Weekend

Esteros de Farrapos.

Al norte de Nuevo Berlín se encuentran los Esteros de Farrapos. Los conforman islas e islotes, bañados y pantanos que suelen regalar muy buenas pescas.

- Por Daniel Rodríguez.

Al norte de Nuevo Berlín, en Uruguay, se encuentran los Esteros de Farrapos, conformado­s por islas e islotes, bañados y pantanos que suelen regalar muy buenas capturas de dorados.

En el vecino Uruguay, 40 km al norte de la ciudad de Fray Bentos, se encuentra el pueblo llamado Nuevo Berlín. Y allí son protagonis­tas los Esteros de Farrapos, con sus numerosos arroyos y afluentes, un lugar con muchas semejanzas a nuestro Delta en el Río de la Plata.

Nos pusimos en contacto con Miguel Tripani, de Uruguay Aventura, excelente pescador de las tarariras tornasolad­as, quien nos comentó que en esta zona estaban sus amigos Sergio Sánchez, Alexander y Enzo Romero, comenzando a brindar un servicio de pesca deportiva. Ellos cuentan con embarcacio­nes de porte mediano pero lo suficiente­mente cómodas como para recorrer todo el río Uruguay.

La idea es preservar los recursos naturales, generar ingresos para ellos y también para el pueblo, los alojamient­os y los comercios, no sólo los fines de semana,

sino todos los días del año.

Fue una gran aventura navegar este río desde que embarcamos y poder disfrutar al mediodía un almuerzo acampando en las islas. El fin de semana que elegimos estaría complicado por la cantidad de agua que el río Negro estaba volcando, haciendo de tapón al río Uruguay que al subir su nivel nos haría perder las fantástica­s correderas que se forman, el lugar preferido de los cazadores de dorados.

Luego de recorrer los 320 km que nos separan de Capital Federal, lle- gamos al lugar, donde ya estaban en el agua las embarcacio­nes listas, junto a Miguel Tripani, Sebastián Taranto y Alvaro Silva que se sumaron a la partida. Arrancamos río abajo para ingresar en las bocas de los arroyos y garetear todo su recorrido a unos 10 m de la costa y poder realizar los lances con nuestros señuelos al golpe.

Entre seis pescadores se imaginan el arsenal de señuelos que habíamos llevado, cada uno con su favorito o tal vez con el que más resultado le había dado en la pesca anterior. En esta primera jornada completa navegamos más de 50 km probando en cuanto palo semisumerg­ido había, renovando la esperanza de que, como todos sabemos, hubiera algún dorado grande acechando a su presa. Tiro tras tiro no teníamos resultado más que algún pique, una falsa llevada y no podíamos clavarlos, solo obtuvimos uno de 2 kilos, dejándonos algo más que un sabor amargo.

Reponiendo energías

El clima no ayudaba, con nada de viento y río planchado al mediodía, así que decidimos hacer un alto para almorzar una riquísima carne al disco preparada por Miguel. Una rápida “carga de batería” y continuamo­s el recorrido, pero la desilusión seguía presente ya que nada había cambiado con respecto a las condicione­s de la mañana.

Uno de los señuelos más atacado fue un caimán de subsuperfi­cie que trabajaba hasta los 80 cm de profundida­d, un modelo confeccion­ado por Sebastián, loco por los señuelos. Lógicament­e, le dije que deseaba llevármelo de recuerdo y él generosame­nte me lo obsequió.

Ya el sol bajaba temprano en el horizonte del lado argentino y decidimos volver al hospedaje a descansar para el día siguiente estar al pie del cañón bien temprano. Al levantarno­s vimos que la jornada había amanecido muy nublada, e iban pasando los minutos y el viento se acrecentab­a. Cuando estábamos listos para partir en la costa, se largó una tormenta eléctrica con fuertes lluvias y un viento que calculamos que sobrepasab­a los 35 km/h, así que abortamos la salida hasta el mediodía, cuando aclaró, aflojó el viento y pudimos navegar, esta vez río arriba en busca de los lugares elegidos por los guías, como La Potranca, río El Chala, La Basura y río Amarillo, distantes del pueblo unos 30 km.

Elegido el primer arroyo, líneas al agua y tuvimos el pique inicial. Entusiasma­dos con que éste sí iba a ser el “día de pesca”, coincidíam­os todos en que si en la jornada anterior el dorado no había comido, lógico que hoy estaría hambriento. Adrenalina a

full. Comenzamos lanzando los señuelos bien pegados a la costa, por debajo de las ramas, delante de los palos. Buscando y buscando, recogiendo lento, variando la profundida­d, cambiando constantem­ente de señuelos. Otro pique y se prendió una piraña de porte mediano. Nos dijimos: “¡Hoy hacemos la diferencia!”.

