Acción y diversión aseguradas
Las aguas del río Uruguay están pasando por un excelente momento y la pesca de pejerreyes de muy buen tamaño augura una magnífica temporada. Un completo relevamiento por distintos pesqueros de esta zona muy cercana a Capital Federal.
Pasan los días y la pesca de pejerreyes sobre el río Uruguay sigue en franco ascenso, con muy buenos portes y gran cantidad de piques. En las jornadas previas a la salida estuve en constante comunicación con mi amigo David Del Valle, quien me venía comentando del incesante crecimiento del río debido a lluvias y el agua sucia que bajaba del norte.
Pese a esto, decidimos igualmente hacerle una visita y realizar nuestro relevamiento anual en toda su zona de inf luencia, destacándose principalmente Villa Paranacito, sin descuidar los pesqueros más al sur llegando hasta la particular zona de Punta Gorda, pasando frente al Puerto de Nueva Palmira y otros tradicionales pesqueros como Punta Negra, La Barranca, Boca del Bravo, Gutiérrez y todos los bancos de arena de la zona.
Sin dudas, lugares muy rendidores y que nunca fallan a la hora de buscar los cardúmenes de pejerreyes. La idea era repartir la salida en dos jornadas para poder cubrir de manera correcta todos los pes- queros y poder contar en detalle cómo nos fue en cada uno de ellos. Los primeros intentos los hicimos entre el arroyo La Tinta hasta Punta Negra aproximadamente, y la segunda parte desde El Arenal del medio hasta Punta Gorda.
Un grupo numeroso
Cua ndo le comenté a mis amigos que tenía ganas de hacer esta pesca, fueron muchos los anotados por lo que hicimos dos grupos, y pescamos en días y emba rcaciones d iferentes. Llegar a Villa Paranacito no es complicado y es un viaje que perfectamente se puede realizar ida y vuelta en el día, siempre teniendo en cuenta que la ruta que nos lleva hasta allí puede estar cargada de mucha niebla y atrasar nuestra llegada, cosa que sucedió en este viaje.
Por estos motivos recomendamos mucha precaución y, en lo posible, partir el día anterior para pasar la noche allá y luego sa lir tranquilos a pesca r. En Paranacito vamos a encontrar, aparte de buena gente y grandes anfitriones, muchos lugares para pernoctar y comenzar nuestra jornada.
En cuanto a los equipos para la pesca, llevamos para esta oportunidad cañas telescópicas y enchufables en tramos de 4 a 4,50 m, reeles frontales chicos y de bajo perfil cargados con hilo multifilamento 0,14 a 0,18 mm, líneas tradicionales de tres boyas y buenas mojarras de carnada.
En esta ocasión y para esta pesca podemos armar nuestras líneas con una separación de 1,40 m entre boyas, terminándolas en un micro esmerillón para poder sumarle un cuarto anzuelo utilizando un boyarín o un palito pescador.
Con mi amigo Gaby Capozzy decidimos salir bien tempranito en la mañana, haciendo la parada obligada en La Estación del Pescador de Tono Ciliberti para recibir la mejor carnada, mojarras parejitas y en muy buena cantidad.
Desayunamos ahí y nos llevamos unos cuantos tips de gente muy pescadora que conoce bien el lugar. Saludamos y despacito transitamos los últimos 60 km que nos depositarían en el camping Top Malo, lugar donde nos encontraríamos con nuestro guía.
En busca de los pejerreyes
Cargamos todas nuestras cosas y con las primeras luces del día navegamos internamente hasta salir al ancho río Uruguay que estaba suavemente rizado por un leve viento del oeste. Primero tiramos el ancla de capa para graduar la velocidad de la deriva, luego colgamos el gotero con el aceite de pescado, y por último pusimos la carnada en los baldes repartiéndolos por la embarcación para comodidad de los pescadores.
A continuación comenzamos a preparar los equipos, eligiendo colores y formatos diferentes de boyas para probar y analizar funcionamientos y gustos.
También modificamos l os largos de brazoladas para saber dónde obteníamos más piques. El tema de las brazoladas no es un dato menor en las condiciones en que se encuentra el río en estos momentos. Cuando pescamos en el agua sucia nos rindió más la brazolada corta de hasta 15 cm, y si salíamos pasando al agua clara, las brazoladas de hasta 35 cm nos dieron mejores resultados. Con todo listo navegamos hacia el canal buscando la dirección del viento para que nos haga cruzar a lo ancho el río, pero los resultados no fueron los esperados.
Inmediatamente el guía nos hizo levantar para recorrer otros lugares. Párrafo aparte el almuerzo a bordo, unos deliciosos sandwichitos de lomo recién cocinados por David en la cabina del trucker.
Mientras navegábamos veíamos perfectamente la división en el agua (limpia y sucia), y propusimos pescar en agua turbia obteniendo respuestas inmediatas ni bien cayeron las líneas al agua. Sacamos un solo pejerrey de 25 cm, los demás todos estaban entre los 35 y 45 cm, realmente un pescón. Y así se dio durante todo el garete,