Weekend

Combativos pejerreyes

Los pescamos sólo con mosca en los espejos Primera Laguna y La Leona, y en el dique Las Palmeras. Una exitosa alternativ­a.

- Textos y fotos: DIEGO FLORES

Para los puntanos el pejerrey es pasión de multitudes, el pez que mueve más pescadores y genera el mayor f lujo económico. Cuando se trata de la mosca, el rector son las truchas, seguida muy de lejos por la recienteme­nte incorpora- da carpa. ¿Pero qué sucede en un supuesto crossover entre fly fishing y flechas de plata? Bueno, justamente de eso trata esta nota, de mezclar la mística pejerreyer­a con la tradición mosquera. De engañar al más telúrico de nuestros peces por los cami- nos menos acostumbra­dos.

En octubre de 2016 me tocó dar una clínica para la Asociación de Pesca con Mosca de San Luis (APMSL) bajo el lema de “todo menos truchas”. Y así, charlando con Wally Grillo, pionero de la mosca en la provincia e hijo del famoso matunguero Hugo Grillo, surgió un raid de distintos pesqueros. San Luis es una provincia con una sorprenden­te variedad de ambientes, aguas claras, buenas poblacione­s y escasez de plancton, que tiene a los pejerreyes más hambriento­s

y cazadores. Durante tres días relevamos dos lagunas y un embalse. En todos cubrimos cuota reglamenta­ria, figurativa­mente porque devolvimos casi todo.

Notable su pampa sur, espinosa, arenosa, a medio camino entre La Pampa y Mendoza, con ese toque tan particular de los paisajes áridos. Tachonada por cientos de pequeñas lagunas como si fuera un queso gruyere. Surcando la ruta 43 llegamos a nuestro primer destino: el Complejo Primera Laguna, un oasis en medio de tanta distancia agreste. La única con comodidade­s hoteleras en cientos de kilómetros a la redonda. Cualidad sumamente requerida por mendocinos o cordobeses, que debido a la distancia se toman varios días para pescarla.

Primera Laguna y La Leona

La incertidum­bre machacaba a los anfitrione­s, ya que era la primera vez que nadarían moscas en esas aguas. Pero todo se disipó al ver las lagunas, coquetas, supersanas y explotadas de aves acuáticas. Este campo de acceso privado posee dos espejos. El más grande y profundo es Primera Laguna, con una superficie de 100 ha y que en el ojo de

la surgente roza los 17 metros de profundida­d, uno 5 de promedio y una ligera carga salobre de 3 g/l. La otra laguna alternativ­a es La Leona, más baja, vegetada y pequeña, abarca unas 30 ha.

Empezamos por la última, que por lo abrupto de las costas y un denso anillo costero de algas, de- cidimos que lo mejor era abordarla embarcados. De un modo muy patagónico, con Wally remando lentamente y abordando distintos sectores, mientras Emiliano y quien escribe cubríamos el agua con streamers, equipos Nº 3 o 4 y líneas flotantes.

Empezamos pescando sobre planchones de algas, siguiendo los bulos. Desconcert­antemente, las respuestas fueron muy tímidas, y los pocos piques revoleados correspond­ieron a cigarritos. Así pasó una hora hasta que Emiliano sacó uno lindo, con la mosca bien en lo profundo, tras la espera de desatar una galleta en la línea.

Entonces pensé: ¿no estarán comiendo en aguas más abiertas y profundas? Y así, cambiando a un minishooti­ng intermedio y peinando la franja entre 50 cm y poco más de 1 metro, comenzaron los piques. La mosca del día fue una Gotcha roja sangre atada en anzuelo de pejerrey. Tras la siesta obligada, y en un atardecer planchado como aceite, siguiendo los cardúmenes y muchas veces casteando a vista sobre los wakes, pescamos los ejemplares más grandes y agresivos. Un jornada inolvidabl­e como para colgar en un cuadrito.

Todo un ejemplo

Durante el asado nocturno en el quincho tuve una charla sumamente interesant­e con el administra­dor, Gustavo Baldo. Muy celoso de la laguna, controla a rajatabla el cumplimien­to de la cuota y prohíbe el uso de carnada viva, vector de especies exóticas o translocac­ión de autóctonos que podrían arruinarlo todo. Los que llegan con sus bolsas de mojarras pueden usarlas, pero matándolas antes. También realiza regulares monitoreos con biólo-

gos para fijar sus propios cupos, restablece­r con siembras desbalance­s de sexo por temperatur­as altas, o enriquecer la carga y diversidad planctónic­a. Tampoco permite la navegación a motores de explosión, siendo todo a remo. En fin, la quintaesen­cia de una pesquería, esa palabrita tan poco implementa­da llamada manejo. ¡Felicitaci­ones por ello!

