Qué llevar y dónde estibarlo.
La mayoría de los kayakistas de travesía acampan en sus viajes. Ambas actividades se complementan de gran forma y es uno de los importantes atractivos de esta modalidad de canotaje. Antes de zarpar hay que tener en claro qué elementos conviene llevar a bordo y de cuáles podemos prescindir en un kayak. Algunos se acarrearán obligatoriamente, como los equipos de navegación, seguridad, acampada y cocina. Para lo cual conviene confeccionar previamente un listado básico de lo necesario y luego dilucidar cómo distribuirlo dentro de los compartimentos estancos.
El arte de la acampada. Para el kayak reside en armar toda la carga en pequeños paquetes. Otro aspecto a considerar es el espacio que poseen los compartimentos estancos, que normalmente rondan entre los 60 y los 80 litros para la proa y 100 litros para el compartimento de popa, como mínimo. Ello implica que un kayak de 5,10 m de eslora permite acarrear casi lo mismo que dos mochilas grandes (puede variar de un kayak a otro), o sea hay lugar suficiente para todo nuestro equipo, comida y agua. Pero que abunde el lugar no debe ser un vía libre para sobrecargar la nave.
Lugar adecuado. En las embarcaciones menores conviene guardar la mayoría del equipo dentro de los tambuchos a resguardo del oleaje. Normalmente deberían ser estancos, pero no hay que confiarse porque un golpe en el casco o una mínima fisura pueden generar vías de agua y humedecer la ropa de recambio, la bolsa de dormir o arruinar la comida. Por esta razón, indistintamente de lo confiables que sean los compartimentos, siempre estibaremos todo dentro de bolsas estancas o plásticas a prueba de agua. La optimización del espacio y la distribución de los objetos tienen que hacerse en función de lograr comodidad y seguridad en las maniobras.
Qué ponemos primero. Antes que nada hay que acomodar los implementos voluminosos: la carpa iglú, bolsa de dormir, colchoneta aislante, los trajes secos o de neoprene, y las bolsas estancas con la ropa y la comida. Lo objetos más pesados, como garrafa, comida y bidones de agua, deben apoyarse sobre la sentina y también distribuirse en forma pareja en ambas bandas, tanto en popa como en proa. En la medida de lo posible conviene ubicarlos sobre la línea de crujía, teniendo presente no sobrecargar el tambucho delantero para que no tienda a pinchar las olas. Si el viaje es de varios días, lo que implica acarrear una gran cantidad de agua y comida, es recomendable acomodar este volumen extra en la popa para que el kayak navegue mejor en aguas encrespadas.
En travesías es fundamental acarrear lo mínimo e indispensable. Lo que no debe faltar y cómo llevarlo para no perder el equilibrio.
En segundo lugar. Una vez instalados los implementos más voluminosos colocaremos los objetos pequeños, comprimiendo la estiba. Los accesorios de seguridad (handie VHF, celular en bolsa estanca, bengalas, soga de rescate) deben ubicarse al alcance de la mano y en recipientes herméticos sujetos con algún mosquetón. Es útil dejar a mano un anorak o chaqueta semiseca por si cambian las condiciones metereorológicas. También pondremos dentro del cockpit alimentos de alto valor calórico y agua para consumir durante las paradas intermedias.
Cuestión de costos. Si lo permite el presupuesto, conviene optimizar el equipo de acampada utilizandoelqueempleanlosmontañistas, donde todo kilogramo de más tiene su real justificación. Generalmente ocupan menos espacio y son más livianos. De esta manera, reduciendo el peso general del kayak optimizaremos el ritmo de avance: más kilómetros con menos esfuerzo de palada. Sobre cubierta colocaremos las palas de repuesto, la carta náutica plastificada, el compás y el GPS. También es importante ubicar allí la bolsa de rescate y un cabo de proa de por lo menos 10 m. Una buena distribución del peso a bordo redundará en una navegación más placentera y sin sobresaltos, particularmente si las aguas están encrespadas. *Especialista en kayak.