Un chaparrón nos sorprendió antes del mediodía, así que decidimos almorzar parando en la Isla del Chileno. Buscamos reparo debajo unos árboles frondosos, donde –disco de por medio– rápidament­e comimos y volvimos al ruedo. El desafío era probar sólo con señuelos, ya que con carnada hubiera sido más sencillo tentarlos. Por momentos nos internamos en ríos angostos donde el agua corría mas rápido, acelerando nuestro garete, y tuvimos respuestas más frecuentes.

Un tip que nos enseñó Miguel es el uso de fluorocarb­ono, en vez de utilizar líder de acero. Se cor- ta un metro y se utiliza como líder: es un 65 % más denso que el nylon. Este detalle permite un hundimient­o ligero, por debajo de la película superficia­l del agua, eliminando cualquier sombra indeseada que asuste a los peces. Pero como no contábamos con esto, nos hizo un lazo con el multifilam­ento para que quedara doble y evitar así que se cortase en algún roce con un palo o rama.

Pesca entretenid­a

En esta segunda salida navegamos río arriba unos 40 km. Ambas lancha gareteaban a una distancia de 30 m entre sí para cubrir prácticame­nte el ancho de los arroyos desde su desembocad­ura. La ansiedad de lanzar los señuelos debajo de las ramas o de los palos nos jugaba en contra, y más de una vez terminábam­os colgados, con la lógica cargada de los pájaros...

Al atardecer, el poco viento calmó y se planchó el agua, desapareci­endo las correderas, lugar donde más piques tuvimos y donde la tensión hacía que perdiéramo­s algunas llevadas.

Dimos por terminada la jornada de pesca, entregándo­nos solo a disfrutar de la navegación y el fin del día con un sol que tímidament­e se escondía del lado argentino. Si bien no dimos con grandes dorados, la pesca estuvo muy entretenid­a, sumándose al paisaje agreste, el silencio y la paz reinante, porque no es como nuestro querido Delta en donde los fines de semana hay muchísimas lanchas deportivas, bullicio de motos de agua, embarcacio­nes comerciale­s, etc. Aquí sólo estábamos nosotros y el río. ¡Increíble!

Los guías nos comentaban que admiran los servicios que brindan los guías en Argentina, y ellos quieren llevar esa modalidad a su zona. Pescar con devolución, inclusive poder hacer noche acampando en las islas para aquellos a quienes les apasiona la naturaleza, disfrutand­o desde que se llega de la tranquilid­ad de su pueblo y la calidez de su gente. Orgullosos de mostrarnos su lugar, donde se puede realizar una pesca muy entretenid­a, respetando a las especies, derivando en silencio, lanzando señuelos y gozando del espectácul­o que explota en el agua con el salto de sus dorados.

Todo esto no tiene precio. Así que a quienes les guste la aventura, no muy lejos pueden elegir a Nuevo Berlín como lugar para practicar lo que tanto nos apasiona a los amantes de los muñecos. Pero recuerden: la pesca siempre con devolución. ¡Hasta un nuevo cruce de líneas!

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 ??  ?? En la primera jornada, con río planchado tuvimos muy pocos piques y corridas. En el segundo día pudimos hacer la diferencia: después de la tormenta los dorados tomaban los señuelos de subsuperfi­cie. El río estaba muy crecido y se nos complicaba...
En la primera jornada, con río planchado tuvimos muy pocos piques y corridas. En el segundo día pudimos hacer la diferencia: después de la tormenta los dorados tomaban los señuelos de subsuperfi­cie. El río estaba muy crecido y se nos complicaba...
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 ??  ?? Excelente pesquero para los amantes de los señuelos. Sus arroyos angostos con correderas y palos semisumerg­idos, son refugio de los tigres del río que aguardan sigilosos a su presa.
Excelente pesquero para los amantes de los señuelos. Sus arroyos angostos con correderas y palos semisumerg­idos, son refugio de los tigres del río que aguardan sigilosos a su presa.
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 ??  ?? Los Esteros de Farrapos es un pesquero poco conocido e ideal para pescar en un ámbito tranquilo y silvestre. Los ejemplares de dorado tuvieron una media de 3 kg, pero con equipos livianos nos dieron una gran batalla.
Los Esteros de Farrapos es un pesquero poco conocido e ideal para pescar en un ámbito tranquilo y silvestre. Los ejemplares de dorado tuvieron una media de 3 kg, pero con equipos livianos nos dieron una gran batalla.
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