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Concordia: zona de gigantes.

La localidad entrerrian­a, pese a las inundacion­es, sigue siendo un pesquero increíble para capturar dorados de gran porte. Equipos, técnicas y todos los detalles.

- Por Julio Pollero.

La localidad entrerrian­a, pese a las inundacion­es, sigue siendo un pesquero increíble para capturar dorados de gran porte. Equipos, técnicas y todos los detalles.

Después de un mes tormentoso en el que la ciudad entrerrian­a de Concordia sufrió otra vez los embates del agua, La Zona Lodge reabrió sus puertas para poder realizar este nuevo relevamien­to con singular éxito, pero sin ninguna sorpresa: más de lo mismo, los dorados más grandes del mundo. La Zona es el nombre de un pesquero privado sobre el río Uruguay conocido mundialmen­te, que cuenta con un espacio aproximado de 900 por 500 metros. Se ubica cercano a la represa de Salto Grande, donde se da una pesca significat­iva de diferentes especies de gran tamaño, destacándo­se sin dudas el dorado por sobre todas, sin descuidar que las bogas de allí son enormes, llegando a veces a los 6 kg de peso, y los peces de cuero como el patí y el surubí también suelen alcanzar portes considerab­les.

Las modalidade­s

La pesca en este lugar se realiza solamente con las únicas dos lanchas y guías habilitado­s para tal efecto. Y en La Zona sólo

podemos pescar con devolución obligatori­a y actuando únicamente con artificial­es, ya sea con fly, baitcastin­g o spinning. Para el f ly debemos llevar cañas y reeles para línea 8 y 10, líneas de f lote y hundimient­o y moscas g ra ndes a r madas preferent ement e en colores rojo, negro, amarillo y blanco. Para intentar pescar con baitcastin­g conviene preparar cañas de entre 20 y 25 libras (1 libra = 0,453592 kilo), de un largo de 1,80 a 2,10 m y con acción de punta.

Los reeles deben ser fuertes, del tipo huevito o bajo perfil, con una capacidad de carga de multifila- mento de entre 70 y 100 m, más un excelente y firme registro de freno.

Finalmente, para pescar con la modalidad de spinning debemos considerar las mismas caracterís­ticas de equipos en cuanto al largo y potencia, con la diferencia de que en este caso tenemos que emplear reeles frontales.

Cuando armemos las cajas de señuelos no conviene dejar nada librado al azar: hay que llevar todo e intentar cubrir todas las profundida­des y principalm­ente las necesidade­s que vayan surgiendo en el momento. No podemos dejar los poppers para actuar en superficie, ni los de media agua para intentar sobre las costas, ni los llamados paletones para cuando haya que rascar el fondo y mucho menos los nuevos y originales señuelos de látex, con los que dándoles un poco de peso podemos lograr importante­s piques cuando menos lo imaginamos.

Anécdotas y pesca

Llegamos por la noche al lodge privado que posee este emprendimi­ento, ubicado dentro de un campo sobre el camino que conduce al tradiciona­l camping La Tortuga Alegre. Allí nos esperaba Lucas, encargado del lugar

y excelente anfitrión. Ya estaba preparando un exquisito asado junto a Rafael Geier (guía de la zona), que luego disfrutarí­amos entre todos, sumando a otros clientes de la ciudad de Pergamino que hacían su debut pesqueril en estas aguas de Concordia.

Inimaginab­le la cantidad de anécdotas que se contaron en la mesa, y nunca se terminaban los kilos aportados ni las fotos imaginaria­s, indicios de que estábamos en un lugar único, donde en materia de pesca de dorados todo puede ser posible.

En el medio de la cena nos llamó Héctor Bradanini, propietari­o del lodge y gran pescador, para saber cómo habíamos llegado, informando además que vendría a acompañarn­os con la pesca. Habiendo terminado el postre todos fuimos a la casa para empezar a preparar los equipos, debatiendo sobre con cuál comenzaría­mos a pescar, cuál pensábamos nos daría el mejor resultado y en qué profundida­d deberíamos iniciar los intentos. La mejor idea fue que cada pescador probara en honduras diferentes y en base a la cantidad de piques cada uno sabría lo que debería hacer.

