Las Tablillas: la cuota en poco tiempo.
El pesquero El Portugués, en la localidad de Lezama, permite capturar buenas piezas en un ambiente bien agreste y natural.
El pesquero El Portugués, en la localidad de Lezama, permite capturar buenas piezas en un ambiente bien agreste y natural.
Un ámbito ubicado en las cercanías de Buenos Aires, que ofrece pejerreyes de calidad y permite lograr la cuota en jornadas no tan ex tensas. La mención es para la laguna Las Tablillas que se encuentra en el partido de Lezama.
La invitación la recibimos por parte del guía y amigo Marcelo Travacio, quien nos había anticipado que la pesca estaba muy buena y nos convenció a preparar todo lo necesario y concretar la salida para corroborar sus palabras.
El viaje
Sa l imos con r umbo sur desde C.A.B.A. por Autovía 2 y nos dirigimos hasta la ciudad de Chascomús, donde nos esperaba Marcelo. Mates de por medio comenzamos a cargar nuestros bártulos en su vehículo particular, en el cual nos trasladamos hasta el espejo, recorriendo 7 km de asfalto bordeando la laguna de Chascomús hasta encontrar un cartel indicador que nos dirige a Pila. Para más referencia, también se encuentra un destacamento policial.
Desde allí a mano izquierda nace un camino de tierra por el que se transitan 24 km en buen estado. En caso de lluvias se complica mucho el acceso, por eso es conveniente contactar y ponerse
de acuerdo vía telefónica con Marcelo, con antelación a la partida.
Al llegar a la tranquera hay que abrirla y volverla a cerrar para que no se escapen los animales. Una vez adentro se arriba hasta la casa de Ana, en donde se debe pagar un canon para ingresar al pesquero El Portugués, en laguna Las Tablillas. A continuación, botamos la embarcación al agua mientras Marcelo ultimaba todos los detalles para asegu- rarse que no faltara nada y dar comienzo a lo que sería una gran jornada.
Los equipos y la pesca
Las cañas eran de 4,25 m, en su total longitud de grafito y kevlar súper livianos y resistentes. Los reeles con multifilamento del 0,18 y aparejos de flote, de tres o dos boyas, en distintas gamas de colores y en material de poliuretano de la línea Big Flot. A gusto de cada pescador se le puede agregar una bigotera al final de la línea. Las bajadas no deben superar los 15 cm, que en varios casos fue el diferencial. Los anzuelos que utilizamos fueron N°1. Y como carnada carnadas usamos mojarras vivas y filete de dientudo en finas tiras.
Desde el pesquero navegamos aproximadamente 15 minutos, mientras Marcelo nos contaba que íbamos a dar inicio
en una de las partes del espejo donde se formaba un lindo bajo, lugar que en días anteriores había dado buenos resultados ya que allí los flechas se encontraban tomando muy bien los cebos.
En el lugar elegido y con una mañana gélida, no nos demoramos y comenzamos con los primeros intentos. La modalidad que practicaríamos era con la embarcación anclada y arrojando los aparejos los más cerca posible de la costa y con las brazoladas de los anzuelos entre 10 y 30 cm de profundidad. Empezamos a tener piques remisos y toques muy suaves, lo que nos daba la pauta que los pejes no se encontraban comiendo firmes, por lo que teníamos que dejarlos que llevaran bien el cebo y no apurar a concretar el pique, caso contrario co - rreríamos riesgos de perder las piezas.
Mejor con sol
En cuanto el cielo dio paso a que asomara el sol, comenzó el show de piques. Marcelo concretó la captura inicia l de un pez muy bien alimentado y combativo que superó los 35 cm. Continuó Humberto con otro lindo ejemplar, mientras veíamos cómo los pejerreyes jugaban con las boyas. Todo indicaba que nos encontrábamos arriba de un cardumen. Decidimos darles un poco de tiempo para que el sol entibiara el agua, y entonces sí los piques empezaron a ser cada vez más firmes, obteniendo capturas en todos los aparejos.
Pasado el mediodía decidimos cambiar de lugar y buscar la parte norte del espejo, dando con otro amplio y lindo bajo. Luego de anclar empezamos con los lances, pero esta vez más cerquita de la vegetación costera. Los piques no se hicieron esperar. Como si estuviera planeado, las boyas salían deslizadas todas al mismo tiempo, generando dobletes y tripletes con muy buena calidad de pejerreyes que oscilaban entre 400 y 800 gramos, con sorpresas que superan el kilogramo.
Carnada más rendidora
Optamos por realizar los encarnes con una mojarra y un filete de dientudo colgando, lo que nos dio muchísimo resultado a la hora de clasificar las piezas, cambiando totalmente la calidad con ejemplares de 40 cm. La jornada iba llegando a su fin, y optamos por realizar un garete que, como teníamos viento sur, nos iba a derivar hacia el Este. Los piques eran más espacisos pero con buena calidad de piezas. Con la cuota completa de 25 piezas por pescador, todas mayores de 25 cm, dimos cierre a esta maravillosa experiencia.
El espejo es un cuerpo de agua perteneciente a la cuenca del río Salado, en la provincia
de Buenos Aires. Es la quinta laguna del sistema de las Encadenadas, y ocupa un cauce fluvial preexistente. Recibe los aportes de la laguna Chis Chis, con la que se encuentra unida en época de crecientes. Y desagua sobre la laguna Las Barrancas. Su parte más profunda llega a 1,80 m debido a la creciente del río Salado que fue el causante de elevar el nivel. La mayor parte de su superficie está cubierta por vegetación acuática arraigada o flotante, con abundantes juncos en sus costas. Otras especies que predominan son bagres, dientudos, mojarras, carpas y tarariras de grandes portes.
Para disfrutar de costa
Podemos practicar la modalidad de pesca de costa en familia, por su amplia comodidad y con buenos claros de juncos para la pesca de pejerreyes y variada. El lugar es bien agreste y no cuenta con proveeduría, ni alquiler de botes, ni venta de carnadas, y de las embarcaciones propias se debe ocupar cada pescador (no hay botero). Hay que llevar todo lo necesario para pasar jornadas inolvidables al aire libre y en pleno contacto con la naturaleza.