Weekend

Al ritmo del compás.

Una salida en kayak por el Río de la Plata utilizando esta antigua herramient­a que sigue representa­ndo un desafío en la orientació­n.

- García Cobas. Por Rodrigo

Una salida en kayak por el Río de la Plata utilizando esta antigua herramient­a que sigue representa­ndo un desafío en la orientació­n.

Cuando decidimos ir a un lugar desconocid­o, lo primero que se nos viene a la mente es un GPS (Global Positionin­g System). Pero el compás tiene algunas ventajas y nos puede ser de mayor utilidad con solo tener un conocimien­to básico para orientarse.

El compás no es un elemento electrónic­o que necesite pilas, ni pueda fallar o tildarse de alguna manera. Es sumergible y su visibilida­d resulta clara y superior a la de un GPS. Tampoco tiene una pantalla digital que cueste distinguir al reflejo del sol.

Utilizar el compás

Para practicar su uso, previo buen pronóstico climático, nos juntamos a las 7 de la mañana pa ra descender a l ag ua m inutos más tarde. Livianos de equipaje, solo con agua, algo de comer y un par de fondeos por seguridad, pusimos rumbo a la boya del K m 23 del canal de acceso a Buenos Aires y co- menzamos a remar.

Un rumbo es la dirección en la que se navega respecto del norte, se mide en grados del 0º a 360º. El 0º representa el norte, al otro extremo el 180º el sur, mientras que 90º es el este y 270º el oeste.

El rumbo que tomamos midiendo un ángulo respecto al norte de una carta náutica se llama rumbo verdadero. Pero hay factores que pueden variar este rumbo, como declinació­n magnética, desvíos de compás, abat i m ient o, der iva y ot ros.

Luego de aplicar estas variacione­s a nuestro rumbo verdadero, conoceremo­s el rumbo del compás que deberíamos mantener con nuestro kayak. Hay que tener en cuenta que los valores en el compás están expresados de a 30º. Es decir, vamos a encontrar el 0º, 30º, 60º, 90º y así sucesivame­nte. En el kayak, mantener el rumbo nunca va a ser tan preciso como en una embarcació­n a vela o motor. Tampoco las distancias a recorrer serán semejantes para que no podamos llegar a nuestro destino por una diferencia de 10º más o menos, que es lo que estos factores mencionado­s anteriorme­nte pueden modificar nuestro rumbo. El rumbo verdadero era de 53º y en el compás lo redondeamo­s en 60º.

Remamos hasta ver de lejos un juego de boyas, sabíamos que faltaba para el canal, por lo que solo restaba que sea el casco a pique Dora. Enseguida torcimos nuestro rumbo y también lo conocimos bien de cerca.

Rumbo al canal

A la vista teníamos la boya 21, y decidimos hacer el cruce por ahí en vez de ir hasta la del Kilómetro 23. Controlamo­s que no viniera ningún buque y cruzamos sin problemas. Nos agrupamos para hidratarno­s y también comimos unas barras energética­s.

Es realmente hermoso remar sin un punto de referencia, hay que confiar en el compás, tratar de mantener el rumbo lo más preciso posible, divisar nuestro destino y, por último, corregir en caso de ser necesario.

Hicimos un giro de 180º, por lo que nuestro nuevo rumbo pasó a ser de 240º. Remamos buscando

en el horizonte que vayan apareciend­o las figuras de la costa quilmeña. Lo primero que vimos fue el Pejerrey Club, y de a poco se fue aclarando el panorama hasta que llegamos a nuestro destino, el Club Náutico Quilmes.

Tenemosmúl­tiplesherr­amientas gratuitas para poder trazar un rumbo y planificar una travesía sin un punto visual de referencia. Dos de similar utilizació­n son el google earth y el programa Base Camp de Garmin. Este último se puede utilizar con la carta náutica descargada del proyecto mapear. Teniendo un punto de partida y otro de destino, únicamente nos resta unirlos con la herramient­a “regla” y el programa no solo nos indicará la distancia a recorrer, sino también los grados del rumbo verdadero.

También podemos emplear una carta náutica, trazar una recta entre el punto de partida y el destino. Hacer coincidir el 0º de un transporta­dor con el norte indicado en la carta, y el centro del transporta­dor con el punto de partida. El ángulo resultante entre el norte y nuestra recta es nuestro rumbo verdadero.

Otra buena opción es buscar el rumbo con la proa del kayak siguiendo las indicacion­es del GPS, mirar cuál es el rumbo que marca el compás y mantenerlo mientras monitoream­os el compás que es más práctico. Cada tanto revisar en el GPS para asegurarse de que el viento y las mareas no nos hayan desviado del rumbo, y en todo caso calcular uno nuevo como hicimos anteriorme­nte.

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 ??  ?? Diego Rodríguez, de Kayakistas Unidos del Sur, cruzando el canal donde la profundida­d aumenta de 5 a 12 m de golpe.
Diego Rodríguez, de Kayakistas Unidos del Sur, cruzando el canal donde la profundida­d aumenta de 5 a 12 m de golpe.
 ??  ?? Regresando por la boya lateral del canal a Buenos Aires en el Km 21. Diego y Cristian Fernández observando que ningún buque esté a la vista para hacer un cruce seguro. Boya de peligro aislado casco a pique Dora.
Regresando por la boya lateral del canal a Buenos Aires en el Km 21. Diego y Cristian Fernández observando que ningún buque esté a la vista para hacer un cruce seguro. Boya de peligro aislado casco a pique Dora.
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