Al ritmo del compás.
Una salida en kayak por el Río de la Plata utilizando esta antigua herramienta que sigue representando un desafío en la orientación.
Una salida en kayak por el Río de la Plata utilizando esta antigua herramienta que sigue representando un desafío en la orientación.
Cuando decidimos ir a un lugar desconocido, lo primero que se nos viene a la mente es un GPS (Global Positioning System). Pero el compás tiene algunas ventajas y nos puede ser de mayor utilidad con solo tener un conocimiento básico para orientarse.
El compás no es un elemento electrónico que necesite pilas, ni pueda fallar o tildarse de alguna manera. Es sumergible y su visibilidad resulta clara y superior a la de un GPS. Tampoco tiene una pantalla digital que cueste distinguir al reflejo del sol.
Utilizar el compás
Para practicar su uso, previo buen pronóstico climático, nos juntamos a las 7 de la mañana pa ra descender a l ag ua m inutos más tarde. Livianos de equipaje, solo con agua, algo de comer y un par de fondeos por seguridad, pusimos rumbo a la boya del K m 23 del canal de acceso a Buenos Aires y co- menzamos a remar.
Un rumbo es la dirección en la que se navega respecto del norte, se mide en grados del 0º a 360º. El 0º representa el norte, al otro extremo el 180º el sur, mientras que 90º es el este y 270º el oeste.
El rumbo que tomamos midiendo un ángulo respecto al norte de una carta náutica se llama rumbo verdadero. Pero hay factores que pueden variar este rumbo, como declinación magnética, desvíos de compás, abat i m ient o, der iva y ot ros.
Luego de aplicar estas variaciones a nuestro rumbo verdadero, conoceremos el rumbo del compás que deberíamos mantener con nuestro kayak. Hay que tener en cuenta que los valores en el compás están expresados de a 30º. Es decir, vamos a encontrar el 0º, 30º, 60º, 90º y así sucesivamente. En el kayak, mantener el rumbo nunca va a ser tan preciso como en una embarcación a vela o motor. Tampoco las distancias a recorrer serán semejantes para que no podamos llegar a nuestro destino por una diferencia de 10º más o menos, que es lo que estos factores mencionados anteriormente pueden modificar nuestro rumbo. El rumbo verdadero era de 53º y en el compás lo redondeamos en 60º.
Remamos hasta ver de lejos un juego de boyas, sabíamos que faltaba para el canal, por lo que solo restaba que sea el casco a pique Dora. Enseguida torcimos nuestro rumbo y también lo conocimos bien de cerca.
Rumbo al canal
A la vista teníamos la boya 21, y decidimos hacer el cruce por ahí en vez de ir hasta la del Kilómetro 23. Controlamos que no viniera ningún buque y cruzamos sin problemas. Nos agrupamos para hidratarnos y también comimos unas barras energéticas.
Es realmente hermoso remar sin un punto de referencia, hay que confiar en el compás, tratar de mantener el rumbo lo más preciso posible, divisar nuestro destino y, por último, corregir en caso de ser necesario.
Hicimos un giro de 180º, por lo que nuestro nuevo rumbo pasó a ser de 240º. Remamos buscando
en el horizonte que vayan apareciendo las figuras de la costa quilmeña. Lo primero que vimos fue el Pejerrey Club, y de a poco se fue aclarando el panorama hasta que llegamos a nuestro destino, el Club Náutico Quilmes.
Tenemosmúltiplesherramientas gratuitas para poder trazar un rumbo y planificar una travesía sin un punto visual de referencia. Dos de similar utilización son el google earth y el programa Base Camp de Garmin. Este último se puede utilizar con la carta náutica descargada del proyecto mapear. Teniendo un punto de partida y otro de destino, únicamente nos resta unirlos con la herramienta “regla” y el programa no solo nos indicará la distancia a recorrer, sino también los grados del rumbo verdadero.
También podemos emplear una carta náutica, trazar una recta entre el punto de partida y el destino. Hacer coincidir el 0º de un transportador con el norte indicado en la carta, y el centro del transportador con el punto de partida. El ángulo resultante entre el norte y nuestra recta es nuestro rumbo verdadero.
Otra buena opción es buscar el rumbo con la proa del kayak siguiendo las indicaciones del GPS, mirar cuál es el rumbo que marca el compás y mantenerlo mientras monitoreamos el compás que es más práctico. Cada tanto revisar en el GPS para asegurarse de que el viento y las mareas no nos hayan desviado del rumbo, y en todo caso calcular uno nuevo como hicimos anteriormente.