En el lago
Villa Carlos Paz tiene una interesante oferta en el lago San Roque para practicar una pesca sutil y entretenida de pejerreyes, ideal para disfrutar con amigos y en familia.
El amanecer es un momento mágico en el lago San Roque. Villa Carlos Paz, construida en derredor de estos 13 km de agua embalsada, reposa de su ritmo frenético y en la quietud, los barcos amarrados en el embarcadero de la costanera, frente al Casino local, parecen obra de un pintor reflejando sus siluetas en el espejo de agua en perfecta simetría. Un leve rugido que se va haciendo más intenso, me saca de mi abstracción: es una lancha que se acerca entre la bruma, la del guía Germán Gatica, cuya silueta –termo bajo el brazo– se va aclarando a medida que se acerca al muelle de embarque. “Buen día para el pejerrey”, dice sonriendo. Sin dudas, una buena invitación a disfrutar de una pesca divertida en la postal serrana por excelencia de la siempre atractiva Córdoba.
Otro “vuelo”
El guía dispone sillas en su cómoda lancha trucker, que a ritmo lento nos adentra en el inmenso lago enmarcado por las sierras chicas. Nos acompañarán en la jornada Gustavo Romero y Ricardo Gato Andrada. Ellos comien- zan a armar sus finas cañas de 3 a 3,60 metros, en las que colgarán lo que denominan “líneas de vuelo”, concepto distinto al que se usa para describir la pesca al vuelo en provincia de Buenos Aires para la sardina en el Guazú o la anchoa de banco o palometas en Mardel, por ejemplo. Porque mientras estas últimas pescas se practican con una línea de fondo con plomada de vuelo y brazoladas largas accionándolas a modo de spinning con carnada, las líneas de vuelo cordobesas son un símil paternóster de dos anzuelos, con plomito de tres gramos en la mitad de la madre y