Weekend

Los matungos del viento.

El espejo de un dique sanjuanino brinda colosales pejerreyes. Equipos y técnicas para disfrutar a lo grande.

- Por Marcleo Albanese.

El espejo de un dique sanjuanino brinda colosales pejerreyes. Equipos y técnicas para disfrutar a lo grande.

Más allá de los límites de la pro provincia de Buenos Aires po podemos encontrarn­os con infinidad de ambientes ideales para realizar la pesca del pejerrey. Recorriend­o caminos, e en esta ocasión fuimos a la regiónregi­ó cuyana, más precisamen­te a San Juan. Y apenas arribados a la ciudad capital nos encontram encontramo­s con Carlos Cano, guía y am amigo. A partir de ahí nos restaban recorrerre 200 km.

Nuestro destino de pesca fue el dique Cue Cuesta del Viento, ubicado en la loca localidad de Rodeo. Para llegar transitamo­s por Ruta 40 hacia el norte unos 160 km hasta Jáchal y desde allí 40 km más por Ruta 150 hasta destino.

Nos alojamos en Cabañas Rincón del Viento, donde nos esperaba Carlos del Carmen, propietari­o del establecim­iento. Con él y un grupo de pescadores de la ciudad de Mendoza compartirí­amos una cálida cena de bienvenida.

Entre anécdotas y secretos sobre cómo se realizaba la pesca en este dique, Cano nos ponía a tono de las caracterís­ticas del ámbito. En especial la atención que debemos prestarle al viento zonda, factor principal que puede llegar a impe- dir la realizació­n de la pesca.

El impactante dique Cuesta del Viento es un imponente espejo de agua cristalina color turquesa inmerso en un espectacul­ar entorno de cordillera, que permite apreciar la naturaleza de un lugar único en el mundo.

Se trata de un lago artificial que ocupa unas 3.000 hectáreas.

Pero no sólo el paisaje de Cuesta del Viento es sorprenden­te, sino también su particular comportami­ento climático. Por la mañana resulta ser un lago color turquesa fuerte, completame­nte tranquillo y planchado, ideal para pescar o realizar paseos en kayak. Sin embargo, pasado el mediodía, entre las 13 y las 14 horas, como si estuviera programado automática­mente, un poderoso viento co- mienza a soplar persistent­emente entre los cerros, formando un oleaje que no es común ver en un lago, transformá­ndolo en peligroso para paseos y pesca pero ideal para practicar deportes con un nivel de adrenalina un poco más elevado, como el windsurf y el kitesurf.

Los equipos

La modalidad que se usa es la línea barranquín o paternóste­r, ya que nos vamos a encontrar pescando entre los 5 y 15 metros de profundida­d. Para alcanzar esa hondura se hace un nudo corredizo en el multifilam­ento o nailon de nuestro reel. La línea tiene un largo total de 3 m con tres anzuelos (también puede ser de dos) N° 1/0, con brazoladas largas que alcanzan el metro, y un plomito al final de la línea. La carnada utilizada es mojarra viva. Las cañas telescópic­as tienen un largo que oscila entre 3,60 y 4,20 m.

Cano dio paso a botar la embarcació­n en el predio municipal que cuenta con bajada de material. Con los factores climáticos en óptimas condicione­s, comenzamos a navegar hasta uno de los sectores de pesca que el guía tenía selecciona­do.

El ecosonda marcaba una profundida­d de 40 m y allí realizaría­mos los primeros intentos para dar con los flechas “más grandes del mundo”. La pesca se practica

totalmente al garete. Los pejerreyes no se regalan fácilmente: no vamos a lanzar nuestros aparejos al agua para dar al instante con estos monstruos. Recomiendo tener paciencia y esperar el momento en que el pez se decida a tomar la carnada. El pique es muy sutil, de hecho hay que dejarlo comer bien antes de concretar. Así fue cuando Nicolás marcó el primer pique de la jornada en su línea. Llevada muy suave hasta que el paternóste­r desapareci­ó por completo, el momento de producir la clavada. Sentíamos que la chicharra del reel marcaba cómo sacaba multifilam­ento. Es impresiona­nte lo combativos que son los pejerreyes de este espejo. Luego de unos minutos de pelea y de poder disfrutar

la sensación de estos ejemplares, Nicolás logró acercarlo a la embarcació­n, mientras Cano preparaba el copo para poder izarlo y dar finalizada la resistenci­a que el pez ofrece. Fue impresiona­nte ver semejante ejemplar, que acusó 1,600 kg y midió 55 cm. La adrenalina se hace sentir en cada instante de la pelea, transmitié­ndonos una emoción única con estos matungos.

Continuand­o la jornada, decidimos cambiar de lugar buscando un poco más de profundida­d. Ahora el ecosonda acusaba 60 m. Lanzamos los aparejos al agua y nuevamente a la espera. Sacábamos entremezcl­ados flechas que iban de 25 a 40 cm, verificand­o que hay una gran población de juveniles.

Ahora le llegaba el momento a Del Carmen, propietari­o de las cabañas y guía. Vimos que el paternóste­r se sumergía por completo, con un pique voraz. Momento de concretar y nuevamente la adrenalina corría por nuestras mentes pensando que podía ser otro de los in- mensos ejemplares que atesora el dique. Y tras acercarlo a la embarcació­n e izarlo, el ejemplar acusó en la balanza ¡1,800 kg!

Las jornadas de pesca fueron muy similares, e incluso en oca- siones brindando dobletes, como el que concretaro­n Cano y Del Carmen, quienes luego de demostrarn­os cómo se brinda una épica batalla, obtuvieron ejemplares dignos de admirar.

Cabe aclarar el porqué de estos pejerreyes tan significat­ivos. El dique no cuenta con plancton ni con ninguna vegetación similar, lo que llevó a que la especie se hiciera carnívora, alimentánd­ose de juveniles. Y en algunos casos comprobado­s, hasta son capaces de dar cuenta de flechas de hasta 25 cm.

Es bueno que la provincia de San Juan tome como referencia la actividad y conocimien­to de estos baluartes de la pesca local, apostando al crecimient­o de este deporte que convoca a miles de af icionados de distintas partes del país. Todo este trabajo augura que muy pronto la provincia se posicionar­á entre las más importante­s para la pesca deportiva. Y Cuesta de Viento es un claro ejemplo del camino a seguir.

Agredecemo­s a la Secretaría de Turismo y Cultura de la provincia de San Juan.

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En profundida­des del dique que van de 40 a 60 m, con línea paternóste­r se buscan los piques entre 5 y 15 m, dando con ejemplares como este que acusó 1,60 kg.
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 ??  ?? Los encarnes se realizan con dos mojarras por anzuelo para tentar a estas bestias carnívoras, siempre y cuando el viento zonda lo permita.
Los encarnes se realizan con dos mojarras por anzuelo para tentar a estas bestias carnívoras, siempre y cuando el viento zonda lo permita.
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La pesca deportiva en San Juan muestra un notable crecimient­o que reúne y convoca a miles de aficionado­s.
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 ??  ?? En varias ocasiones se dan dobletes de gigantes. Pero también abundan flechas que van de 25 a 40 centímetro­s.
En varias ocasiones se dan dobletes de gigantes. Pero también abundan flechas que van de 25 a 40 centímetro­s.
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