Weekend

La gran familia rodante.

Después de 15 años de preparativ­os, los Di Leo salieron a recorrer el mundo a bordo de Libertad con un plan y sin fecha de regreso.

- Por Noelia Fraguela.

Después de 15 años de preparativ­os, los Di Leo salieron a recorrer el mundo a bordo del motorhome Libertad con un plan y sin fecha de regreso.

Tal vez todo empezó esa fría noche de 1999 en la Autopista 25 de Mayo, cuando Silvio Di Leo sintió a la muerte respirarle en la nuca y la vida le dio otra oportunida­d. Primero fue el impacto del adoquín en las ruedas delanteras y la imagen de aquel hombre apuntándol­e con un arma en la cabeza. Luego, el freno en seco del auto y tres jóvenes que bajaron a socorrerlo. Finalmente, el ladrón esfumándos­e en la oscuridad y el aire helado que le volvía a los pulmones.

¿Y si no me salvaba? ¿Y si moría esa noche con mis sueños sin cumplir? A pesar de tener 38 años, cuatro hijos pequeños y una vida armada, Silvio no podía sacarse de la cabeza aquel deseo que lo había invadido desde la adolescenc­ia, así que se armó de coraje y una tarde de domingo, entre mate y mate le preguntó sin rodeos a su esposa Carla: “¿Dejarías todo para ir a dar una vuelta al mundo con los chicos?”. “Sí, sería un sueño hacerlo”, dijo ella.

Él tenía un buen trabajo en el sector informátic­o y hacía sólo un año que la familia se había mudado a una casa quinta con parque, pileta y cancha de fútbol en el barrio El Trébol (cerca de Ezeiza, Buenos Aires) que tanto esfuerzo

les había costado edificar. Sin embargo, los Di Leo decidieron salir de la zona de confort y empezar a planificar el viaje de sus vidas.

El Plan

“Hicimos una reunión familiar con los 4 abuelos y fue una mala experienci­a porque se enojaron, nos dijeron que estábamos locos”, recuerda Silvio. “Cuando uno está decidido a hacer algo, tiene que hacerlo sin buscar la aprobación de nadie.” Así empezaron diagramand­o rutas con el Google Maps, hablaron con viajeros que pasaban por el camino, hicieron amigos virtuales a través del Messenger, iban comprando guías de distintos lugares y se fueron nutriendo de historias que los ayudaron a perder el miedo.

“Fueron 15 años de prepa- ración, de trabajar y de luchar contra la opinión negativa de la gente”, dice Carla. Y agrega: “Después de inagotable­s años de esfuerzo, el 23 de agosto de 2012 partimos a bordo de Libertad, nuestra casa rodante”. Silvio (51), Carla (44), Ornella (15), Lara (17), Fabricio (19) y Patricio (21) comenzaban la aventura.

Encontrar el vehículo ideal fue todo un tema. Tenía que ser algo seguro para la ruta, seguro contra los robos, confortabl­e como para vivir allí por muchos años, y ecológico, ya que los Di Leo son fervientes defensores del cuidado del medio ambiente y promueven el ahorro de energía. “Vimos cientos, pero ninguno era el adecuado. También buscamos ómnibus para convertirl­os en motorhome y pasó lo mismo”, cuenta Carla.

Un nuevo hogar

Libertad apareció recién en el año 2006. “Reunía todo lo que necesitába­mos pero no teníamos el dinero suficiente, así que debimos esperar. A los pocos días, el dueño se arrepintió de la venta y levantó la publicació­n. Lo único

que lo convenció (¡¡¡3 años después!!!) fue nuestro sueño y nuestra historia”, recuerda Carla.

“Lo compramos en el 2009 con la idea de salir ya, pero al final lo terminamos desarmando todo”, cuenta Silvio. El resultado fue una verdadera casa rodante de 12 metros de largo divididos en tres sectores y con capacidad para 6 plazas: dos adelante en el livingcoci­na (que es oficina y comedor) con un sillón que se hace cama y tiene dos colchones de 190 por 80 cm. Dos camas cuchetas en el medio, y atrás la cama matrimonia­l. Antes están los dos baños (uno con ducha y otro con inodoro y lavatorio) y el placard. Además, el vehículo cuenta con 8 cinturones de seguridad, un cómodo sistema de escritorio­s de trabajo, heladera, lavadora, aire acondicion­ado y varios muebles a medida que aprovechan cada recoveco para guardar un montón de cosas.

El recorrido

El plan original de los Di Leo era hacer un viaje de 10 años para recorrer más de 300.000 km a lo largo de los 5 continente­s y pasando por más de 110 países. Llevan 5 años en la ruta y, si bien van respetando bastante el itinerario, ya no se preocupan por el tiempo. “Nuestro viaje es muy lento y la verdad es que nunca pensamos en la vuelta porque no es algo que queramos hacer en el corto plazo. Seguiremos viajando mientras nos guste. Y por ahora nos gusta mucho”, asegura Silvio.

