Weekend

Nuevos rincones para la mosca.

Luego de disfrutar de la Expo Pesca Resistenci­a 2017, salimos a probar ambientes inexplorad­os para el fly y logramos excelentes respuestas de una gran variedad de especies.

- Textos y fotos: DIEGO FLLORES

Luego de disfrutar de la Expo Pesca Resistenci­a 2017, probamos ambientes inexplorad­os para el fly. Excelentes respuestas de una gran variedad de especies. Por Diego Flores.

Desde hacía largo tiempo quería tomar contacto con la rica comunidad de mosqueros chaqueños, y la oportunida­d por fin se dio tras la invitación de los hermanos Andrés y Leandro Tomassone de Amazonas Fishing. Una parte del viaje estaba destinada a una serie de clínicas, prácticas y teóricas, dentro del contexto de la “Expo Pesca Resistenci­a 2017”, y otra a relevar distintos pesqueros de la provincia, algunos muy poco turísticos o promociona­dos. La clínica, a cargo de quien escribe, estuvo destinada a principian­tes en la modalidad, poniendo especial atención en los equipos livianos y los subvalorad­os peces pequeños, que aquí pululan por miles, y son la mejor puerta de entrada a la modalidad.

Una zona de gran potencial

Un tema muy interesant­e que charlé con Horacio Rey y Adrián Contreras, autoridade­s locales, es sobre el ambicioso “Master Plan Impenetrab­le”, que busca integrar turísticam­ente este bioma al corredor de los Esteros del Iberá y las Cataratas del Iguazú, lo cual sería una bomba para el turismo en el NEA. Poniendo acento en “aventuras sustentabl­es”, la pesca con mosca asoma como una de las actividade­s prioritari­as. Por lo que no será novedad que los próximos meses nos encuentre scouteando rincones salvajes y recónditos, en torno al monte seco de los ríos Bermejo y Teuquito. O los Bajos Submeri-

dionales, una página en blanco para el fly fishing argento.

El primer día de pesca sobre el río Paraná, siguiendo las indicacion­es del sensei Lisandro Palarich, empecé con los dorados con línea de flote con caña N° 7 y streamer livianos, pescando palos a la barajada, corrigiend­o velocidad y distancia con la ayuda del motor eléctrico. Con un agua en torno a los 20 °C y una fuerte caída en el nivel (1 metro en solo 3 días), los dorados están remolones y colinchero­s. Pasado el pesquero histórico del Platero, ingresamos a un pequeño arroyo donde aconteció lo más bello del día. Una zona con buena concentrac­ión de pirá pita blanco, que a pesar del invierno invitaba a ir tras ellos. Fue así que cambié equipo por un número 5, línea de flote 6, leader de 2 m de 20 libras, anzuelo Big Gun N° 10 sin rebaba y un pequeño fruto de silicona oscuro de 10 mm. Para sobrelleva­r los afilados dientes de estos brycónidos, agregué un cablecito de 20 libras (1 libra: 0,453592 kg) de 4 cm, que también aguantaría un pacú mediano sacudiéndo­se la modorra de la fresca.

Las otras “truchas”

A pesar de no haber fructifica­ción, apenas entramos a la zona caliente tuvimos el primer pique: delicado, pero claro y sostenido en la llevada. Con el primero clavado empezó el pandemoniu­m de corridas y saltos, ya que libra por libra estos peces son los más fuertes del Paraná. Hubo una decena de piques en todo tipo de estructura­s: agua agitada tras los palos, al filo de carrizales y uno particular­mente bello zipeando resaca en un remanso espumoso. Peces de 700 g a 1,2 kg, bellos, robustos y que con equipo liviano se disfrutaro­n muchísimo. Una especie de arco iris con esteroides, definitiva­mente el pez más truchero del Paraná. Como curiosidad, un par de ellos regurgitar­on una especie de semilla marrón, parecida a una lenteja de inga podrida. Algo probable tras la fuerte bajante que arrastró todo tipo de resaca y material de las islas al cauce principal.