Nos despertamo­s muy temprano y con el desayuno ya prepara-

do aumentamos nuestras ganas, hasta que llegaron A lejandro y Elvio, los dos guías que nos acompañarí­an en esta jornada. Fuimos hacia el embarcader­o y en grupos de tres personas comenzamos la navegación, que es muy corta. Muchos habían cargado recienteme­nte el reel con multi, por lo que utilizaron el tramo del arroyo de salida para estirarlo, dejando la punta del hilo en el agua para que con la velocidad de la embarcació­n vaya saliendo para mojarse y recogerlo más apretado.

Cuando se entra en la zona de pesca, lo primero que se debe hacer es un rol de salida en Prefectu- ra Argentina, donde toman todos los datos y dan vía libre de pesca. Desde allí se bajan unos 400 metros y se comienza a pescar. En esta primera pasada utilizamos la costa argentina como referencia, obteniendo piques instantáne­os de dorados que superaban los 10 kg en todos los casos, transforma­ndo las ganas de la noche anterior en una mañana prolífera de grandes emociones. Terminamos la bajada y retomamos el lugar para confirmar la eficacia de los señuelos, donde todos tuvimos que poner artificial­es de media agua para obtener respuestas inmediatas. Viendo este panorama, uno de mis compañeros armó rápidament­e su caña de fly y nos hizo disfrutar de un pique que se transformó en captura de un dorado de 15 kg, un tren que disparó por debajo de la lancha poniendo en riesgo el equipo pero se lo pudo dominar, sacar foto y devolver al agua sin golpes.

La costa uruguaya

También veíamos con mucha actividad a la otra embarcació­n, que trabajaba cerca de nosotros: se escuchaban los gritos de alegría de los pescadores.

Cruzamos hacia la costa uruguaya para saber cómo estaba de pique, y si bien en esta oportunida­d eran más escasos que en el pesquero anterior, se pudieron concretar varios capturas. Ojo: también perdimos muchos otros, y sin dudas varios de los grandes a los que sólo pudimos testear ante la corrida y el pique producido, dejándonos un sabor amargo cuando veíamos y sentíamos libre el multi del reel.

Fuera de la zona de exclusión observábam­os a otros guías con actividad continua, por lo cual decidí sumarme a esa pesca, dejando que mis compañeros siguieran disfrutand­o de La Zona.

En este caso me subí a las lanchas de Puerto Yeruá Pesca, que trabaja desde “los carteles” del límite hasta Salto Chico. Y tanto con señuelo como con carnada, rea lmente pudimos da r con gran cantidad dorados de todos los pesos, comproband­o que la pesca se puso muy buena en todo el corredor del río Uruguay.

Pasó la jornada y sólo podemos decir: 12 kg, 14 kg, 18 kg. Nada más para agregar en el paraíso de los mejores dorados del mundo.

 ??  ?? Caña de fly en plena acción, casi al final de la dura pelea. Fuera de La Zona también picaron los buenos dorados, haciendo bait en las piedras de Salto Chico. Con morena viva se prendían los más chicos.
Caña de fly en plena acción, casi al final de la dura pelea. Fuera de La Zona también picaron los buenos dorados, haciendo bait en las piedras de Salto Chico. Con morena viva se prendían los más chicos.
 ??  ?? Uno de los mejores con fly: más de 10 kg. Tomó una mosca oscura en azul y negro. Der.: el señuelo rosa también dio muy buenos resultados.
Uno de los mejores con fly: más de 10 kg. Tomó una mosca oscura en azul y negro. Der.: el señuelo rosa también dio muy buenos resultados.
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 ??  ?? Arriba: los pescadores de Pergamino con una bestia dorada. Der.: Mauro con otro de los buenos, pescado con bait.
Arriba: los pescadores de Pergamino con una bestia dorada. Der.: Mauro con otro de los buenos, pescado con bait.
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