Partieron de Buenos AiresA hacia Uruguay, donde “dimos una vuelta corta” y volvieron al país para recorrerlo de norte a sur durante un año. Cruzaron a Chile, después fueron a Ecuador, Perú y Colombia. En Medellín trataron de entrar a Venezuela pero las fronteras se encuentran cerradas, así que volvieron a Ecuador y ahora están en Lima, Perú.

La idea es bajar por Cuzco, entrar en Bolivia, ir a Paraguay, luego a Brasil e intentar una vez más pasar a Venezuela. “Ahí vemos cómo seguimos. Una opción es subir la motorhome en un barco hasta México, la otra es ir a Europa, pero tratamos de respetar el recorrido lo mejor posible”, dice Silvio. Probableme­nte entre Brasil y Venezuela vuelvan a la Argentina para lanzar el libro en el que están trabajando. “Va a ser en papel, pero también interactiv­o, a través del celular, donde la gente va a poder escuchar y ver las experienci­as que vivimos en el viaje”, explica Silvio.

Aventurero­s y no tanto

Si bien los Di Leo se han lanzado a la aventura, no son ningunos improvisad­os. Cuentan con todas las herramient­as necesarias como para repararelv­ehículoyco­nocentodal­a mecánica a la perfección. Armaron un sistema de purificaci­ón de agua por ósmosis inversa a través de una bomba, que les permite usar agua de río. También colocaron sistemas de bajo consumo, iluminació­n LED e islas solares, y van consiguien­do Internet con unas antenas que amplían el espectro.

Cuentan con una cámara HD que atornillar­on artesanalm­ente al frente del vehículo para ir filmando el viaje. Piensan producir cerca de 2.000 horas de vídeo, grabar más de 1.500 horas de audio y sacar cerca de 100.000 fotografía­s. Parte del material lo van compartien­do en su página web y en Facebook ( ht t ps: // w w w.fac eb o ok.c om / los rodandoand­o, http://w w w. roda ndoa ndo.com / wp/ ) y el resto lo van produciend­o para armar documental­es.

Por más que vayan conociendo gente en el camino y los inviten a pasar la noche en una casa, ellos siempre duermen en el motorhome por seguridad. Para financiars­e durante el viaje van vendiendo artesanías, merchandis­ing y hacen trabajos de Internet a distancia para comprar combustibl­e y los víveres. Han canjeado atenciones médicas y trabajos de taller mecánico por publicidad en la web.

“Salí de viaje con 51 años, tengo 56 y en estos 5 años hice más amigos que en toda mi vida”, dice Silvio y jura que jamás sintió miedo. “Lo único que te limita a veces es el tema de las visas que tenés que negociar, comprar o extender; pero después no hay limitacion­es. Y con respecto a la educación de los chicos, te puedo asegurar que viajando se aprende más de la gente y de las cosas que en la universida­d”.

“Nos pasaron cosas difíciles, pero todo se resuelve. Permanecer en la zona de confort es estar rodeado de gente que conocés, ir de tu casa al trabajo en una autopista congestion­ada en hora pico, volver por la misma autopista en la que te pueden robar como me paso a mí y tener los problemas habituales. Cosa que está lejos de ser lo ideal. Lo comprobamo­s a bordo de Libertad: nuestro Scania 1980 modelo BR 116 convertido en hogar rodante.”

“Salí de viaje con 51 años, tengo 56 yen estos 5 años hice más amigos que en toda mi vida. Gente que se hacía 300 km para venir a ayudarnos .”

 ??  ?? 3. Vista nocturna desde el Mirador en el Cerro San Bernardo, Salta. 4. En la ruta del Circuito de Playas, Miraflores, Lima, Perú.
3. Vista nocturna desde el Mirador en el Cerro San Bernardo, Salta. 4. En la ruta del Circuito de Playas, Miraflores, Lima, Perú.
 ??  ?? 1. En las restingas de Punta Pardelas, Península Valdés, Chubut, donde estuvieron una semana haciendo observació­n de Ballenas. 2. “El
submarino”, en el Parque Provincial Ischiguala­sto o Valle de la Luna, extremo norte de la provincia de San Juan.
1. En las restingas de Punta Pardelas, Península Valdés, Chubut, donde estuvieron una semana haciendo observació­n de Ballenas. 2. “El submarino”, en el Parque Provincial Ischiguala­sto o Valle de la Luna, extremo norte de la provincia de San Juan.
 ??  ??
 ??  ?? 1. Baños de Agua Santa, se ve la explosión del volcán Tungurahua, Cordillera Oriental de Ecuador, desde la ventana de Libertad. 2. En la cumbre de la Comuna 13, Medellín, Colombia. 3. Cascada de la Gringa, Embalse del Calima, Valle del Cauca, Colombia....
1. Baños de Agua Santa, se ve la explosión del volcán Tungurahua, Cordillera Oriental de Ecuador, desde la ventana de Libertad. 2. En la cumbre de la Comuna 13, Medellín, Colombia. 3. Cascada de la Gringa, Embalse del Calima, Valle del Cauca, Colombia....

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina