Por el gran río
Tres días de una navegación y más de 160 kilómetros a través del río Paraná, entre Empedrado y Goya. Buenas embarcaciones, atractiva pesca y mucha camaradería.
Un grupo de goyanos entusiastas y amantes de sus North Carolina J16 (Martín Zapata, Sebastián Unterholzner, Joaquín Carrea, Bruno Scheller, Ignacio Giménez, Marcos Fleitas y Pedro Sá) nos propusieron tres días de pesca y acampe sin reabastecimiento. Y nosotros (Ariel Mendiburu, Alfredo y Matías Schaffer, Gustavo Basualdo, Adolfo Dieringer y Darío Cánovas) aceptamos. Decididos a emprender una flotada de pesca a través del río Paraná por algo más de 160 kilómetros y durante tres días, recorriendo muchos de los mejores pesqueros del país, comenzamos a planificar esta hermosa bajada.
Podemos considerar que fue un verdadero full test para las embarcaciones, ya que pudieron verse diferentes configuraciones (con o sin consola, con y sin plataforma y variadas motorizaciones; cargadas, más livianas, con y sin viento y, lo más importante, pescando en distintas modalidades).
Arranque en Empedrado
Ya reunidos en el punto de encuentro, entre todos botamos las embarcaciones con ayuda de nuestras camionetas. Una a una las seis North J16 comenzaron a flotar en el Paraná sobre las playas correntinas de Empedrado. Luego de hacer roll de salida con PNA de la zona, antes de las 11 AM iniciamos la navegación: entre gritos y sapucay de emoción emprendimos nuestro ansiado viaje.
Algunas horas después, entrada la tarde decidimos hacer campamento en la desembocadura del Pacá, arroyo que prometía las grandes bogas de la zona.
Con campamento fijo, las lanchas deambulaban por la zona buscando pesqueros, correderas y palos donde se pudieran concretar los sueños de cada pescador. Mientras, junto a una fogata, un cordero a la estaca se doraba a la espera de sus comensales.
Si bien durante toda la travesía la pesca no fue abundante, tampoco resultó mala y la variada se impuso a las más tradicionales especies deportivas.
El cauce del Paraná estaba por debajo de lo normal y cualquier embarcación que habitualmente navega por el canal y analiza la altura de los bancos de arena no hubiera podido transitarlos. Sin embargo, el fondo plano y la poquísima altura de agua que estas lanchas necesitan para planear hicieron que pudiéramos navegar sin inconvenientes a lo largo y ancho del río y sus arroyos.
Todos conocíamos los dotes organizativos y serviciales de Pedro Sá, que durante dos años fue el responsable, entre otros emprendimientos, de organizar el concurso de pesca más grande del país: la Fiesta del Surubí de Goya. Pero muchos nos sorprendimos por sus cualidades como cocinero y gran anfitrión. El clima de camaradería y buena predisposición se imponía a me-