La limpieza del cañón
Las armas neumáticas requieren un tratamiento diferente a las de fuego. La limpieza del ánima del cañón es uno de ellos.
Las a r mas neu mát icas – a diferencia de las de fuego– no necesitan ser limpiadas luego de cada uso. En éstas últimas la acumulación de residuos de pólvora, restos de plomo y cobre que se acumulan en el ánima, atentan contra la precisión y vida útil del cañón.
Pero efectuar una limpieza cada 500 disparos aproximadamente es una práctica aconsejable, ya que el aire puede ocasionar que una dispersión de los lubricantes del sistema se aloje dentro del cañón, lo que sumado a leves partículas del plomo de los balines y – en muchas ocasiones– de su recubrimiento antifricción, vayan empastando el fino estriado, haciendo que nuestra arma deje de agrupar.
Sin embargo, el procedimiento para realizarla marca algunas diferencias. El estriado de las armas neumáticas es mucho más delicado que el de las de fuego, por lo que no es aconsejable el uso de elementos metálicos o abrasi- vos. Por otra parte, los productos de limpieza contienen solventes que pueden atentar contra la vida útil de sellos y o-rings.
Paso a paso
Como en toda arma –de fuego o no–, es conveniente iniciar la limpieza introduciendo una baqueta desde la recámara hacia la boca del cañón, lo que no presenta dificultades en los rifles de quebrar, pero sí en los de cañón fijo. Es estos últimos deberemos recurrir a baquetas f lexibles o –en su defecto– ingeniarnos para hacer una. Un trozo de tanza de grosor medio o cordel con un pequeño lazo en un extremo (el que podemos cerrar con material termocontraíble), nos permitirá pasar un trapo o patch por el interior del cañón sin dificultad.
Introducimos nuestra baqueta hasta que el lazo asome por la recámara y ajustamos en él un trozo de tela, tirando luego para hacerlo pasar desde la recámara hacia la boca del cañón.
Otro procedimiento para este tipo de rifles es utilizar balines de fieltro, disparando uno al que se le colocó un aceite liviano, y luego otros secos.
En el caso de la limpieza de armas con cañones basculantes, es conveniente pasar primero el cepillo de cerdas por el interior, en forma suave. Una gota previa de algún aceite sintético facilitará su aplicación, lo que requerirá luego el pasar trapitos para eliminar la suciedad desprendida por el cepillo y eliminar restos de aceite. Procedimiento éste que se repetirá hasta que observemos que la tela o patch empleado salga limpio.
En las armas de CO es importante realizar periódicamente una lubricación ligera de los cañones, ya que este tipo de armas –por el gas utilizado– producen mucha condensación de humedad por las bajas temperaturas del propelente gaseoso, lo cual puede ocasionar oxidaciones en poco tiempo.
Tengamos presente que si pretendemos sacar el máximo provecho de la precisión y potencia de nuestra arma neumática, un adecuado mantenimiento alargará su vida útil y mantendrá intacta sus prestaciones.