenario de la batalla su uso continuó, sobre todo destinado a actividades cinegéticas y deportivas.
La actualidad
Luego de finalizada la Segunda Guerra Mundial, la prohibición impuesta por los aliados a Alemania para fabricar armas hizo que su industria armamentística –tal vez la más evolucionada de la época– se volcara a la producción de armas de aire comprimido.
Poco a poco fueron ganando terreno en el ámbito del tiro deportivo y la caza, y su difusión llegó a otros países. Afamadas marcas –tales como Diana, RWS, Feinwerbau y Weinrauch– abrieron un camino que prontamente fue seguido por otras empresas. En la actualidad su uso está muy
extendido, sobre todo relacionado con actividades deportivas.
Desde 1984 se incluyeron disciplinas de tiro con armas de aire en los Juegos Olímpicos. Y actualmente, una de las disciplinas más difundidas es el field target, un “recorrido de caza” en el que se dispara sobre pequeños blancos metálicos abatibles, que simulan animales y que se encuentran a diferentes distancias.
Los sistemas
El más difundido y el que más gratos recuerdos nos trae de nuestra infancia, es el rifle de quebrar o resortero, ya que nuestra industria nos dotó en su momento de los Churrinche, Kafema y Mahely. Afortunadamente, este último continúa en producción.
Es sin duda el sistema más sencillo, pero no por ello menos efectivo. Un resorte helicoidal es comprimido dentro de un cilindro metálico en forma mecánica –bajando el cañón del arma o por medio de una palanca externa– y es liberado al oprimir el disparador. En su extremo delantero lleva un pistón, que impulsa el aire con gran fuerza hacia la recámara, donde se encuentra alojado el balín. Una sopapa –antes de cuero y hoy de materiales sintéticos– sella el pistón dentro del tubo para evitar la pérdida de presión.
En la actualidad los resortes metálicos están siendo reemplazados por los llamados “resortes de gas”, en los cuales se comprime una combinación de gases que, al accionar el disparador y liberar el pistón, la impulsan hacia adelante, al igual que sucede en los resorteros tradicionales. Son los denominados rifles a “nitro pistón” que ofrecen interesantes ventajas, a saber: se elimina la vibración que produce el resorte metálico al expandirse y golpear contra la recámara, favoreciendo el control del arma, menor ruido, menor mantenimiento, y pueden permanecer durante largos periodos cargados (en los rifles con resorte metálico no es conveniente).
Otro de los sistemas es el de- nominado PCP, por las iniciales de su denominación en inglés: Pre-Charged Pneumatic. Un depósito es llenado con aire a una presión determinada, que es liberado en forma dosificada por la apertura calculada de una válvula, la que es accionada al oprimir la cola del disparador. Esa dosis de aire a presión impulsa el balín a través del cañón.
Obviamente la presión del tanque o depósito de aire va decreciendo a medida que se dispara, pero gracias a elaborados sistemas de regulación, cuyos diseños cambian con cada marca, la variación de velocidad es ínfima, permitiéndonos hacer disparos muy precisos a una velocidad constante.
Todo su funcionamiento es similar al de las armas a CO 2 (dióxido de carbono), que utilizan ese gas en lugar de aire precomprimido. Este último sistema, si bien está muy difundido, es factible de variaciones de presión por efecto de la temperatura ambiente, lo que torna más dificultoso mantener velocidades constantes. En contrapartida, su recarga es más fácil: con enroscar una garrafa de las del tipo Drago a su depósito, reponemos el CO . En los PCP la compresión 2 del aire se realiza mediante un inflador manual externo, que requiere cierto esfuerzo físico, un compresor eléctrico o un tanque de los utilizados en buceo.
Actualmente, muchas marcas ofrecen armas con sistema dual,
que nos permite utilizarlas tanto como un PCP o recargarlas con una garrafa de CO . 2
Su utilidad
Desde la alta competencia olímpica hasta el tiro recreativo, las armas de aire han despertado el interés de muchos usuarios.
En nuestro país son numerosas las instituciones de tiro que han incluido polígonos especialmente diseñados para ellas.
Una disciplina que ha congregado a cientos de usuarios es la denominada field target. Es una modalidad de tiro que recrea la cacería de pequeños animales, en los que la precisión y adaptabilidad del tirador para disparar a muy variadas distancias juega un papel preponderante.
Nace en el Reino Unido a comienzos de los años ‘80 y está destinada exclusivamente a armas neumáticas. Colocados sobre el campo de tiro a distancias que varían entre los 9 y 50 metros, pequeños blancos metálicos con formas de ratones, conejos, ardillas, cuervos, palomas, etc., deben ser abatidos por los competidores.
Las actividades cinegéticas también han aceptado su utilización, ya que muchos aficionados a la caza menor emplean armas neumáticas, llegando a conformar una entidad que los nuclea (Asociación de Caza con Aire Comprimido).
La industria nacional
A la gran cantidad de marcas y modelos de armas neumáticas impor tadas que a for tunadamente existen en plaza, debemos agregar una interesante oferta de productos nacionales que cubren una amplia gama de gustos y necesidades.
A los que prefieren los resorteros, Cooperativa Reno Ltda. sigue produciendo los afamados rif les Mahely. Por su lado Shark, MB, Anhorn y Menaldi son firmas que se han dedicado a la fabricación de una importante variedad de rif les a CO , 2 PCP y dua les. M ientras que la marca Kalil ha introducido sus modelos confeccionados con modernos materiales y de avanzado diseño.
Ya sea para iniciar en el tiro deportivo a los más chicos, como entretenimiento, para la caza de pequeños animales o para entrar en el apasionante mundo del field target o de la alta competencia olímpica, las armas de aire cubren un amplio e interesante espectro.