Cuestión de peso.
Infaltable en los intentos de fondo, la plomada es fundamental para optimizar la pesca. Formas de analizar los pesqueros para elegir la correcta.
Infaltable en los intentos de fondo, la plomada es fundamental para optimizar la pesca. Formas de analizar los pesqueros para elegir la correcta.
Desde que el hombre intentó atrapar un pez se encontró con dos posibilidades: cazarlo o pescarlo. Digámoslo de otra forma: podía interceptar su paso de varias maneras (secar el curso de agua, pasar algo similar a una red, etc.) o tentarlo a que el pez comiera un cebo que tenía escondido algún gancho o anzuelo para clavarlo de la boca.
Cualquier técnica que haya empleado debía resolver problemas para su optimización. Uno de ellos era cómo acercarle la carnada. Primero cómo tener peso para alcanzar distancias más largas, si los peces no pasaban pegados a la costa. Segundo, cómo tener peso para que la carnada se sumergiera, pero, si el agua se movía por acción de la correntada o el viento, soportara la fuerza lateral que dificultaba esta inmersión. Entonces tuvo que inventar lo que hoy llamamos plomada, debido al principal metal con que se construye desde hace años, el plomo. En inglés utilizan directamente el término sinker (hundidor) sin hacer referencia a su composición. Este uso prevalecerá con el tiempo, ya que es muy probable que, en breve, por las características contaminantes del pl plomo, se prohíbahíb en todod el l mundo el uso de este metal.
Cómo colocarla
Básicamente, la plomada se ubica al final del aparejo atada en forma directa o, para facilitar el cambio, con un mosquetón. Si se trata de ambientes con mucha correntada y plomadas que tiendan a girar, se recomienda agregar un esmerillón para que no se retuerza la línea. Hay quienes la añaden con un lazo recubierto por un espagueti para que no se lastime la línea con la agarradera de la plomada. Si se ciñe mucho cuesta un poco más cambar la
plomada,omada en caso de ser necesario.necesario Otras líneas exigen plomadas colocadas sobre la madre o sobre la línea, que pueden ser fijas o corredizas, en forma de tubo o chata. Es el caso, por ejemplo, de las líneas para pescar con carnada natural bogas, dorados o surubíes en el Río de la Plata y sus afluentes. Los topes se realizan, generalmente, con nudos y perlitas que evitan que los primeros se metan dentro del canal de la plomada y la traben.
Distintos tipos
Las plomadas corredizas traen un canal interior por donde pasa la línea. Hay que tomar en cuenta que no tenga bordes filosos, pues pueden provocar el corte, especialmente en nailon finos y multifilamentos. Las plomadas de intercambio rápido constan de un tubo plástico por donde
pasa la línea. Sobre este tubo se montan los plomos de diferente peso, lo que sirve para cambiar rápidamente sin tener que cortar. Algunas, en lugar del caño plástico, tienen un cuerpo de goma abrazado parcialmente por el plomo y con dos salientes en los extremos. La línea se abraza a una de las salientes y por la parte del cuerpo que no tiene plomo sino solo goma se la pasa hacia atrás, hasta sacarla por la otra punta. Lo hemos visto en pesos bajos porque, de lo contrario, tiende a salirse con el lanzamiento, la correntada y el cañazo luego de un pique.
También se usan plomos corredizos con forma de bala para unas pescas con gomitas que se crearon en EE.UU. Se llaman Carolina y Texas Rigging, y son unos pequeños plomos sobre la línea que la abrazan y se aprietan con una pinza para que profundicen pequeños tramos finales con anzuelo, como en n el mojarrero o ciertas brazoladas para a la pesca de pejerrey.
En busca de la justa hondura
El formato de la plomada se enmarca también en la histórica búsqueda de lograr la profundidad deseada evitando los enganches en el fondo, el dolor de cabeza más grande de todo aficionado que pesca en esta modalidad. Algunas también se crearon pensando en mejorar la distancia de lanzamiento. En los mundiales de lanzamiento se usan plomadas con forma de pera o de pelota de rugby.
Las plomadas más comunes tienen forma de gota o pera. Luego se hicieron con silueta de reloj, de esfera, de pirámide o cono, de bomba con aletas. Existen también plo- madas con forma de tornillo que dicen que se enroscan muy bien en fondos de correntada y arena, y plomadas cebadoras que vienen con un cilindro con perforaciones, que se cargan con ceba para atraer a los peces en esa zona.
Hay situaciones de pesca que exigen que las plomadas queden fijas y otras en que es mejor que se muevan al ritmo que precisemos. En algunos casos se requiere una combinación. Por ejemplo, en la pesca en el mar sobre zona de piedras se necesita una plomada que no camine, pero que tampoco se enganche. Se emplean, entonces, algunos formatos como el lápiz o cilindro, que suele zafar bien entre las piedras.
Las plomadas voladoras tienen un formato diseñado para estas si-
tuaciones riesgosas riesgosas. El piso es liso y luego tienen una quilla que les proporciona una figura hidrodinámica; recogiendo con un primer golpe fuerte hace que planeen en el agua esquivando los obstáculos.
Otras variantes
En ciertas pescas a media agua o al vuelo se necesitan pequeños plomos que hundan al conjunto solo unos metros y luego, en la correntada, lo hagan nadar con movimientos suaves para que la carnada sea más tentadora para ciertos peces. He visto un caso así en concursos de pesca en el Alto Paraná, Misiones, donde se usan monedas con dos perforaciones cerca del borde en puntos opuestos del diámetro. En un extremo se engancha la línea madre y, enn en ell el otro, el aparejo. Esa moneda hace que profundice lentamente y no mucho y que todo se hamaque convenientemente para que las carnadas pasen en forma adecuada cerca de los pequeños peces que se tienen como objetivo.
En cambio, en fondo de arena se precisa que la plomada no corra. Para eso se inventaron las plomadas con agarraderas de alambre, dispuestas como pétalos de una flor que se abren para que no rueden por los lechos livianos. En algunos casos, al recoger se arrastran y doblan los alambres y otros tienen un sistema de plegado que los desarma sin perderlos.
En los concursos del Litoral se suele utilizar la plomada santafesina, una especie de trompo que siempre gira en el mismo lugar y evita que la corriente la desplace. Es menester usarla con esmerillón para que no se retuerza la línea. Los veriles de los ríos son una de las grandes dificultades para quienes pescan de costa, ya que resultan enganches casi seguros. Para sortearlos, uno de los principales artesanos de la plomada décadas atrás, de apellido Angelozzi, ideó la Dorita, nombre en honor de una de sus hijas: un plomo que remonta veriles deslizándose con más facilidad sin bordes que enganchen.
Siempre hay que relacionar el estilo de pesca y el lugar con el formato y el peso de la plomada que emplearemos. No la debemos despreciar. En ciertas ocasiones es tan importante como la carnada. Si no, hay que preguntarle a cualquier concursero que nos podrá comentar la diferencia que hace la elección correcta de una plomada en un torneo.