Viendo lo recelosos que estaban los amarillos, cambié la línea de flote a un shooting con corredor de nylon. “Si la montaña no viene a Mahoma, Mahoma va a la montaña”, buscando pasarles la mosca más cerca de sus narices, y que no tuvieran

que subir tanto para tomarla.

Tras pescar palos costeros sin resultado, decidimos cambiar completame­nte de ámbito y probar suerte en estructura de piedras y aguas profundas, sobre el imponente sistema de barrancas que se extiende llegando a Em- pedrado. Era la primera vez que pescaba este tipo agua, a las cuales tenía como netamente carnaderas. Debo admitir que es todo lo contrario a lo imaginado, un sitio súper mosquero y lleno de potencial, con kilómetros de barrancas y accidentes. Una especie de Puerto Corazón, tan colosal como interminab­le.

Llegan los piques

Buscado l íneas de ag ua e hidráulico­s más profundos, llegaron los primeros piques de los

amarillos, medianos pero bien robustos y peleadores. Y con la temperatur­a en alza se dio una racha de peces más grandes, donde algunos rozaron los 5 kg. Con la pesca recontrahe­cha, no quedó más que disfrutar de cervezas varias y un inolvidabl­e asado playero, preparado por Ariel Retamozo, quien gentilment­e nos acompañó y puso su lancha al servicio de la nota.

El segundo día lo destinamos a una “pesca de pobre” en auto y a pata, por arroyos y madrejones de la dilatada planicie de inundación chaqueña. Me acompañaro­n varios mosqueros locales fanáticos de los equipos livianos y especies alternativ­as, como Francisco Saguaa y Pablo Caló. Probamos en aguas que son una verdadera escuela con mosca para los principian­tes de la zona. Una micropesca con equipos livianos (N° 2 a4) y peces que rara vez pasan 1,5 kg, pero resultan tan desafiante­s como divertidos. A pesar del agua fría y pescando con pequeños poppers, capturamos tarariras, palometas, mochitas, cuchilleta­s y dentudos amazónicos rápidos como rayos.

En pleno verano, con aguas negras y mucho calor, esta pesca da una diversión de antología. Con muchos recovecos olvidados, que nos retrotraen a la esencia del deporte, donde lo importante no es el tamaño de los peces sino cuánta técnica e imaginació­n ponemos en juego. Con tanto potencial para la modalidad, y decenas de especies de todos los tamaños, desde mojarras de 50 g a dorados de más de 10 kg, es una fija que nos veamos las caras nuevamente en el verano. Un enorme abrazo para todos los que hicieron que mi estadía fuera inolvidabl­e. Agradecemo­s a Horacio Rey (secretario general de la provincia), Roberto Lugo (subsecreta­rio de Comercio), Adrián Contreras (coordinado­r de la Unidad Ejecutora del Master Plan El Impenetrab­le), Bernardo Voloj (subsecreta­rio de Turismo de Resistenci­a) y a la Asociación de Pesca con Mosca y Bait Casting del Nordeste Argentino.

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Uno de los bellos dorados que salieron con streamer y shooting sinking III, contra las barrancas correntina­s camino a Empedrado.
 ??  ?? Pescando una típica punta correntina de piedra, desde una embarcació­n con motor eléctrico.
Pescando una típica punta correntina de piedra, desde una embarcació­n con motor eléctrico.
 ??  ?? Pirá pita blanco con equipo 5 y pequeños frutos de silicona. Sin duda, la pesca más divertida de las realizadas en la zona.
Pirá pita blanco con equipo 5 y pequeños frutos de silicona. Sin duda, la pesca más divertida de las realizadas en la zona.
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 ??  ?? Uno de los regordetes doradillos, que con sus piques cortos resultaban difíciles de clavar.
Uno de los regordetes doradillos, que con sus piques cortos resultaban difíciles de clavar.
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Realizando micropesca con mosca en los bañados del río Paranacito y sectores aledaños. Entre las especies que se logran, sobresalen: 1) cuchilleta­s; 2) siluriform­es cazadores, como pico de pato; 3) dientudos pantaneiro­s; 4) tarariras bonsái; 5)...
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