Nuevos intentos

El segundo día lo dedicamos a la Primera Laguna, que dio un pique más abundante aunque de ejemplares más modestos. Empezamos lanzando entre abras de árboles sumergidos, que son el resultado de una creciente por el levantamie­nto de las napas debido el desmonte. Tras pescar el veril del alga, nos tiramos unos garetes laguneros por el centro y los piques siguieron igual de firmes. Pasado el almuerzo nos volvimos a embarcar para probar cosas locas, como cebado para ver si concentráb­amos el cardumen en aguas carentes de dentudos. No hubo caso, el mejor método sig uió siendo un prospectea­do a remo de las costas, cubriendo cada bahía o zona de refugio. A diferencia de las lagunas bonaerense­s, jamás encontramo­s los peces amonto-

nados. Este segundo día las capturas oscilaron entre los 25 y 35 cm, siendo la moscas del día las Cristal Bugger invertidas, más efectivas por evitar el enganche de las algas y dirigir la clavada al maxilar superior.

Faltó frío para los grandes,.. que los hay en portes de más de 1 kilo. Pero ya le vamos a encontrar la vuelta en una próxima visita. Realmente es un pesquero muy recomendab­le, ideal para debutar con mosca con la especie.

Dique Las Palmeras

Este joven embalse emplazado sobre el río Claro, correspond­iente a la cuenca de las Salinas Grandes, fue terminado en 2010. Sembrado de pejerreyes se estipuló una veda de 2 años para luego abrir la pesca. Muy cerca encontramo­s el histórico San Francisco del Monte de Oro, cabecera turística del noroeste de la provincia. Allí se exilió D. F. Sarmiento en 1826, construyen­do su primera escuela con solo 15 años: el rancho de adobe y paja que ilustra los viejos billetes de $ 50. Hoy se conserva bajo un alero que lo protege de las inclemenci­as, y de hecho lo visitábamo­s mientras almorzábam­os una exquisitas empanadas.

Tal cual me enseñaran en el salteño de Campo Alegre, para pescar pejerreyes con mosca en los embalses hay que amanecer en el agua, momento en que el grueso de los ejemplares se acercan a caranchear en los bajos costeros. Así salimos con Emiliano de San Luis bien oscuro y 110 kilómetros después nos emponchamo­s como alpinistas porque el frío calaba hasta los huesos. Con equipo Nº 4 y nuevamente minishotti­ngs transparen­tes y leader largo terminado en 3X, empezamos a cuadricula­r un bajo lleno de plantas sumergidas. Con magras respuestas en función de lo esperado, comencé a rotar moscas hasta que di con la indicada: Gotchas naturales oliva y de brillos sutiles, como una madrecita. En agua claras y ligerament­e húmicas de dos metros de visibilida­d, los colores estridente­s no daban resultado como en Primera Laguna o La Leona (de 40 cm de visibilida­d). Los pejes picaban justo en el veril, al límite del yuyal sumergido, de a dos o tres piques en sucesión como si se tratara de pasadas de cardúmenes pequeños. Para volver a cubrir agua por 10 o 15 minutos hasta una nueva andanada, con estripadas cortas y eléctricas.

Mientras, Emiliano seguía en la mala sin pique hasta que le pasé una Crazy Charly color natural de sutiles brillos dorados, y al tercer tiro tuvo un pique. Así transcurri­ó una mañana sumamente divertida, hasta que a las 10:30 el pique se cortó definitiva­mente con 15 pejerreyes sacados y devueltos, de un promedio de 28/30 cm. Luego vendría una antológica despedida truchera en las sierras, pero eso forma parte de otra historia…

 ??  ?? Diferentes escenas de pesca con mosca dentro del complejo Primera Laguna, durante la calma tarde del primer día de relevamien­to.
Diferentes escenas de pesca con mosca dentro del complejo Primera Laguna, durante la calma tarde del primer día de relevamien­to.
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 ??  ?? Pejerrey promedio de la laguna La Leona. Abajo: amanecer en la Primera Laguna, pescando los palos costeros, refugio de la mayor cantidad de ejemplares.
Pejerrey promedio de la laguna La Leona. Abajo: amanecer en la Primera Laguna, pescando los palos costeros, refugio de la mayor cantidad de ejemplares.
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 ??  ?? Lindo pejerrey capturado con mosca en el embalse. Hermosa vista del dique Las Palmeras. Vadeo en una fresca mañana en el dique, muy cerca del camping ubicado en su margen norte.
Lindo pejerrey capturado con mosca en el embalse. Hermosa vista del dique Las Palmeras. Vadeo en una fresca mañana en el dique, muy cerca del camping ubicado en su margen norte.
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